𝓒apítulo - 03

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❛ 𝒕𝒉𝒆 𝑴𝒂𝒍𝒇𝒐𝒚 𝒎𝒂𝒏𝒔𝒊𝒐𝒏 ❜

THE BOY WHO LIVE/LIES?

Leyó en voz alta el encabezado de tan polémico periódico, El Profeta. Odette soltó un suspiro largo y levantó la mirada de aquel pedazo de papel a la par que lo dejaba a un lado suyo sobre la mesa de mármol en la cuál estaba recargada, regresando así el periódico al lugar donde lo tomó desde un inicio.

Su mirada se dirigió hacia el rubio platinado frente suyo que ya hacía dándole la espalda, con su cuerpo en dirección a la gran ventana por la cual miraba el enorme jardín de su propia mansión.

– ¿Entonces Harry Potter se enfrentó a Voldemort? Qué valiente, lástima que ahora lo estén tachando de mentiroso y desesperado de atención.

– Recuerda que no puedes decir su nombre. —
Como si fuera una urgencia callar a la chica, Draco colocó su dedo índice sobre los labios ajenos, haciendo una muy suave presión para mantener estos juntos. Odette no se sorprendió del comportamiento del rubio, estaba acostumbrada a la forma algo coqueta de ser de Draco con ella, incluso en cartas que era por donde generalmente se comunicaban— Y no, no fue valiente. Fue un actuar muy estúpido haberse enfrentado a él, pudo haber muerto. Salió vivo por mera suerte y un traslador porque el debilucho de Potter no tendría chance alguna de enfrentarse a él.

Ambos se conocían desde muy pequeños, siempre habían sido cercanos pues sus familias jamás cortaron contacto después de la mudanza de la familia Pureblood D'Vaunt a algún lugar en el mundo que era desconocido para todos, incluso para la familia Malfoy a pesar de ser grandes amigos de sus padres. Esto por el riesgo que tenían de ser encontrados.

Pero sorpresa, aún así fueron encontrados.

– Me parece injusto que él use a mi familia por poder y yo no pueda ni llamarlo por su nombre. –Se quejó con fastidio, tomando la muñeca del chico y bajándola para retirar el dedo de sus labios para así entrelazar ambas manos.

– No tienes opción, lo sabes.

– Es por él que estoy aquí, ¿verdad?

Los preciosos ojos carmín conectaron con los ojos grisáceos del rubio, esperando una respuesta que nunca llegó. El rostro de Draco sabía la verdad, pero decidió callar y simplemente desviar la mirada con pena.

Draco, guardami. (Draco, mírame)—Odette tomó entre sus manos el rostro del chico y lo hizo regresar la mirada nuevamente hacia ella. A pesar de que él era por mucho más alto, los tacones que usaba la rubia le daban un poco de ventaja, y aunque no llegaba a arrebasar su altura, al menos así podía verlo a los ojos más de cerca.— ¿Él fue el que convocó a mi familia, cierto? Voldemort nos hizo venir.

— Se supone que no podía decírtelo, pero odio mentirte. —Admitió Draco, confirmándole de manera indirecta que ella tenía razón.

— Y yo odio estar aquí.

Pensavo ti mancassi (Creí que me extrañabas)

Ahí estaba el tono coqueto y juguetón que Draco solía usar con ella y solamente con ella. No era lo mismo una carta o una aparición a través de los sueños, escucharlo y verlo actuar de esa forma en persona era simplemente mejor.

Certo che mi sei mancato, infatti sono felice di rivederti... (Claro que te extrañé, de hecho estoy feliz de volver a verte...) —Le regaló una dulce sonrisa, bajando por fin las manos del rostro del chico y buscando ambas de sus manos, entrelazando únicamente sus dedos, gesto que Draco imitó— pero tengo miedo, Draco. Ambos conocemos las historias, mi madre misma lo vivió, mi padre igual y tus padres también. Toda mi familia, generación tras generación, tengo miedo hasta de admitir que ahora me tocará a mi. No quiero ser lastimada por él, detesto mi origen, el de mi familia, creí que gracias a que fue vencido finalmente mi familia viviría en paz y yo no tendría que sufrir lo que ellos, pero al parecer ahora será a mi a quien le tocará pasar por toda esa mierda por la cual mi familia decidió huir.

— Lo sé y lamento que tengas que pasar por esto, pero no podemos hacer nada, estamos condenados, ambos. —Fue ahora Draco quien acurrucó el rostro de Odette entre sus manos para luego acercarse a su frente y dejar un pequeño beso como una forma de reconfortarla— Es cuestión de tiempo así que disfrutemos el poco que nos queda, ¿está bien?

Ambos asintieron y se unieron en un abrazo, era la única forma en la que podían darse ánimos entre ellos. Podrían ser tan diferentes, pero compartían muchas cosas en común.

La familia Pureblood había llegado a la mansión Malfoy aquel mismo día por la mañana, ellos les darían asilo en lo que Bellarose y Ares buscaban un lugar seguro en Inglaterra dónde podrían quedarse.

Voldemort aún no podría saber que llegaron antes de la fecha en la que fueron citados, pues entonces sospecharía que ellos estaban planeando algo, y la familia Malfoy estaba tomando los riesgos de ocultarlos en su mansión mientras que ellos buscaban un hogar y pedían las ayudas necesarias a quien sea necesario, y es que los Malfoy son tan leales que harían lo que fuera necesario para también tenerlos a salvo.

Ambas familias habían sido siempre muy unidas, pues desde los tiempos de la Primera Guerra Mágica, Lucius Malfoy y Ares D'Vaunt se habían convertido en grandes mejores amigos y pese a que Ares al principio no compartía los pensamientos sobre la sangre de Lucius y de su familia, al conocer a Bellarose y el peligro que la sangre impura representaba para ella, comenzó a ser un poco más duro al respecto, pues comenzaba a enamorarse de la chica de ojos carmín. Cuando por fin entablaron una relación amorosa, él la ayudó a volverse más unida a Malfoy quien a su vez, involucraba a su esposa Narcisa en todo, logrando que ella y Bellarose desarrollaran una estrecha amistad.

Lucius y Narcisa eran invitados a las cenas familiares en casa de los Pureblood y lograban así convivir todos entre familia, quienes estaban agradecidos de que al menos entre tanto desastre, pudieran contar con un par de amigos en los cuales confiar.

Luego de que los Malfoy ayudaran de forma oculta a los Pureblood a escapar, no les quedó duda alguna de que ellos eran de confiar, por lo que, principalmente Bellarose y Ares no cortaron comunicación con ellos, se mandaban cartas y durante la niñez de sus hijos se reunían en localizaciones secretas para que Cálix, Odette y Draco pudieran convivir y volverse igual de unidos a como lo eran ellos en su juventud.

Al final dio resultado, pues Cálix y Draco se volvieron grandes amigos, a veces quedaban para jugar quidditch, practicar hechizos o pasar un simple tarde de chicos. Por otro lado, entre Draco y Odette existía una conexión mucho más especial, pues al ser de la misma edad se les hacía más fácil la convivencia, factor que desató que entre ambos surgiera una relación de amistad más pura y linda, más unida y única, tanto que hasta las familias de ambos lograban notar la gran química que existía entre ellos y les alegraba la gran unión que tenían ambos.

— ¡Hermanita, Draco!

Se escucha la voz de Cálix cantando en una mala entonación el nombre de los mencionados, quienes se separaron de aquel abrazo y miraron hacia la dirección de donde provenía tan espantoso canto.

— Ya está lista la comida, nos esperan en la terraza del jardín. Dobby dice que horneó tarta de limón para ti, Odette.

Los ojos de la chica se iluminaron y una sonrisa se asomó en su rostro.

— Oh, cómo adoro a Dobby.

Odette tomó la mano de Draco y lo jalo para que ambos avanzaran hasta Cálix. Ella también tomó su mano y ambos fueron jalados por la chica quién los dirigía por el camino indicado para llegar a donde su adorada tarta de limón la esperaba.

𝐏𝐔𝐑𝐄𝐁𝐋𝐎𝐎𝐃  -  harry potter and draco malfoy Donde viven las historias. Descúbrelo ahora