Capítulo 22:

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(AVISO: Como si no me conocieran jsjsjs, contenido sensible, este cap no es fuerte pero es de esos que son asquerosones incómodos, así que lee con cuidado bajo tu mal cuidada responsabilidad)

Dolor.

En este oscuro y frío lugar solo puedo sentir dolor en mi cuerpo.

En este lugar las voces y recuerdos me atormentan.

Estoy en casa, mi hermosa ciudad. Estamos en el parque, dos de mis hermanos mayores y yo estamos trepados en un árbol, la idea era escalar tan alto como se pudiera.

Al ser yo el más pequeño y ágil, he llegado a la rama más alta posible en tiempo récord, puedo ver a mi madre desde la altura, pero creo que ella no puede verme a mí porque le tapan las hojas de este frondoso árbol.

Grité un poco para llamar la atención de mi madre y que me felicitara por llegar tan alto, grité fuerte.

-¡Mamá, mírame! ¡En el árbol!-Gritaba entusiasmado.

Mi madre miraba para todos lados para poder verme, pero las hojas no le permitían verme, y ella no parecía querer levantarse de dónde estaba solo para ver.

-¡No te veo pero muy bien mi amor!-Gritó de regreso, rendida por no encontrarme con la vista.

Sonreí complacido, me senté en aquella rama para ponerme más cómodo. La rama era de las más altas, lo cual la hacía sentir frágil, por lo cual tratarla con cuidado era prioridad si no quería caerme con ella.

Era pequeño, también ligero, aunque saltara sobre ella, la rama no se rompería, pero igual miraba a los alrededores de forma tranquila para no arriesgarme a caer.

-¡Adrián!-Gritó mi hermano mayor desde unas cuantas ramas abajo-¡Bájate de ahí-Gritó, a lo que yo le di una mirada confundida.

A pesar de no saber por qué lo decía, no dude en hacerle caso, me levanté sobre la rama, y al hacerlo, jalaron la camiseta de mi cuello hacia atrás, haciendo que mis pies resbalaran y casi caigo al vacío.

Logré atrapar la rama en la que estaba parado con mis manos, así que no caí.

Sorprendido, miré hacia arriba al no saber quién me había hecho eso, encontrado a otro de mis hermanos mayores, el antes estaba escalando, y al llegar, se paró sobre la rama en la que estaba yo.

Mi hermano comenzó a pisar una de mis manos, obligándome a soltar la rama.

Me quedaba un brazo para sostenerme, sabía que me iba a caer, o por falta de fuerzas o por que mi hermano me iba a tirar.

Molesto, me balancee sobre la rama, imponiendo mi peso y más, haciendo que esta crujiera.

Sabía que esta se rompería, la rama no aguantaba el peso de ambos.

Cómo esperaba, la rama se rompió.

Ambos caímos, el árbol era gigante, lleno de ramas.

Al estar preparado para caer, solo tome otra rama con mis manos antes de caer al vacío, aunque sin pensarlo, mi hermano no estaba listo para caer.

Cuando mi seguridad estaba intacta, volteé hacia abajo.

Ví a mi hermano chocar con las gruesas ramas al caer, las mas pequeñas le hacían rasguños, y las más grandes lo golpeaban.

Al llegar al suelo, no pudo caer de pie, uso sus brazos para defender su cabeza, y ahí gritó a todo pulmón.

Mi hermano no paraba de gritar, sus dos brazos estaban rotos por la caída.

Mi madre se levantó de inmediato y corrió a auxiliar a mi hermano herido.

Yo comencé a bajar del árbol al ver que no todo estaba bien, mis hermanos comenzaron a reunirse alrededor, y niños desconocidos miraban de lejos, sorprendidos por tanto grito.

Secuestrado en RomaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora