Una fría conexión

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Pasaron los días y Elsa ya parecía estar en completa confianza con Jack, él ya hubiera explorado todo el castillo, pero con su reciente visibilidad fue más cauteloso y no salía de la habitación de Elsa.

 - ¿Por qué no me muestras el castillo? - le preguntó a la princesa.

-¡Sí! - gritó ella tomándolo de la mano y tirando de él hacia afuera de su cuarto.

Ya en el pasillo, pasaron varios guardias y demás personal del castillo y éstos solo saludaron a la pequeña princesa, esto le confirmó a Jack que nadie más podía verlo. Elsa no paró de hablar y reír mientras le mostraba todo el castillo y una vez que terminó el recorrido, ella le dijo que quería ir a ver Anna. En los días anteriores, era para lo único que dejaba de jugar con él, pero como ahora podía salir de la habitación de Elsa sin ser visto, decidió acompañarla.

Anna estaba dentro un cuarto que usaba la reina para leer, como aún era chica para andar sin supervisión, sus padres siempre la tenían cerca de ellos. 

-¡Anna! mira, ¡mira!, ¡él es mi amigo Jack! - dijo Elsa enérgica, la reina al verla sola, regresó la vista hacia el libro que leía con apuro, creyó que sólo se trataba de un amigo imaginario.

Jack ya no sabía que esperar de Anna, tal vez al igual que con Elsa, podría verlo... pero al ver sus ojos desorbitados buscando lo que fuera que su hermana le mostraba, supo que Anna no lo veía.

Elsa parecía un poco confundida.

 -Ella no puede verme- Le explicó Jack, con ternura- Tú eres especial, por eso puedes verme, quizás ella aún no me conoce...- la verdad, él tampoco sabía porque algunos niños si pueden verlo y otros no, cuál era la razón de que Elsa si pudiera verlo y tocarlo como si se tratara de otro humano.

Aun queriendo que su hermana juegue con ellos, Elsa le empezó a platicar todo acerca de Jack, después de un rato y para sorpresa de él, Anna volteaba seguido hacia su dirección. Con mayor ánimo, Jack le aconsejaba que decir a Elsa, hasta que finalmente vieron en los ojos de Anna que podía verlo. Jugaron y charlaron lo mejor que se podía con una niña de 5 y otra de 2 años, pasaron las horas y para Jack fue como si de repente ya no tuviera de que preocuparse nunca.

Todo iba bien, hasta que Anna se cayó y raspó la rodilla, Jack sabía que eso era perfectamente normal, lo que no le gustó fue la expresión de miedo que tenía Elsa al escuchar a su hermana llorar. 

-¿Elsa? - intentó distraerla, pero observó que los muebles alrededor de ella comenzaban a cubrirse de escarcha. Llegó la reina y se llevó a Anna curar la rodilla sin percatarse que Elsa se quedaba atrás aún preocupada.

- ¿Elsa, estás bien? - le dijo por fin Jack, esta vez, ella si lo miró.

-Si... - respondió con los ojos llorosos.

Ante esto Jack le ofreció un abrazo- Ven aquí, es...- ella lo apretó con fuerza -es normal que los hermanos se caigan, estará bien, no le pasó nada malo, ella está bien y tú también...- la consoló teniéndola entre sus brazos, intentando no distraerse ante los sentimientos que lo inundaron, al no poder recordar cuándo había sido la última vez que alguien lo había abrazado.

El origen de la guardiana (Jackelsa)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora