No debí intentar escapar, dicen que la tercera es la vencida... el problema es que esa no era mi tercera vez, sino mi décimo octava.
—No lo castiguen. El alfa necesita su presencia y si lo lastiman no podrá ni pararse para este trabajo.
Solté el aire que había contenido todo el tiempo. Las cicatrices en mi espalda aún no sanaban desde la última vez y si me volvían a azotar no podría defenderme cuando algún alfa quisiera molestar. Camine detrás del hombre que había dicho eso, de seguro era nuevo, nunca lo había visto.
—Adentro.
Asentí y seguí hacia el pasillo de la sala principal del alfa y su esposo.
Daekho me miro y analizó antes de pedirle a los guardias que se fueran.
—Te llame aquí para algo muy importante.
—Un nuevo trabajo, alfa. —Me incline un poco. Modales de manada.
—Si, pero no es cualquier trabajo. Necesito que—Sus ojos viajaron por la gran habitación con cautela, el omega Hansoo aún no decía nada—, necesito que mates a alguien.
Nada nuevo. El problema erradicaba en algo más a fondo y eso me estaba comenzando a aterrar.
—¿A quién alfa?
—Tenemos un plan, tu solo debes seguirlo al pie de la letra, como siempre.—Sonrió.
Sospeche muchas cosas, pero la "verdad" nunca se me paso por la cabeza y no me lo dijeron hasta que ya era demasiado tarde para negarme. Estaba en la carrosa cuando se me explicó el plan, exactamente tenía una semana y media para matar al Alfa Jeno de la manada Dahlia. Nunca había salido de mi manada no sabía quién era Jeno más que por lo que se hablaba entre los alfas con los que entrenaba. ¿Por qué querían matar a un alfa líder? Mis trabajos por lo general se tardaban un día o una noche y se realizaba en reuniones en las que había otras manadas envueltas y siempre había sido cerca del territorio, nunca tan lejos.
El riesgo de matar a un alfa líder era demasiado me hubiera negado al instante pero igual no podría evitarlo. Las ganas de llorar fueron más fuertes esa noche, incluso después de conocer al alfa, ver su atractivo rostro serio y su voz templada y fría. Lleve mis propias maletas escalas arriba y solo cuando me asegure que no había nadie cerca comencé a soltar todo. Me dije a mi mismo que podía hacerlo que sobreviviría, no era cierto. No sobreviviría. No era tan fuerte como les hacía creer a todos.
Jungwoo se encariño demasiado rápido, y contesto todas mis preguntas dando detalle de cada cosa por más mínima que fuera. Sobre la manada, sobre sus costumbres, el cuidado de su hogar y la importancia de los fallecidos padres del alfa. Sus antiguos líderes. Me habló de lo emocionados que estaban todos por la unión y me llevó a la guardería porque allí pasaba mucha parte de su tiempo al día, dijo que era un gusto propio por cuidar a los niños, no pregunte pero el me explicó que cada quién ayudaba como podía en la manada.
No me interesaba dañar algo como esto. Siempre había trabajado para matar a alfas u omegas que tenían muchas cosas cuestionables en su vida y estaban tramando ó haciendo cosas peores. Aquí no encontraba el problema y tampoco quería. El tiempo se me estaba acabando, Daekho me había dejado en claro que si no cumplía el objetivo en el tiempo acordado, yo sería el nuevo objetivo de hazaña.
Por eso salí esa noche, con la daga en el bolsillo del pantalón, no estaba cuidando el lugar, me estaba cuidando a mi mismo. Luego ese hombre se atravesó y me lastimo era una advertencia porque no estaba siguiendo los pasos que se habían establecido. Y era verdad incluso pasaba más tiempo con cualquier persona de la manada que con el alfa.
Planee matar al hombre, esconderlo lejos del territorio y en la mañana escapar. Pero todo salio mal, Jeno estaba ahí viéndome matarlo e incluso revisando si me encontraba bien. Pensé que podría salir de esta situación, un omega que sale a tomar aire en la noche y es atacado por un desconocido, no habría duda en que solo me estaba defendiendo a mi mismo.
Pero el hombre no estaba solo, y habían atrapado a su compañero. En menos tiempo del que tenia para planear un escape esta manada se enteraría de la verdad y me matarían por traición.
Ya podía ver la ira en los ojos de ese alfa serio y frío como el hielo. Mi corazón se detuvo, debía huir lo más lejos que me permitiera mi pierna herida.
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