𝐏𝐔𝐑𝐄𝐁𝐋𝐎𝐎𝐃 - harry potter and draco malfoy

𝓒apítulo - 06

❛ 𝒎𝒂𝒈𝒊𝒄 ❜

Cada paso que Odette daba la llevaba a experimentar una gran sentimiento de sorpresa. Era la primera vez que presenciaba el uso de magia en un contexto más amplio y diverso, alejado de la familiaridad del entorno en el cuál había crecido. Hasta ese momento, su experiencia con la magia estaba limitada a ver a su familia utilizarla en tareas cotidianas. Claro que su conocimiento en los ámbitos de encantamientos, pociones, magia de defensa, sin duda era bastante amplio y se le daba muy bien, pues a pesar de no haber asistido nunca a una escuela de magia —al menos, hasta ese momento—, su educación en casa había sido un completo éxito.

Sin embargo, ahora se encontraba inmersa en un mundo completamente nuevo y emocionante. Durante el camino a Hogwarts se había dado cuenta de la existencia de hechizos nuevos, le habían llamado la atención el ver como los estudiantes lanzaban hechizos para encantar sus maletas y que ellos pudieran montarlas para llegar más rápido a los carruajes, o el cómo se lanzababan bromas entre ellos, también le tocó ver a una pareja de estudiantes que estaban viviendo un momento especial, donde el chico jugaba con un par de hechizos para hacer aparecer flores por entre la ropa de su enamorada hasta completar finalmente un ramo de rosas. Bastante romántico.

Nunca se había puesto a pensar en la amplitud de encantamientos que se podría hacer con la magia, pues nunca había tenido la necesidad de aprender hechizos que no sean únicamente los necesarios para satisfacer sus necesidades básicas como bruja. Una que otra vez había logrado presenciar algún que otro encanto que Draco le enseñaba, pero no era la gran cosa, no comparado a todo el mundo que estaba descubriendo en ese instante.

Draco observaba con una sonrisa amplia la reacción de Odette, le parecía adorable las expresiones de asombro y los ojos brillosos que admiraban todo su alrededor. Lo que para él era cotidiano de ver, para ella era un mundo nuevo.

— ¡Bien, tenemos carruaje! —Celebró Zabini.

Odette observó detenidamente el carruaje en el cuál Crabbe y Goyle estaban resguardando. Ambos se habían tomado enserio lo de buscar un carruaje y apartarlo para ellos, tanto que cada uno tenía tomado por los hombros a un alumno que parecían ser se algún grado menor a ellos.

— ¿Y estos chiquillos? —Preguntó Cálix, con un toque de confusión.

— Los hemos bajado, por poco y se van con nuestro carruaje. —Respondió Crabbe.

— ¿Qué hicieron que? —La voz incrédula de Odette sonó alto.

Ambos hermanos se miraron sin poder creerlo, no imaginaron que Crabbe y Goyle realmente llegarían al extremo de bajar a dos niños de un carruaje para dejárselos solo a ellos.

— ¿Cuáles son sus nombres? —Habló Cálix, refiriéndose a ambos niños.— ¿De qué grado son, chicos?

Ambos niños se miraron temblorosos. Estaban en duda de si decir o no sus nombres, o que pasaría con ellos.

— Y-yo soy Joel Beaufort, y él es mi amigo Mitchell Burke.

— Somos de segundo. —Dijo el otro chico.

— Bien, son puros. —Respondió Odette, haciendo memoria de la lista que les había dado sus padres acerca de las familias de sangre pura que aún existían.— Pueden venir con nosotros, estaremos un poco apretados pero no pasa nada.

Mientras que a los niños se les iluminaba el rostro al darse cuenta que no tendrían que batallar en buscar algún otro carruaje de los cuales ya quedaban pocos. Mientras tanto, Crabbe, Goyle y Zabini se mostraron un tanto extrañados por el comportamiento de ambos hermanos, quienes parecían dispuestos a no dejar solos a los niños.