Capítulo 3:

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Drew empezo a caminar, y yo le seguí los pasos, me imagino que tiene un auto bien sexy como él.

Oh señor, nos paramos al frente de una motocicleta.

-¿Aquí nos vamos?-Pregunté muy confundida.

-Si hermosa, ¿Algún problema?-Dijo con una sonrisa y pasandome un casco.

-No, cualquier cosa que me lleve a casa esta bien.-Tome el casco y me subí en ella.

Cuando empezó a acelerar me sostuve muy bien de el y sentí sus fuertes abdominales, nunca me había subido en una motocicleta.

-Espero no llegar asfixiado.-No deje de apretarlo, tenía miedo de caerme.

Nos detuvimos en un semáforo y me preguntó-¿Qué edad tienes hermosa?

-Tengo 23.-Dije friamente, no puedo permitir que este mujeriego se encariñe conmigo. Mejor dicho NO me puedo encariñar con el. No me puedo dejar engatusar por el, es un mujeriego y yo no quiero sufrir.

-¿En donde vives?-Me preguntó con una sonrisa y sacándome de mis pensamientos.

-¿En una casa?-Dije sarcasticamente.

-Ja-ja-ja ¡que chistosa!-Dijo con sarcasmo.-si no me dices donde queda tu casa te llevaré a la mia o nos quedamos aquí hasta que te decidas.-Dice apagando la moto.

¿Y ahora que hago? ¡En serio apago la moto! No quiero que sepa donde vivo, pero si le digo que me deje una calle antes probablemente me seguirá.

-Esta bien.-Ya resignada tuve que decirle-gira a la derecha.-Encendió la motocicleta e iniciamos nuestro trayecto.

Una vez que hemos llegado a casa y me bajo de la moto le doy las gracias.

-No fue nada, no te preocupes.-Me responde con una sonrisa.

-Bueno, tengo que entrar ¡Nos vemos!-Dije mientras le daba un beso en la mejilla.

Mientras camino a la entrada de casa, oigo el rugido de su motocicleta y eso me indica que se ha ido.

-¡Ya llegué mamá!-Le grito a mi madre que tiene que estar en la cocina.

-¿Como te fue en la universidad hoy?-Me pregunta mamá mientras me da un beso en la mejilla.

Mi mamá es la mejor del mundo, es compresiva y me trata como un tesoro, quizá es porque soy su única hija ¿No?

-No muy bien como pensé, el auto tuvo unos inconvenientes.-Dije llevandome a la boca un poco de comida que había en la mesa.-Ah y me trajo un amigo.

No todo fue una ilusiónDonde viven las historias. Descúbrelo ahora