Amor entre cachorros ( Paw Patrol One Shots )

Rex X Liberty

Solo diré que está inspirado en el cortometraje 'Cuerdas'. Ya estoy activo otra vez y eso me alegra. :D
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***Ruedas***

Liberty se sentía feliz cada vez que iba al centro de rehabilitación canina. Le encantaba ayudar a los perros que habían sufrido algún accidente o enfermedad y ver cómo recuperaban su movilidad y su alegría.

Un día iba caminando por el pasillo hasta que algo le llamó la atención. Un cachorro que había quedado paralítico de las patas traseras después de caerse por un barranco. Al menos eso fue lo que escuchó.

Llegó la hora de la terapia. Liberty se acercó lentamente al cachorro. "Hola, Rex. Escuché que ese era tu nombre".

El perro no respondió. "Veo que no hablas. Ni caminas". Liberty soltó una pequeña risa antes de percatarse de la mirada de Rex. Rápidamente se  dispuso a disculparse "Lo siento".

Rex movió la cola ligeramente. "No te preocupes, un poco de humor solo ofende si eres progresista". Liberty sintió una chispa de esperanza. Quizás había una conexión entre ellos.

Liberty y Rex se habían hecho muy amigos desde el primer día. Se contaban sus historias, sus sueños, sus miedos. Se reían juntos, se consolaban, se abrazaban.

Liberty sentía una conexión especial con Rex, algo que iba más allá de la amistad. Se sentía atraída por él, por su personalidad, por su mirada, por su sonrisa. Quería estar siempre a su lado, protegerlo, cuidarlo, quererlo. Pero no sabía si Rex sentía lo mismo por ella. Tal vez solo la veía como una amiga, o peor, como una enfermera. Tal vez pensaba que ella solo lo quería por lástima, o por deber. Tal vez no se creía merecedor de su amor, o tal vez le gustaba otra perrita.

Liberty le puso un arnés especial que le permitía sostener las patas traseras de Rex mientras él caminaba con las delanteras. Era una forma de estimular sus músculos y su circulación. Liberty le hablaba con dulzura y le animaba a seguir adelante. Rex se esforzaba por avanzar, pero se notaba que le costaba. Liberty le sonreía y le decía que lo estaba haciendo muy bien.

Poco a poco, Rex fue agarrado más confianza y velocidad. Liberty se sorprendió de lo rápido que aprendía. Rex también se mostró más cariñoso y agradecido con ella. Le lamía la mano y le miraba con ternura. Liberty se enamoró de ese cachorro. Era tan dulce y fuerte a la vez.

Un día, Liberty decidió hacer algo diferente con Rex. Le propuso salir a dar un paseo por el parque, aprovechando que hacía un buen día y que el centro estaba tranquilo. Rex aceptó con gusto, pensando que sería divertido y relajante. Liberty le ayudó a ponerse su silla de ruedas y salieron juntos, felices y sonrientes.

El parque estaba lleno de flores, de árboles, de pájaros. Había otros perros jugando, corriendo, saltando. Liberty y Rex se sentaron en un banco a observar el paisaje, a charlar, a reír. Liberty se sentía muy bien con Rex, se sentía libre, se sentía feliz. Rex también se sentía muy bien con Liberty, se sentía cómodo, se sentía agradecido. Se miraron a los ojos, se sonrieron, se acercaron. Liberty sintió que era el momento de decirle lo que sentía, de arriesgarse, de ser valiente. Rex sintió que era el momento de escuchar lo que ella tenía que decir, de responderle, de ser sincero.

"Rex, hay algo que quiero decirte. "Empezó Liberty, nerviosa pero decidida.

¿Qué pasa, Liberty?" Preguntó Rex, curioso pero expectante.
"Rex, yo... yo te quiero. Te quiero más que como un amigo, más que como un paciente. Te quiero como... como algo más." Confesó Liberty, mirándolo con amor y esperanza.

"Liberty, yo... yo también te quiero. Te quiero más que como una amiga, más que como una terapeuta. Te quiero como... como algo más. - respondió Rex, mirándola con amor y sorpresa.

Liberty y Rex se quedaron sin palabras, sin aliento, sin tiempo. Se acercaron más, se rozaron las narices, se dieron un beso. Un beso dulce, suave, tierno. Un beso que sellaba su amor, que rompía sus miedos, que cambiaba sus vidas. Un beso que los hacía sentir completos, que los hacía olvidar sus problemas, que los hacía volar. Un beso que era el principio de una nueva historia, de una nueva aventura, de una nueva felicidad. "Te prometo que volverás a caminar". Le susurró al oído.

Liberty y Rex se separaron, se abrazaron, se miraron. Se dijeron te quiero, se dijeron gracias, se dijeron te amo. Se levantaron, se tomaron de la pata, se fueron.

Rex estaba cansado, sin fuerzas. No obstante se negaba volver a la cama.

Al día siguiente. Liberty se había levantado para ayudar a su nuevo novio con su terapia de piernas. Sin embargo lo que vio le motivó con alegría. Su silla de ruedas estaba vacía. "¡Lo logró! ¡Por fin logró caminar! ¿¡Donde estará!? ¡Jugando fútbol! Expresó la cachorra salchicha mientras corrió hacia el partido.

En ese momento escuchó algunos directores del instituto hablando. No le hubieras prestado atención si no hubieras sido  por el hecho que mencionaron a Rex "De verdad no lo puedo creer. Se miraba muy bien ayer. Todavía no estábamos preparados para esto". Dijo una de las directivas. "Lo bueno que fue durante la noche y no sufrió. Al menos la sonrisa que vimos lo demostró.

"No sé cómo se lo vamos a decir a Liberty".

Liberty estaba llorando. No lo quería creer. No podía estar pasando. Se dio la vuelta y corrió hacia la silla de ruedas.

10 años después

En ese mismo centro de rehabilitación llegaba una perra salchicha. Parecía que tenía cruce con otra raza de perro. Al menos eso decía su cara con colores blanco y negro.

"Hola, soy Librexity. Soy la hija de la antigua maestra Liberty y vine a sustituirla". Dijo mientras se paraba en algo que no era una silla. Sí lo era pero no precisamente era la mejor silla. Esta estaba oxidada y contenía ruedas

FIN