𝑩𝒂𝒄𝒌 𝑻𝒐 𝑫𝒆𝒄𝒆𝒎𝒃𝒆𝒓 - 𝙵𝚊𝚗𝚏𝚒𝚌 𝙲𝚑𝚛𝚒𝚜𝚌𝚑𝚎𝚕

✧｡ﾟCapitulo final ﾟ｡✧

Rachel.

El día. El día. El día.

Hoy por fin es el día.

Espere meses, semanas, días y años… y al fin estoy aquí. A solo horas de por fin casarme con el maldito amor de mi existencia.

No veo a Christopher desde anoche y ya lo extraño, pero sé que la espera valdrá la pena, me lo dice una vocecita en mi cabeza y me lo creo.

Lulú termina de arreglar mi cabello, varios mechones salen del peinado elegante, procedo a ponerme de pie cuando me lo indica, avanzo al espejo, mi reflejo me sonríe con emoción. Mis ojos están delineados, la pestañas pintadas, mis labios son un color rojo.

Me doy otra sonrisa, por qué joder, me siento una princesa. El vestido está sobre la cama, camino en si dirección, intentando que no me tiemblen las manos cuando suelto la bata; Con cuidado, Lulú me ayuda a colocármelo, se siente como agua sobre mi piel, la falda, a pesar de ser tan grande y amplia, se siente muy ligera, me observó en el espejo mientras Lulú lo ajusta, se va adhiriendo a mi piel, marcándome una figura espectacular, el escote es muy atrevido para ir a una iglesia, pero a mí me encanta, y sé que a otro alguien también.

Lulú me entrega un cofre, sonriéndome.

—Este te lo mando Sara, algo azul, viejo y regalado —me muestra el contenido.

Una pequeña peineta con diamantes azules es lo que hay dentro.

—No tienes que usarlo —añade, pero se que está maravillada con el contenido.

—Me encanta, ¿Puedes colocarla? —pregunto y asiente haciéndome sentar de nuevo.

Unos minutos después me anuncia que está perfecto.

Doy la vuelta para observar, poco se nota con el velo, pero los diamantes —que está más que obvio, no son de fantasía— lanzan destellos. No me puedo quitar la estúpida sonrisa de los labios.

Creo que ya estoy lista, sujeto el ramo entre mis manos, acomodo el velo una y otra vez, hasta que Lulú protesta con que voy a despeinarme y lo voy a terminar rompiendo.

—Rachel, estás a diez minutos de casarte, deja de…

—Es que estoy nerviosa, joder…

—No tienes por qué estarlo —la voz de Mel interrumpe mis movimientos—. Estás segura de tu decisión, estás literalmente a cinco minutos de la iglesia, todas estamos listas, tu luces como una diosa y estoy segura de que no vas a ser plantada en el altar, así que, respira, tranquilízate y, como dice Lulú, deja de halarte ese velo, que se te está desprendiendo.

Me estoy quieta al fin, Lulú acomoda por última vez el velo, advirtiéndome sobre no halarlo de nuevo.

Mis amigas y hermanas entran, todas van preciosas con un vestido azul claro y un ramo de tulipanes en sus manos. Inhaló hondo, asintiendo.

—¿Dónde están mis hijos?

—Alex vino por ellos, se adelantó a la iglesia con ellos, no eres la única nerviosa, tu casi marido casi se sale de la iglesia para venir a buscarte a ti.

Frunzo el ceño.

—¿Si…?

—Todo está bien, Rob, el encargado de seguridad de Alex está coordinando a todos y todas, no hay manera de que pase algo, así que por favor, deja de preocuparte.

Asiento de nuevo.

—Vale, vámonos ya.

Todas asienten, me ayudan a salir y a bajar las escaleras, antes de hacerme subir a la limusina, se aseguran de que sea Dalton el que conduce y así, me dejan partir, cuando volteo, soy capaz de ver la limusina de ellas justo atrás de dónde voy yo.