Sé mi muerte by hweianime

Capítulo 21: La ruptura de la muerte con un Weasley

Aquel en el que la Muerte rompe con un prefecto y convence a un profesor para que se vaya a la cama (y sí, es mucho más sexy que la última vez)

La cuestión es que salir con Percy fue una experiencia. No está mal, claro está, pero Harry tampoco cree que pueda clasificarse como particularmente bueno. Percy parece más incómodo que antes, lleno de preguntas y preocupaciones cada vez que estornuda. Hay muchos elementos del cortejo que se aplican en las citas; aparentemente. Regalos y cumplidos y nada de sexo, excepto que se supone que la parte de regalos y cumplidos es un esfuerzo mutuo para la intriga de Harry. Afortunadamente, Percy parece quedar satisfecho fácilmente, por lo que el niño no tuvo que hacer mucho en ese sentido, lo cual fue bueno porque estaba seguro de que de todos modos no hizo un buen trabajo.

Eso no quiere decir que no haya partes agradables en todo ello. Enseñarle al prefecto cómo besar fue divertido y Percy, como en Hogwarts, era un estudiante bastante entusiasta. A Harry le gustaban sus estúpidos intentos de hacer bromas. A Harry le gustaba la forma en que podía ser un romántico tan serio. Y, sobre todo, a Harry le gustaba cómo al final del día, ya fuera durante las vacaciones en la Madriguera o en los dormitorios, Percy siempre lo besaba dulcemente en la mejilla e insistía, a su manera tímida y indirecta, para que se fueran. acurrucarse bajo una manta compartida. El adolescente pelirrojo lo intentaba por momentos, sí, pero era obvio que él también lo intentaba. Y Harry apreció eso con un cariño feroz. Él hizo.

Es solo. Es que todo el asunto es tan jodidamente juvenil que a Harry realmente le preocupaba perder la cabeza. El tomarse de la mano sudoroso, la vacilación, el casto todo. Seguro que fue lindo al principio. Realmente adorable. Como ver a un cachorro revolcarse bajo el sol. Pero pronto envejece, y el cachorro acaba rodando por un huerto o algo así, y luego se vuelve un poco menos lindo y un poco más... irritante.

Y el hecho de que todo lo que parecen hacer es tocarse, manosear y ponerse en celo y, si Harry tuvo mucha suerte, chupar, es también otra fuente de frustración completamente diferente pero igualmente grande para el joven adolescente. Harry ha tenido que recurrir a... la autogratificación. Nunca antes había tenido que hacer eso en su vida de no-muerto. Para eso estaban los adoradores.

Es cierto que explorar su joven cuerpo increíblemente sensible, autocalentado y núbil con manos llenas de siglos de experiencia en las artes del placer no era una dificultad en sí misma. Verse obligado a emprender este viaje de autodescubrimiento en el baño de la casa de sus amigos. y también la casa familiar de mi novio lo era un poco más. Lo que le molesta más que el acto es el principio de la cosa. Sin mencionar que es extrañamente vergonzoso por lo patético que se siente después. Degradarse porque su novio no lo haría por él es más que un pequeño golpe a su ego.

Incluso entonces, Harry cree que puede manejarlo, la dulzura empalagosa, la frustración sexual, la insistencia en tomarse de la mano.

Pero entonces Percy entra a la enfermería con un ramo de flores. Flores.

Y está bien, a Harry le gusta la idea de poder cultivar plantas en esta nueva vida, es apresurado darse cuenta de que puede ser parte de la creación de la vida. Ya sabes, en lugar de ser el equivalente en vida del basurero. Es una novedad que todavía no ha decaído del todo en él.

Pero él, tal vez, un poquito... absolutamente desprecia las flores, especialmente como regalo. Es algo innato que ninguna perspectiva de la vida puede cambiar en él. Como su afinidad por la oscuridad, su aprecio por la tranquilidad, sus pequeños intereses mórbidos que implican demasiada sangre para los estándares generales de la mayoría de los organismos. Él es la Muerte y por tanto no le importa la vida. Puede apreciarlo y ha aprendido a disfrutarlo después de eternidades viendo crecer y pudrirse la vida y todavía estar continuamente sorprendido y fascinado por ella. Pero los símbolos de la vida, el embarazo y la fertilidad, bueno, para ser franco, le repugnan. Y las flores son las tres. Que se jodan las flores. Es su fiebre del heno emocional. Regalarle flores es como el equivalente a darle un montón de cadáveres a la Vida o a cualquier ser humano en su sano juicio.