Straight To Hell

★capitulo 3: Straight To Hell★

By Tom

Estaba parado al frente de Bill, me miraba sorprendido por mi repentina aparición - Tom... - hablo rompiendo aquel silencio - Hola estrella - respondí con un sonrisa en mi rostro - ¿Que haces aquí? - pregunto, iba a contestar pero el hablo - ¿Y Natalie? ¿Dónde está? ¿No estaba contigo? - pregunto, la verdad no me fascinaban mucho las preguntas, las odiaba - Muchas preguntas ¿No crees estrella? - respondí.

- Donde está Natalie, Tom... - pase mi mano por mi cabeza, me estaba frustrando - Mira estrella, no tengo tanta paciencia, odio las preguntas, así que ya deja de estar chingando -

- ¡Dónde mierda está Natalie,Tom! - grito Bill nervioso - Mira estrella, agradece que te tengo paciencia por qué si no ahorita ya estuvieras muerto - respondí amenazante - No le habrás echo daño ¿Verdad?... Porfavor dime qué no Tom... - vi como a Bill se le cristalizaban sus ojos, eso me dio satisfacción, sonreí maliciosamente - No se Bill, ¿Tal vez? Yo no estoy a cargo de ella, tal vez y ya esté muerta, quién sabe, no es seguro estar aquí - dije mientras me acercaba lentamente a Bill quien me miraba asustado - En la oscuridad, caminando, posiblemente y abusaron de ella, para luego matarla y cortarla en pedazos, tal vez y en la mañana ya esté en las noticias - vi como la primera lágrima bajo, sonreí, Bill negaba todo, no quería seguir escuchando.

- Es peligroso estar aquí estrella, y más si estoy yo - vi como Bill abría completamente sus ojos, el empezó a retroceder, veía el miedo en sus ojos.

- No... - dijo apenas con voz audible, dio media vuelta y salio corriendo, claramente no iba a dejar que Bill se fuera asi de fácil, el iba a ser mío, mío y de nadien más, corrí rápidamente detrás de el.

- ¡No puedes escapar Billy! ¡Estás destinado a estar conmigo! - grite, jale de su brazo hacia atrás haciendo que caiga, levanto su vista rápidamente, se intentó parar pero yo me avalance hacia el para que no se pudiera levantar - ¡No! ¡No! ¡Tom porfavor! - Bill comenzaba a llorar mientras pataleaba - ¡¡Cierra el puto hocico si no quieres terminar como la chica de las noticias!! - grite, Bill me ignoro y siguió gritando - ¡¡Ayuda!!.

Saque una jeringa de mi bolsillo y se la enterré en su brazo, sus movimientos se fueron debilitando y sus ojos comenzaron a cerrarse, cuando quedó profundamente dormido lo cargue y lo lleve a mi coche en brazos, le había puesto un tranquilizante a la jeringa, no era nada grave, lo senté en la parte del copiloto, le puse su cinto y cerré su puerta para luego ir a mi asiento, cerré mi puerta y encendí mi coche para luego salir de aquel lugar.

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Era hermoso, simplemente hermoso, no paraba de verlo, su rostro cuando dormía, era simplemente un ángel, y yo, yo era un demonio, el aire chocaba con su hermoso rostro, su pelo seguía al ritmo de aquel frío aire, llegamos a mi casa, baje del auto, lo rodee, abrí la puerta del lado de Bill, lo cargue en brazos, di media vuelta y empecé a caminar directo hacia mi casa.

Acosté a Bill en la cama de invitados, lo tape y salí de allí, bajando de las escaleras avisé a mis guardaespaldas.

- Estén atentos, no dejen que salga ni para tomar aire fresco, para nada ¿Me oyeron? Y si le llegan a tocar, aunque sea un solo pelo, están muertos, donde escuché que le levantaron la voz olviden se de ver la luz del día - dije amenazante, a lo que ellos asintieron.

- Pero jefe, ¿Que hacemos con la chica que nos mandó? - hablo uno de mis hombres - ¿A la zorra? Hagan lo que quieran con ella, solamente dejen la con vida, pueden torturarla también, pero dejen la con vida, será un regalo increíble para una personita - dije con una sonrisa maliciosa, mis hombres asintieron y se fueron.