VERSUS. - gran Hermano.

05!¡

NARRADOR OMNISCIENTE

Valentina se despertó temprano gracias a su anterior rutina diaria encontrándose solo con Williams y Alan despiertos como ella. Hoy era viernes, por lo que por consecuente tenían una fiesta y Valentina todavía no sabía que ponerse, pero decidió no estresarse antes de tiempo con superficialidades, aunque debía admitir que ella amaba eso. Arreglarse, hacerse peinados, probar ropa, zapatillas, colores, combinaciones. Valentina amaba los vestidos, las coronas, los anillos; y apesar de todo eso, eran muy pocas las fechas que se daba ese lujo ya que no te un sustento con el cual pagarlo.

Para salir a bailar combinaba polleras con tops que ya halla usado, si compraba vestidos tenían que ser uno que también quedé acordé a las fiestas de diciembre ya que no podía comprar para todas las fechas, sus zapatillas eran oro puro y jamás ibas a encontrar unas botas o unos zapatos con plataforma ya que luego no podía darles un uso diario como ir al colegio o al trabajo. A Valentina le parecía muy irónico y interesante como conecto tan bien con Zoe quien era prácticamente su antagónico. Zoe era y es todo que siempre quiso pero nunca pudo ser. Esa chica linda, con plata, superficial, privilegiada, etc, etc.

— Te lleve, sin preguntarte ni tu nombre
Con mí brazo encadenado a tu cintura
Asalte tu intimidad y tu ternura
Para amar, sin más razones que amor.— Cantó bajo Valentina mientras limpiaba la casa.

— Nos besamos sin decir una palabra
Fuimos cómplices callados del verano
Y mis manos temblorosas se quemaron
Seducidas por el fuego de tu piel. — alzó un poco su tono voz aprovechando que todos dormían y los dos que no lo hacían se encontraban afuera. — Amor salvaje
Juntos cruzamos la umbrales del pecado
Con el puñal de la pasión nos desgarramos
Sin derramar una gotita de dolor.

— Opa.— La voz de Alan se hizo girar rápidamente al tiempo que callaba.— Pero que bien cantas.— Se acercó a la mesada dónde se encontraba Valen.

— ¿Desayunamos? — evadió el tema totalmente.

— Dale, dale. Hagamos panqueques.—

— Dale, me gusta.— Sonrió Valentina sin darse cuenta que por una vez desde que hablo con Alan no sintió ese rechazo por el.

— Bueno, mira, necesitamos Harían, huevos, azúcar, aceite, esencia de vainilla y por ahora no m acuerdo de nada más —

— ¿Aceite?

— Y si, si no se pega todo.

— Bueno, que se yo, nunca hice.

— Bueno ahora vas hacer.— Dijo Alan tomando los ingredientes. — Hablemos de nosotros, así nos conocemos mejor viste.— Sonrió.— ¿Vos tenés novio no?— Pregunto aunque sonó más como una afirmación, Valen río

— ¿Vos? ¿Estás de novio?— evadió la pregunta.

— No, yo no.— comenzó su receta.— Estába en algo pero no de novio.

— Sos un chanta.— Valentina dijo viendo lo que hacía.

— No, ¿Por qué?

— Tenes una cara de gato barato, terrible.

— Na, si yo soy un angelito.

— Si, debe ser.

— ¿Cuántos años tenes vos?

—¿ Yo? 19 ¿Vos?

— Ah, pero sos re chiquita.— Dijo Alan casi en lamento.— ¿ Vos vivís con tus papás no?

— Ay, perdóname, ¿Vos cuántos años tenes? Si vivo con mis papás ¿Vos? Además cumplo en Marzo.

— Yo Tengo 26, y si vivo solo, un día si querés te llevo al campo.— al decir eso los ojos de Valentina casi brillaron de ilusión.