Bonitos [João Félix ]

Capitulo I: Autógrafo.

Keila: Último día de clases. Que satisfacción — digo con una enorme sonrisa, mientras suelto un ligero suspiro de alivio—

Fernanda: Acaso no extrañarás la universidad? —me mira con una sonrisa—

Ella sabía la respuesta. Nunca la extrañaría.

Negué riendo.

Seguimos hablando mientras tomábamos nuestros café. Acabábamos de salir de la universidad. Era nuestra última semana antes de graduarnos.

Mi nombre es Keila, soy de Latinoamérica pero actualmente vivo en Portugal. Ya saben, en busca de una mejor vida en el extranjero.

Tengo 20 años, y estoy a punto de graduarme como fisioterapeuta. Mi acto será en 6 días.
Vivo con mi hermano y mi cuñada. Por ellos pude viajar y estudiar aquí. Se los agradeceré toda mi vida.

Tengo una amiga, se llama Fernanda, con ella comparto la mayor parte de mi tiempo. Somos inseparables.

Actualmente íbamos de camino a mi casa, Fernanda vivía unas cuadras más adelante, por lo que siempre me acompañaba primero a casa, y luego ella se iba a la de ella.

Fer: Nos vemos mañana Kela —dice, dejándome plantados dos besos en las mejillas, acompañados de un abrazo—

Keila: Adiós Fer —correspondo a su despedida —.

Ella siguió a su casa, y yo entré a la mía.
Al entrar, grité un "llegué", como todos lo días, para que supieran que ya estaba en casa. Subí a mi habitación, al estar allí, me duché, y luego me acosté a dormir. Hoy había sido un día largo.

João Félix:

Iba con mi amigo Griezmann de camino a los vestuarios. Acabábamos de ganar un partido muy importante para nosotros.

Griezmann: Que tiro libre eh —dice burlándose de mí, mientras reía leve—.

Solté una leve risita. Gracias a mi gol de tiro libre, ganamos 4-1 contra el Madrid.

João: Así somos los cracks —digo y ambos reímos—

Soy João Félix Sequeira, soy de Portugal, pero actualmente vivo en España por cuestiones de trabajo. Soy futbolista, juego en el Atlético de Madrid, por ende, mi residencia está aquí.

Tengo 24 años, y desde hace 5 años que juego en el Atlético. A pesar del tiempo que llevo aquí, no siento que he encontrado mi lugar, mi relación con mis compañeros es buena, pero con mi entrenador es todo lo contrario.

Hoy, a pesar de los cortos 10 minutos que me dejó entrar al campo, pude anotar. No lo celebré. Siento que pude haber hecho más si por lo menos hubiese ingresado al principio del segundo tiempo. Ya estoy cansado de ésta situación, cada vez son menos los minutos que me deja entrar al campo, y en los entrenamientos es más las fallas que me vé, que lo que logro hacer bien. No importa cuánto me esfuerce en los entrenamientos, nunca soy suficiente para él.

Terminé de recoger mis cosas, y me dirigí al estacionamiento para irme a casa.  Los chicos iban a  seguir celebrando la victoria, pero yo no estaba de ánimos para celebrar nada. Además, tenía que descansar, ya que mañana salía de viaje a Portugal. Estábamos en eliminatorias para el mundial.

Keila:

Desperté luego de una larga siesta, miré mi celular y tenía cientos de llamas de Fernanda. No me asustaba, siempre es así de intensa.

Para no preocuparla, le marqué.

📳Keila: ¿Pasó algo?

📳Fer: ¿En dónde estabas? ¿Por qué no contestabas? —me reprocha—.