el accidente

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El castaño se sobresalto al ver el mensaje. Era de un número desconocido el cuál le había mandado una imagen el de cabellos castaños se quedó mirando aquella imagen con notable preocupación pues la imagen era de su nuevo subordinado quien estaba atado a una silla inconsciente.

- ¡Mierda, esto es malo! - digo el castaño con notable preocupación.

Se levantó del sofá y se dirigió a su habitación abrió la puerta y se acercó al gran armario que tenía miro arriba de este y estiró su mano buscando algo, agarro una caja de arriba y se arrodilló en el piso donde coloco la caja blanca. La abrió y agarro una calibre 9 mm, reviso que estuviera cargada ya la guardo en su cintura.

Se dió la vuelta y agarro su saco marrón, se lo coloco mientras salía de la habitación para dirigirse devuelta a la sala, se acercó a Mizuki quien seguía dormida en el sofá, se arrodilló enfrente del mismo y la movió un poco para despertarla.

- Oye enana despierta. - dijo con una voz tranquila intentando no demostrar preocupación.

- Mmh.. - respondió somnolienta mientras se llevaba una mano al ojo.

- ¿Te parece si vamos a la agencia? - dijo intentando demostrar entusiasmo. - Luego iremos a un lugar, de acuerdo?

- ¡Okey! ¿Luego a dónde iremos, samu? - pregunto con confucion, mientras se sentaba en el sofá.

- Luego lo sabrás, ¡Ahora arriba! - dijo mientras levantaba a la menor en sus brazos.

El castaño la bajo en el piso para que se pusiera unos zapatos, agarro un abrigo con capucha y se lo puso cerró el cierre de esta y le puso la capucha, ella no rechisto, ni pregunto por qué la capucha.

Luego de eso abrió la puerta y miro a los lados agarro la mano de la menor y empezaron a caminar hacia la agencia mientras el castaño mandaba un mensaje a Fukusawa.

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En otro lugar antes de que se mandará aquél mensaje.

En los edificios de la Port Mafia se podría apreciar a un pelirrojo sentado en su oficina.

Estaba investigando lo de la niña que el jefe le había pedido, hasta que encontro algo que estaba buscando, una imagen de ella, pero, te esa niña tenía un parecido muy fuerte a la niña que estaba con cierto castaño con vendas.

Y gracias a eso ya sabe dónde está y solo tenía que avisar a el jefe.

El pelirrojo se levantó de su asiento y salió de su oficina para dirigirse a la de Mori. Al llegar tocó la puerta y espero a escuchar el "adelante" de este. Entro y se sacó su sombrero en forma de respeto.

- ¿Sucedió algo, chuuya-kun? Es raro que vengas sin que yo te llame. - dijo el pelinegro con una sonrisa.

- Boss encontré el paradero de la niña y quién está a cargo de cuidarla. - dijo con calma.

- Y dime chuuya-kun, ¿Quien está a cargo de ella?

- La persona a cargo es dazai osamu. - dijo con voz firme.- Por eso vengo a pedirle permiso de ir por ella hoy mismo.

- Con que dazai, eh, bien tienes el permiso, llévate a los que creas necesarios, pero, dazai no puede morir, hieran lo si es que lo creen necesario pero el tiene prohibido morir. Tráeme a esa niña cuánto antes, chuuya-kun, recuerda que ella tiene que llegar sin ningún daño, de acuerdo? - digo con voz fría y una sonrisa siniestra.

- Entendido jefe, con su permiso Mori-san me retiro.- dijo mientras daba una reverencia en forma de respeto.

El de hebras rojizas se volvió a colocar su sombrero y se dió la vuelta para retirarse.

☆Cómo los ojos de Mizuki  ☆ (soukoku)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora