ARDIENTE I

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10 años más tarde...

Peonias teñidas de rojo era la vista que había para mostrar ahora.
_¿Por qué no te esfuerzas un poco más?, mi señora_
Con su cabeza ladina y una sonrisa suave Sukuna observaba como Yuuji se levantaba del suelo.

_Esforzarme un poco más?_
Yuuji al levantarse desde su posición lo fulmino con la mirada.

_Ánimo ánimo, yo se que puedes darme más!_
Sukuna lanza su ataque bailé cortante contra el chico al frente suyo mientras le alza la voz.
-¡¡Eres un Ryōmen no tengo que pedir me des más!!_

El pelirosa menor bailó espléndidamente la técnica lanzada por su esposo, ciertamente tenía dominado este ataque. Aprovechó acercarse rápidamente a Sukuna para acertarle un golpe en su mandíbula pero él rápidamente trata de esquivarlo echándose hacía tras a lo que Yuuji responde con una patada barriendo los pies del mayor tirandolo al suelo, se monta encima de él y intenta darle un puñetazo pero es detenido por dos de los brazos del mayor.

_Es suficiente por hoy_
Sukuna lo removió de encima y se levantó para entrar a la casa y asearse, el entrenamiento de hoy había terminado. El menor también se apresuró a entrar a la casa para preparar el baño de él y del señor. Yuuji al pasar por un lado de Sukuna este mismo aprovecha y dice.
_Hoy deseo almorzar carne humana, mocoso_

_No, hoy haré para el almuerzo estofado de cerdo_
Llegaron al baño y Yuuji preparo el ofuro.

_Tks! yo deseo carne humana hoy_
Yuuji dejo la bañera llenándose para acercase a Sukuna y desvestirlo, empezo por quitar el obi de la yukata de Sukuna.

_Pues tendrá que cocinarla usted, yo hoy haré estofado de cerdo_
Sukuna apretó la mandíbula del muchacho y lo hizo mirarlo. Yuuji tendió siempre a la seriedad al unirse a Sukuna, casi nunca mostró expresiones o sentimientos ante la maldición.

_A caso no fue suficiente la sangre que derramaste haya afuera!_

_Suelteme ya..._
El menor se zafó del agarre y siguió desvistiendolo.
_No voy a complacer caprichos niñatos_

Sukuna era quien se había casado con este niño, ahora no le quedaba nada más que apegarse a lo que era ahora su vida, ciertamente no mataría a su esposa por no cocinar lo que el quería.

_Le cocinaré humano para la cena así que entre ya a la tina_
Dejo salir un suspiro mientras preparaba las toallas para el mayor.

Sukuna al meterse a la tina tibia desparramo el agua, se quedó ahí sentado esperando ser limpiado. Aunque al observar al menor por detrás, habló.
_Entra a la tina, Yuuji_

Itadori obedeció,justo ahí donde estaba de pie se quito la ropa, se dio la vuelta, caminó y se metió a la tina junto a Sukuna, se hundió hasta solo dejar sus ojos y cabello a la vista, este ofuro era más grande de lo común por Sukuna.

_Ven_
Yuuji se acercó a Sukuna, este para curar las graves heridas del cuerpo menor utilizo la técnica maldita inversa, lo curo por completo.

_Gracias_
Yuuji lavo el cuerpo del mayor con delicadeza, concentrado en lo que hacía pues Sukuna era muy agudo en todo.
_¿Por qué simplemente no me curó luego?_

_Ese aroma tuyo a melocotón aumentó hoy_
Yuuji se sonrojo pero no dejo verlo pues tenía la mira gacha sobre el pecho del mayor.
_También tuviste un rendimiento fuera de lo común en el entrenamiento, tanto que pude romperte una costilla_

_Eso es porque no pude descansar adecuadamente..._

Rememorando...

Al no poder respirar bien desperté repentinamente.
_Aah.. me esta aplastando Sukuna-sama_
Los brazos de Sukuna estaban posados sobre el cuerpo del menor por oviedad.

𝐌𝐈 𝐏𝐄𝐎𝐍𝐈𝐀 [𝑆𝑢𝑘𝑢𝐼𝑡𝑎]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora