"Aveces hacemos cosas
Por otras personas,
¿La razón?
Nadie lo sabe o bueno Talvez si"
- ¡Aquí estoy, dazai-kun! - dijo el jefe de la mafia portuaria, desde la puerta de la habitación.
- Ah, la persona que menos quería ver, y eso que acabo de revivir de la muerte. - dijo el castaño, rodando los ojos con amargura.
- ¡Que cruel eres dazai-kun! - dijo el peli-negro, mientras llevaba una mano a su pecho fingiendo dolor.
El castaño solo lo ignoro mientras se cruzaba de brazos, y se recostaba por la cabeza de la camilla. Rápidamente sabía quién había pagado la habitación, y gastos hospitalarios, pues la habitación de hospital, no era común, era una privada. Pues claro Mori Ogai el jefe de la mafia portuaria, no dejaría que su "pequeño demonio" como solía llamarlo, se quedará en un hospital para pobres, en pocas palabras.
- Por cierto, chuuya-kun, podrías salir un momento, hay algo que quiero decirle a dazai-kun. - prosiguió el mayor.
- ¿Seguro, jefe? No hay problema que me quedé. - dijo el primer mencionado.
- No te preocupes, puedes retirarte, y tu rata de alcantarilla, ¡vete por dónde viniste! - dijo en voz alta mientras apuntaba con un dedo a la ventana.
- ¡¿Esa maldita rata sigue aquí?! - pregunto el peli-rojo, dirigiendo su mirada a dónde apuntaba el mayor.
- ¡Hola suegrito! ¿Que tal la familia? - dijo el ruso desde la ventana en la que colgaba.
- Dijiste que ya te ibas. - interrumpió el castaño, sin mirar a nadie, manteniendo los ojos cerrados y brazos cruzados.
- ¡NO ME LLAMES ASI! ¡Número uno, no soy tu suegro, por qué no apruebo su relación, y dos me repugnan las ratas! - dijo levantando un poco más la voz, y poniendo ambas manos en su cintura con enfado, una venita se le asomaba en su frente.
- Mo~ pero suegrito, yo lo quiero mucho, y usted ni padre es de daz.. - corto sus palabras rápidamente, pues un arma le apunto directo a la frente. Una sonrisa ladina su posiciono en sus labios, pues el de la pistola era nada más que Mori Ogai, o como lo llamaba el ruso "suegrito"
- Cállate antes de que dispare. - dijo con firmeza.
- Que me calle dazai. - retó.
- ¡Eres un..! - dijieron al unisomo el peli-negro y el peli-rojo. Pero sus palabras fueron cortadas.
- ¡Cállense los tres! Dios ¡Estoy herido, me duele todo el cuerpo, me atropello un puto auto! ¡Literalmente morí, y me revivieron! ¡ASI QUE LO MENOS QUE PODRÍAN HACER ES CALLARSE, Y DEJARME DESCANSAR A LA GRAN PUTA! - grito el castaño, seguiría gritando, pero un dolor fuerte de cabeza le atacó, puso una mano en su cabeza, mientras se quejaba por el dolor.
- ¡Dazai/dazai-kun/cariño! ¿Estás bien? - preguntaron lo tres al unisomo, acercándose al castaño.
- ¿Te duele la cabeza? - pregunto el peli-rojo, aunque fue estúpido preguntar eso, dado que era muy claro que si.
- Claro que le duele, enano idiota. - se quejo el ruso, mientras rodaba los ojos.
- Cállense y dejen de discutir. - se quejo el mayor - Alejarse, vere si no tiene fiebre. - dicho eso llevo su mano a la frente del castaño, los otros dos idiotas, solo se quedaron mirando - No tienes fiebre, tu temperatura baja demasiado rápido... ¿Dazai, sientes algo más que dolor de cabeza?
- T-tengo f-frío... - se quejo, apartó la mano de Mori con brusquedad, con sus propias manos se atajo la cabeza, mientras susurraba cosas incoherentes.
- ¿Dazai? - dijo el doctor ilegal - Esto es malo... Chuuya-kun, ve por los doctores.
- ¡Si Mori-san! - dicho eso se fue rápidamente de la habitación.
- Dazai, necesito que me escuches, y me digas que sientes. - dijo el mayor.
Fyodor se acercó más dazai y lo rodeo con sus brazos, dazai a sentir los brazos rodearlo se intentó safar, pero se rindió, y se aferró a la camisa del contrario.
- Dazai, dime, ¿Qué sientes? - pregunto está vez el ruso.
- E-e-escuche v-vo-voces, decir mi nombre, no se callaban, fyodor, diles que se callen. Hacen que me arda la cabeza. - dijo aferrandose más al mayor.
- No te preocupes, haremos que se callen. - dijo el recién nombrado, acariciando la espalda del contrario, y abrazándolo con delicadeza, por sus heridas.
- Talvez el golpe en la cabeza,que se dió en el accidente, hizo que algo fallará en su cabeza.
- En teoría todo es tu maldita culpa. - dijo el ruso con enfado, mientras movía a dazai y se recostaba a su lado en la camilla, tenían suerte, era lo suficientemente grande para que quepan los dos, recostó a dazai que seguia aferrado a el, como un koala a una rama.
- Maldito aprovechado - pensó el mayor - No fue mi culpa, yo no dije que lo atropellaran. - dijo como excusa.
- Ya se calmo - dijo la rata mirando a el castaño, que había caído dormido en su pecho, el ruso acariciaba sus hebras castañas.
- Si no fuera por dazai, te hecharia a patadas de aquí. - dijo rodando los ojos.
- Hablo el culpable de su estado actual. - dijo chasqueando la lengua.
- No fue mi culpa, que te lo quede claro. - dijo cruzando los brazos, y hechando un suspiro cansado.
- Tienes razón, no solo fue tu culpa, también fue por ese enano rabioso. - dijo mientras acariciaba el pelo castaño del contrario.
- ¡¿Que fue culpa de quien?! - dijo alguien desde la puerta de la habitación.
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Capítulo corto. Bay bay
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☆Cómo los ojos de Mizuki ☆ (soukoku)
Sonstigesuna mañana como siempre que iba dazai caminando hasta que se percató de una niña la niña no tenía nombre por lo cual este lo llamo Mizuki dazai no sabe cuidar de niños por lo que pidió ayuda a chuuya que juntos la tendrían que cuidar mientras ambos...