"Olvidan que el amor también es una forma de pecado."
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Xiao está dolido por el engaño de Aether.
Scaramouche solo quería olvidarse del idiota de Kazuha.
╾ 4 CAPÍTULOS + 1 EPÍLOGO ╼
╾ TERMINADA ╼
El sol se filtraba por las cortinas, iluminando la sala donde Xiao y Scaramouche compartían un momento tranquilo. Estaban tan cerca, envueltos en una conversación amena, que cualquiera pensaría que eran algo más que amigos. Sin embargo, el siguiente paso, el de admitir sus sentimientos, permanecía en el aire, suspendido entre ambos.
Furina, consciente de la tensión entre Scaramouche y Xiao, decidió intervenir. Se acercó a Scaramouche con una sonrisa alentadora y lo abordó con suavidad.
"Furina, ¿pasa algo?" preguntó Scaramouche, notando la mirada decidida de la albina.
"¿Podemos hablar a sola?" El contrario asintió. Una vez ambos solos en la cocina, con la voz más baja que pudo hacer continuó. "¿Has notado lo cerca que estás de Xiao últimamente?" planteó, con una chispa traviesa en sus ojos.
Scaramouche frunció el ceño, confundido por la observación. "Bueno, nos llevamos bien, pero... no sé a qué te refieres", admitió, tratando de entender el mensaje detrás de las palabras de su amiga.
Furina suspiró con complicidad. "Scara, es obvio que te gusta Xiao. ¿Por qué no te animas a dar el siguiente paso y confesarle tus sentimientos?" sugirió, con un tono de apoyo y aliento.
Mientras tanto, Hu Tao abordó a Xiao con su propia estrategia. "Xiao, ¿te has dado cuenta de lo a gusto que estás con Scaramouche últimamente?" preguntó con una sonrisa pícara, tratando de sacar una reacción.
Xiao, sorprendido por la pregunta, se quedó en silencio por un momento antes de responder. "Bueno, sí, nos llevamos bien... pero no sé si eso signifique algo más", admitió, reflejando su propia confusión.
Hu Tao rió suavemente. "¡Vamos, Xiao! ¿Realmente no has considerado que podrías tener sentimientos por él?" le dijo con una mirada cómplice.
La intervención de las mellizas dejó a Scaramouche y Xiao sumidos en una reflexión silenciosa sobre sus sentimientos. Ambos eran conscientes de la conexión que habían desarrollado, pero la idea de confesar sus sentimientos les resultaba aterradora.
Horas más tarde, en la comodidad de la sala de estar, Scaramouche y Xiao se encontraron nuevamente, y una atmósfera nerviosa y expectante llenó el aire entre ellos.
"¿Xiao... puedo decirte algo?" preguntó Scaramouche, con un ligero temblor en su voz.
"Claro, ¿qué pasa?" respondió Xiao, notando la tensión en el ambiente.
Las palabras estaban en el aire, listas para ser pronunciadas, pero ninguno de los dos se atrevía a dar el primer paso, hasta que Furina y Hu Tao, desde la distancia, intercambiaron una mirada, decididas a no rendirse hasta ver a sus amigos admitir lo que sentían.
Claro que, eso no sucedió ese día.
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Furina y Hu Tao se encontraban en la cocina, sumidas en una conversación animada mientras preparaban la cena para la noche. Sin embargo, su mente estaba enfocada en un único objetivo: lograr que Scaramouche y Xiao admitieran sus sentimientos el uno por el otro.
