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Taylor entró apresurado hacia la sala del personal, debía encontrar a Oliver antes de que llegaran nuevos clientes y tuviera que ir a atenderlos. Abrió la puerta y su mirada recorrió la habitación hasta que vio al pelirrojo barriendo el lugar.

-¿Qué estás haciendo?-Preguntó el moreno mientras se acercaba a él.

-Barriendo, ¿eres ciego o qué?-Dijo sin mirarlo.

-Ejem.-Dudó por un momento antes de hablar.-Nicholas ya llegó, hombre. Necesito que atiendas a los clientes por mí.-Murmuró observando la puerta. No quería ser escuchado por Andrea.

Oliver bufó y dejó la escoba a un costado antes de mirarlo serio.

-¿Me estás hablando en serio? ¿Cuál es la prisa? ¿Por qué no hablan después de tu turno?

El pelirrojo tenía razón, podrían hablar cuando terminara el turno de Taylor y así estarían más tranquilos, pero su impaciencia no se lo permitía. Había estado pensando sobre ese momento durante todo el día y no podía esperar más.

-Por favor, Oliver.-Se acercó más y le tomó del brazo, haciendo que el más bajo se quejara y forcejeara para zafarse.

Oliver puso los ojos en blanco.

-Bien. Pero será solo un rato, no estoy acostumbrado a hacer de mesero.

Los ojos de Taylor se abrieron de par en par y dejó escapar una risa de felicidad.

-¡Gracias!-Se abalanzó sobre Oliver y lo abrazó fuertemente, a lo que el contrario bufó y dio unos cuantos pasos atrás.

-Vete a hablar con él. Yo ya iré a tomar los demás pedidos.

Y así sin más, Taylor salió de la sala del personal y tomó la bandeja de madera que descansaba sobre la barra con el pedido de Nicholas, antes de caminar demasiado contento hasta la mesa del mencionado anteriormente. Dejó la bandeja sobre su mesa y tomó asiento frente a él haciendo que el contrario levantara la mirada de la computadora para observarlo confundido.

-¿Qué estás haciendo?-Preguntó, frunciendo el ceño levemente y tomó la taza de café para luego darle un sorbo, sin dejar de mirar a Taylor.

-Vine a hablar contigo, ¿no es obvio?

-¿No deberías estar trabajando?

-Tal vez. Pero eso no importa ahora.-El moreno observó a la mesa de al lado y notó que Oliver estaba tomando los pedidos. Chasqueó la lengua.-Hablemos sobre el proyecto.-Nicholas cerró su computadora y levantó las cejas, expectante.

-Bien, ¿qué quieres saber exactamente?

-Bueno...-Dudó por un momento.-¿Qué es lo que tengo que hacer? ¿Cuándo? ¿Dónde?

Nicholas suspiró y puso los ojos en blanco.

-Una pregunta a la vez, Taylor.

El mencionado quedó bastante confundido cuando se encontró a si mismo erizándose por completo, acompañado de una extraña sensación bastante placentera, provocada al escuchar su nombre saliendo de la boca del contrario de una manera tan relajada. Sus ojos viajaron a través del rostro del castaño y se detuvieron en sus labios sin disimular. Nicholas frunció el ceño, algo disgustado por la repentina acción del moreno.

-¿Qué estás haciendo?

-¿Eh?-Se aclaró la garganta y miró hacía un costado, intentando fingir desinterés.-Nada.

-Ya...-Dijo, no muy convencido.-Como sea, volviendo al tema. Lo único que tienes que hacer es probarte las prendas que diseñé y posar para unas cuantas fotos. Pero tenemos que encontrar varios lugares para darle mejor ambiente.-Balbuceaba mientras le daba unos cuantos sorbos a su café, y aunque Taylor fingía estar prestando atención, en verdad solo estaba memorizando cada parte del cuerpo del contrario. Sus ojos que parecían viajar por toda la habitación y que se clavaban en los suyos en determinado momento, sus lindos labios que se movían con cada palabra que decía tentando a seguir mirando y sus manos que tomaban con delicadeza la taza de cerámica, eran cosas que le hacían olvidar todo a su alrededor. Era la primera vez que sentía algo así por un hombre, o quizás era la primera vez que sentía algo así en su vida. Estaba demasiado confundido, pero en cierto modo, debía admitir que le gustaba.

Coffee Shop - Taylor & Nicholas ✮Donde viven las historias. Descúbrelo ahora