Omori

Capítulo 14 "Extraño"

  Tan pronto como Mari se fue junto con la ventana, apareció un pequeño remolino en el agua succionando al muelle y a Omori. Al abrir los ojos una pequeña rana lo saludaba a su lado. El animalito se sobresaltó al igual que él y salió por un agujero dando pequeños saltos. Se dedicó unos segundos a recuperarse y a mirar su entorno. Parecía estar en el fondo del mar, había bastante fauna acuática de colores muy llamativos y el agua bajo él también tenía un color brillante. Mientras se ponía de pie el extraño volvió a hacerse presente.

  Ambos de colores oscuros, él, una sombra y Omori en tonos blancos y negros, no encajaban en todo el ambiente colorido que tenían alrededor.

  No dijo una palabra, pero sabía que le estaba pidiendo que lo siguiera cuando caminó hasta perderse en la vuelta del túnel. Sin perder el tiempo se acercó y observo el estrecho túnel lleno de esa agua con aspecto radiactivo. Caminaba delante del azabache y lo guiaba, iba sobre el agua, como lo había hecho Mari un rato atrás. De un momento a otro volvió a desaparecer, pero no se preocupó, el camino era totalmente recto y estaba bastante seguro de que volverían a verse. Al rato llego a una pequeña porción de tierra, en ella había un coral grande, de color púrpura con ramas rojas dispersas por todas partes. Estaba cubierto de orbes negros y tenía un columpio verde colgando de una de sus ramas. Balanceándose en el columpio estaba el extraño.

-Ha pasado un tiempo desde la última vez que te aventuraste así de lejos…- resonó una voz en todo el lugar.

- ¿Hola? ¿Quién dijo eso?

-Cuanto tiempo, niño…

- ¿Me está hablando una rama de coral?

  Por primera vez el extraño hizo algo más que juzgarlo en silencio y asintió con la cabeza.

-Una rama de coral, sí. Con respuestas a todas tus preguntas. Respuestas que ya has olvidado…

- ¿De verdad?

  Le dio una vista rápida a la silueta, quien asintió con la cabeza.

-Quiero saber sobre mi amigo perdido.

-El amigo que perdiste no se encuentra en este mundo. El día que fue removido, renació en otro lugar. Él es especial para ti. Una cadena de destino los une a los dos. No puede dejar ese lugar solo. Para recuperarlo, tendrás que retirarte tú también, pero de una forma natural en este mundo.

- ¿Una forma natural? ¿Hay más lugares que no conozco en este mundo?

-Es un mundo increíblemente extraordinario a mi parecer. Antes de que todo esto fuera creado, existían tres grandes criaturas… la más vieja, la más sabia, y la favorita. La más vieja está viva, pero no es igual a como fue una vez. La edad le ha quitado la conciencia y se ha convertido en un parásito dentro de sí mismo. Vive aquí, más allá de esta caverna. La más sabia, contra su razón, cometió un acto que se opuso a la voluntad de los soñadores.

- ¿Qué fue lo que hizo?

-Es algo que ni yo se. Fue despojada de su sabiduría y desterrada al aislamiento. La última y la favorita, el gran gato amarillo, fue elegido para velar por la habitación más preciosa del soñador. Sigue siendo el favorito incluso hoy. Observando diligentemente… esperando a que pase algo.

- ¿Qué hay de White space? ¿Puedes decirme algo sobre ese lugar?

-Es el vacío, un hogar sin calidez. Un lugar para sobrevivir, pero no para vivir. Aun así, la conciencia no se puede borrar. Siempre encontrará una manera de entrar. Incluso en el espacio en blanco, tomará la forma... y si nadie lo quiere, se formará algo para dominarlo.

  Por mucha información que le hubieran dado sobre su mundo, todavía no sabía dónde estaba Basil, y eso lo frustraba mucho.

  Caminaba otra vez por un túnel lleno de agua y la sombra iba, esta vez, detrás de él. Y aunque sabía que no le iba a responder, comenzó a hablar.

-No se para que me trajiste hasta aquí. No tengo idea siquiera de que es lo que haces aquí. ¿Podrías hacerme el favor de decirme que eres al menos?

  Nuevamente esos ojos brillantes solo lo observaban sin interés. Lo vio soltar un suspiro.

-Has venido de nuevo a buscar la verdad, aquella verdad que es siempre la misma.

  La voz del extraño sonaba muy gélida.

- ¿Qué verdad? -pregunto Omori. 

-Esa verdad que no conoces, pero buscas…

- ¿Cómo la encuentro?

-Alguna vez el camino estuvo dentro de un viejo espejo, ahora, está en el corazón del vasto bosque. Pero, no importa cuantas veces sea escondido, el chico de las flores siempre lo va a encontrar. Y tú querida hermana siempre te va a guiar a él… 

- ¿Hablas de Basil? ¿Y Mari que tiene que ver con todo esto?

-Lo has abandonado, pero todavía anhela tu cuidado. Su alma no sabe nada más que gritar pidiendo ayuda. ¿Te apiadas de él?

  No planeaba responder a su pregunta, no era para él, era para Sunny.

-Le haces esa pregunta a la persona equivocada. Fue él quien dejo a Basil atrás, intento no cometer el mismo error. No importa en donde este lo encontraré.

-Muchas veces, tus amigos han tenido un destino desafortunado. Aunque son revividos una y otra vez. Y Mari, la chica con una rodilla lastimada... No podías soportar que volviera a morir, así que le dieron la seguridad de una manta de picnic. Desafortunadamente, su naturaleza es dejar y proteger. Y cuando lo haga, te dejará de nuevo y nacerá otra vez... con el alma eterna con la que la maldijiste.

- ¿Con la que yo la maldije?

-Las almas asignadas a tus amigos... Son frágiles y deben ser protegidas. Y por eso deben permanecer dormidos.

  Se detuvieron en un lugar con una pequeña porción de tierra. Sobre ella estaba la casa de Basil en un estado malgastado, como si llevara abandonada años. Dentro no había más que un hoyo, parecía infinito.

-Es un largo camino hacia abajo- dijo Omori apoyado en el borde.

- ¿Vas a saltar?

- ¿Por qué haría eso?

-Adelante, soñador. El camino hacia la verdad está más cerca que nunca. ¿Podrás desenterrarla esta vez?