Capítulo 8 "Quedan dos dias"

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  Como detesta levantarse después de una pesadilla, aunque él no lo llamaría así. Más bien, es como si su cabeza intentara recordarle algo, incluso mientras duerme. Estaba agitado, sudado y asustado. Tanto fue el susto que ni siquiera se sentía con las energías suficientes para lavarse el rostro. Tampoco quería ir a la casa de Kel, se sentía muy desanimado, cansado, como si en realidad no hubiera dormido nada. Escucho los energéticos golpes y suspiro. ¿De verdad iba a salir otra vez? ¿Qué tal si regresaba a su habitación y seguía durmiendo? De todas maneras, ¿de que serviría? Quien sabe, quizás y se despertaba con una pesadilla el doble de fea. Tomo la manilla y abrió. El castaño mostro la mejor de sus sonrisas cuando lo vio cerrar la puerta detrás de él.

- ¡Hola Sunny! -lo saludo con las energías de siempre- Muy buenos días. De hecho, buenas tardes ya.

- ¿Tardes? Espera, ¿Qué hora es?

-Son las…- hizo una pausa un momento para revisar su celular- Las 3 ¿Qué tal la siesta? - bromeo él.

  La mala broma casi le saca una risa, pero se limitó a sonreír un poco.

-Si, bastante buena- afirmo.

-Antes de ir a casa. ¿Te molesta si vamos a la plaza Faraway? Mamá me encargo algunas cosas.

  No estaba muy mal el día, no había mucho sol, estaba algo nublado. Y el clima también estaba bien, no estaba ese calor sofocante que hay en la mayoría de días. Raro, considerando que se encuentran a finales de agosto y en pleno verano.

-Dime, solecito ¿Dormiste bien?

  El azabache negó con la cabeza.

- ¿Pesadilla?

-Algo así. ¿Y tú?

-Como un bebé. Sin embargo, la pandilla de Aubrey dejó un mensaje fuera de mi casa.

- ¿Un mensaje? ¿Bueno o malo?

-Yo no diría que era bueno, pero, tampoco me pareció del todo malo. Al menos no me ofendió ni nada por el estilo.

-¿Qué decía el mensaje?

- “Kel apesta”

   Esta vez el azabache fue incapaz de ocultar su risa. El castaño lo observaba completamente sorprendido.

-Hace mucho que no te veía sonreír- exclamo todavía perplejo.

-Hace mucho no me reía así- se detuvo para recuperar el aire perdido.

-Se sincero ¿De verdad apesto? -el castaño parecía un perro regañado con la cara que estaba haciendo.

-No, Kel. No apestas- retomo la marcha- ¿Cómo sabes que fue la pandilla de Aubrey?

-Ay, por favor. Reconocería esas crayolas brillantes donde fuera. No tenía idea de que aun las conservaba después de todos estos años.

-Las recuerdo. Fue un regalo de su cumpleaños numero 10. Se los habías dado tu ¿Me equivoco?

- ¡Así es! Tienes una muy buena memoria, solecito.

-Si, algunas veces me gustaría que no fuera así…

  El tono con el que dijo eso sonaba algo triste. Y Kel sabía por qué. Es decir, recordar ese momento tan desagradable igual de fresco como si hubiera sucedido la semana pasada debe ser la cosa más horrible que una persona puede tener archivada en su cabeza. Después de tanto tiempo sin verlo lo último que le faltaba a Kel era que su amigo llorara y no quería eso. Paso el brazo por encima de su hombro, acercándolo a él.

-No te pongas así, Sunny. Escúchame, pasemos por la pizzería de Gino a buscar el pedido de mi mamá y traigámonos algo del mercado con el dinero que sobre ¿Qué me dices? -le revolvió su cabello de una manera amistosa.

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