Mayru Nakamura tendrá que probar ser inofensiva y tener total control de su poder para sentirse libre de nuevo, pero nada que valga la pena en esta vida es fácil.
Satoru Gojo ayudará a su antigua alumna a volver a probar la hermosa libertad a cambio...
Me encanta como la brisa choca con mi rostro y mi cabello se mueve, es realmente tranquilizador.
- May... ¿Puedo preguntarte sobre tu técnica? - Miré a Nobara, se encuentra enfrente de mí y está apunto de comer una parte de su porción de tarta. Asentí rápidamente y le sonreí.
Nos encontramos en un café, con varias bolsas a nuestro alrededor, habíamos comprado ropa y algunos productos de belleza. No les mentiré, no se nada de cosméticos, pero Nobara insistió.
- ¿Qué es eso del fuego y cómo es que puedes revivir de la nada? - Me reí un poco y me encogí de hombros.
- Es como si fuera un ave Fénix transformada en persona, ¿entiendes? El ave Fénix tiene poderes de luz, eso incluye el fuego y tiene la capacidad de renacer de sus cenizas cuando muere. Además, tengo alas, sólo que no sé cómo usarlas y a veces mis ojos se vuelven carmesí. - Ella me miró sorprendida y con una sonrisa.
- ¿Así que si tú quisieras podrías volar pero no sabes cómo hacerlo?
- Sí... Algo así.
- Wow. Eres increíble, mujer. Deberías aprender.
- Debo admitir que me da un poco de miedo. - Terminé mi café y me di cuenta que ella había acabado su postre. - Ya vámonos, se supone que no tengo permitido salir sin Satoru.
- ¿Qué fue lo que hiciste para acabar de esa manera? - Dijo mientras se ponía de pie y recogía las compras.
- Te lo contaré luego... - Estoy incómoda, no me gusta hablar de eso.
Recogimos todo y volvimos a la preparatoria.
***
Ahora estamos en mi habitación, acordamos dormir juntas hoy. Nobara me puso una mascarilla en la cara y ahora estamos viendo películas en su teléfono.
Luego de retirarnos las mascarillas y limpiar la habitación, que estaba llena de envoltorios de dulces, ella se durmió y apesar de que ya es medianoche, yo no puedo dormir.
Escuché que tocaron la puerta, me levanté a abrir y me encontré con Satoru.
- ¿Qué haces aquí? Es tarde. - Le pregunté mientras salí de la habitación y cerré la puerta.
- Había venido a pasar tiempo contigo, pero veo que tienes a una invitada.
- ¿Cómo lo has notado?
- Detecté su energía. - Ah, cierto que puede hacer eso.
- Bueno...
- Te traje gomitas, sé que te gustan. - Tomé las gomitas y pude sentir mis mejillas enrojecer.
- Gracias, Satoru.
- No es nada.
Me puse de puntillas y como pude besé su mejilla rápidamente.
- Creo que te traeré gomitas más seguido. - Reí, era graciosa la situación, teníamos que hablar susurrando porque Kugisaki se encuentra durmiendo. - Tendré que venir a pasar la noche contigo en otra ocasión.
- Lo siento por eso.
- No te preocupes, está bien. Me agrada que pases tiempo con los estudiantes. - Asentí mientras sonreía.
- Realmente son chicos agradables.
- ¿Y yo no lo soy?
- Ay, por Dios. No, eres fastidioso.
- ¡Ja! Te equivocas, May. Sé que te encantó. Tú lo dijiste.
- Hmm... Nop, creo que lo soñaste.
- ¿Ah, sí? - Se acercó bastante a mi rostro. - Ya que soy tan fastidioso, me llevaré esto. - Me quitó la bolsa de gomitas.
- Nooo. Dame. - Intenté quitársela, pero él es mucho más rápido, así que le pisé el pie. No me esperaba ese grito de su parte.
- ¡Oye! ¡Eso dolió! - Le quité las gomitas y golpeé su hombro.
- ¡Cállate, tonto!
Él se dió cuenta de que había alzado la voz y me miró preocupado.
- ¿Crees que venga?
- ¡¿Tú crees que no va a venir después de escuchar un grito afuera de la habitación?! - Estábamos susurrando de nuevo, espero no haber despertado a Kugisaki.
- ¡Fue tu culpa!
- ¿Qué? ¡Tú gritaste!
- ¡Porque me pisaste!
- Es que... Querías llevarte mis gomitas. ¡Ya vete! Podría salir en cualquier momento. - Señalé a la puerta.
- Está bien, buenas noches. - Se acercó y tomó mis mejillas, rápidamente me besó en los labios y se fue corriendo.
Lo miré mientras se iba... Debo hablar con él sobre la relación que tenemos.
***
Han pasado los días, los chicos habían estado en varias misiones, mientras yo me mantuve encerrada, fue algo aburrido, pero al menos pude terminar un libro.
Ahora estoy paseando con Nobara, a pesar de que Satoru no sabe que estoy afuera, no creo que haya problema, sólo tengo que mantener la calma.
- Disculpa, pero... - Volteé y detrás de nosotras se encuentra una chica alta de pelo castaño y luce algo nerviosa.
- ¿Huh?
- Creo que te ví con Itadori...
Estamos en un café, al parecer a esta chica le interesa Itadori... Qué linda.
- Está soy yo cuando me gradué. - La chica nos mostró su teléfono a Nobara y a mí, en la pantalla había una foto de ella, era bajita y gordita, es muy tierna. Sonreí y miré la foto con adoración.
- ¿Eh? ¿E-es en serio? - Miré a Nobara y le pegué un suave codazo en el brazo. - ¡Pero sólo han pasado seis meses! ¿Qué te pasó?
- Bueno... Es que crecí unos 15 cm y con el ajetreo de mudarme a Tokyo me quedé así. - Dijo quien al parecer se llama Ozama mientras se rascaba la nuca.
Ellas continuaron hablando y yo dejé de escuchar, me concentré en devorar la deliciosa tarta de fresa que tenía enfrente de mí.
- O sea... Es "eso", ¿verdad? - Volví a escuchar, parecían más serias y aparte... ¿Qué es "eso"? Yo vivo por el chisme.
- ¡Sí! ¡Es "eso"! - ¡¿Qué carajos es "eso"?!
Nota de autor.
Holaaa!!!!
Al fin les traigo un nuevo cap, jeje.
Lo siento si tardo en actualizar, he estado un poco enferma.
BUENAS NOTICIAS
Prometo actualizar más seguido, ya terminé las clases, ¡Estoy en vacaciones!
Besos y abrazos para ustedes. Muak. <3
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