Tiempos de guerra - Parte 2

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─¡NO PUEDO VER NADA! ─Exclamó un soldado completamente asustado. El polvo del campo de batalla ya se estaba disipando pero muy lentamente, aún no alcanzaban a ver a los enemigos.

─¡SIGAN DISPARANDO! ¡SIGAN DISPARANDO! ─El sargento ordenó que no detuvieran los disparos de los morteros, estos ya estaban puestos en un ángulo perfecto para alcanzar a los americanos, solo necesitaban que sus aliados no se acerquen mucho o también serían alcanzados.

Senku y Chrome seguían detrás de los sacos sin asomar la cabeza, algunos de sus compañeros hicieron lo contrario y fueron atravesados por las balas.

Cada vez que un soldado moría, otro se acercaba para tomar su lugar por órdenes del sargento.

Ukyo se mantenía atento agachando la cabeza cada tanto y con el fusil en mano. Desde que se inició la guerra en la isla, el plan siempre fue una táctica defensiva que hasta ahora no estaba dando resultados, solo les quedaba seguir aguantando ¿Pero por cuanto más? Ya vio morir a cientos de sus compañeros a lo largo de estas dos semanas que estaba durando la batalla en la cima del acantilado.

─¡Sargento, debería enviar más refuerzos al frente! ─El de mayor rango militar asintió ante la petición de uno de sus hombres y empezó a enviar más soldados al frente.

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─¡Están ahí! ¡disparen! ─Mozu y varios de otros soldados estaban cerca de los estadounidenses. Estaban tratando de avanzar escondiéndose detrás de las rocas o en los agujeros que dejaron los bombardeos, su misión era hacer retroceder a los enemigos, matarlos o forzarlos a que bajen del acantilado.

Los americanos traían puesto su propio uniforme militar de color verde oliva, misma tonalidad que sus cascos y botas marrones. Cada vez seguían avanzando pero a la vez perdían a varios de los suyos debido a las explosiones de los proyectiles de mortero que les caía encima.

─Maldita sea ─dijo Hyoga escondiendo detrás de un tronco partido a la mitad luego de dispararles a algunos con su fusil.

El peliblanco estaba furioso por la deficiencia del armamento, lo único que tenían como armas de largo alcance eran los fusiles y algunas ametralladoras ligeras. Los americanos también contaban con ese tipo de armas, pero además, estaban armados con subfusiles, armas de mediano y corto alcance las cuales con solo apretar el gatillo, se expulsaba ráfagas de balas.

Hyoga sacó de uno de sus bolsillos una cinta con 5 cartuchos de bala, esa era la capacidad máxima de los cargadores de sus fusiles, y no se podían disparar en ráfaga, sino de uno en uno, eso los tenía en desventaja.

Con el arma otra vez cargada, salió de detrás del tronco para avanzar y dispara al mismo tiempo, ya casi no había polvo y tierra donde ellos estaban así que ya podían ver a los enemigos con un poco más de claridad.

─¡GRANADA! ─Gritó Matsukaze alertando a los otros para que se alejen. El que no pudo reaccionar a tiempo fue Yo, la granada le terminó explotando en la cara matándolo al instante.

─¡HAY DIOS! ─Titan gritó aterrado al ver la escena y todo a su alrededor estando tirado en el suelo dentro de uno los hoyos que había.

─¡LEVÁNTATE Y SIGUE MOVIÉNDOTE! ─Otro soldado levantó a Titan del suelo y lo empujó para que avanzara.

─¡AYÚDENME!

─¡AAAHHHH!

─¡MIS PIERNAS!

Varios heridos gritaban desesperados por ayuda, a algunos se les destrozó alguna extremidad por alguna granada, otros se desangraban por las heridas graves, pero varios ya estaban muertos en el suelo.

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⏰ Última actualización: Dec 15, 2023 ⏰

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