You are that shine. -Daryl Dixon × Female Oc-

«Guarda la última»

T.2;Ep3: “Guarda la última”

*

Apenas retomé la conciencia aspiré un fuerte olor, era asqueroso. Miré hacía abajo y recordé que aún estaba llena de sangre. Me levanté de allí con ayuda de la barra de metal que sostenía el suero, abrí la puerta y busqué a Maggie.

—Oh no, no, no. No deberías esforzarte tanto. —Me regañó ayudando a mantenerme parada.

—¿Podría ducharme? Realmente lo necesito. Huelo a mierda de caminante. —Le supliqué. Maggie me miró dudando unos momentos y luego aceptó.

—Eso no lo voy a negar, hueles realmente mal. —Soltó riendo y yo reí ligeramente. —Vamos, te llevaré hasta el baño. —Maggie me llevó hasta allí y me ayudo a sentarme en el borde de la tina.

La chica se fue y cuando volvió me entregó algo de ropa, entre ello unos jeans azules y una blusa de tirantes.

—¿Estás segura de que puedes hacerlo sola? Puedo ayudarte. —Me ofreció nuevamente.

—Si te necesito, gritaré. —Bromee. Maggie ladeo su cabeza sonriendo en forma de duda. —Estaré bien.

—Bien, estaré cerca por si me necesitas. —Afirmó antes de salir del baño. Apenas cerró la puerta me despoje de mi ropa sucia y me metí a la tina con mucho esfuerzo.

Mi cuerpo débil se relajo con el agua caliente, se sentía tan bien....
Después de un rato de tranquilidad, terminé de bañarme, pero en cuanto traté de alcanzar la toalla perdí la fuerza en mi rodilla, caí fuertemente al suelo.
De haber estado bien aquello no habría dolido tanto, pero en el estado en el que estaba sentía que mis huesos se rompían en mil pedazos.

Me quejé, pero evité hacer ruido, en cuanto pude levantarme revisé la zona que me había golpeado y evidentemente tenía un gran moretón, en ambas rodillas. Sobé un poco mis rodillas doloridas y me limité a secarme y ponerme la ropa sin más.

Apenas salí Maggie me miró y sonrió.

—Eres más terca de lo que creí. —Soltó y se acercó a ayudarme.

—¿Crees que podrías prestarme una camisa con mangas? —Le pregunté apenas me llevó a la habitación. Ahora me encontraba en un cuarto diferente, dentro de poco operarían al niño y necesitaban preparar todo.

—¿Por qué? ¿Tienes frío? —Me preguntó preocupada.

—No... sólo... no importa. —No sabía como decirle sobre mi tatuaje. Al parecer ella no sabía que significaba, pero quizá los demás sí.

—Tranquila, puedes contarme luego. Ahora te traigo una. —Dijo la chica comprensiva. Me sonrió y se fue a buscar una camisa. Apenas volvió me la puse y ella me miró feliz.

—Gracias. —Dije curvando ligeramente las comisuras de mi boca.

—No hay de qué. Ahora sigue descansando, en un rato te traeré algo para comer. —Me avisó Maggie antes de marcharse.

Apenas toqué la cama el sueño me invadió, al igual que el dolor. El camino desde el baño hasta la habitación luego de aquel golpe me mató. Me acomodé en la cama y volví a dormirme.