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The River’s edge

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Nuestra historia trata sobre un pueblo. Un pequeño pueblo. Y la gente que vive en el pueblo. Desde lejos se presenta como tantos otros pequeños pueblos del mundo. Seguro. Decente. Inocente. Sin embargo, acércate y comenzarás a ver las sombras debajo. El nombre de nuestro pueblo es Riverdale.

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–Lia. Lia despierta. Ofelia, ¡vamos a llegar tarde!– La fuerte voz de Archie gritó en el oído de Lia haciéndola gemir y arrojarle la almohada a su lado. Lia escuchó a Archie suspirar antes de que comenzaran los movimientos por la habitación, pensó que había ganado, pero lamentablemente se equivocó cuando le agarraron los tobillos con fuerza y la arrancaron de la cama. Aterrizó en el suelo con un fuerte golpe y gimió cuando su pecho golpeó el suelo con fuerza.

–Idiota–. Lia refunfuñó con la cara hundida en la alfombra peluda que amortiguaba su voz.

–Me lo agradecerás más tarde cuando no lleguemos tarde a la escuela–. Archie respondió antes de salir de su habitación.

Me lo agradecerás más tarde cuando no lleguemos tarde a la escuela–. Lia se burló cuando finalmente me levantó. Se estiró, rompiéndose básicamente todos los huesos de su cuerpo mientras lo hacía. Dejó escapar un suspiro de satisfacción antes de levantarse para ponerse de pie y encontrarse cara a cara consigo misma en el espejo.

Su cabello era un completo desastre, sus rizos rojos por todas partes y parecían la melena de un león. Su pijama a cuadros a juego estaba torcido, una parte de su camisa metida dentro de sus pantalones cortos y vio un hematoma al azar en su pantorrilla.

Sin mirarse dos veces, Lia se dirigió al baño y comenzó a prepararse para ir a la escuela. Rápidamente se cepilló los dientes, se lavó la cara y se aseguró de que sus labios estuvieran suaves y no agrietados antes de comenzar a maquillarse. Todo en su maquillaje era bastante natural, nunca se puso sombra de ojos porque odiaba que le entrara en los ojos, pero sí se puso un delineador alado, mostrando sus ojos verdes, que no tenía idea de dónde los había sacado porque sus padres tenían ojos marrones. Lia completó su look con un poco de rubor e iluminador, sus pómulos brillaron bajo el sol de la mañana antes de aplicarse un poco de brillo de labios.

Los chicos populares siempre le habían dicho a Lia que ella nunca sería como ellos. Bastante parecido a ellos. Cheryl Blossom fue quien más lo dijo, pero una vez que llegó el verano de su primer año, la pubertad la golpeó como una tonelada de ladrillos. Su cabello era mucho más largo, terminaba alrededor de sus omóplatos, sus labios se volvieron más carnosos, su pecho se hizo más grande, se volvió más curvilínea y había perdido la grasa de bebé en su rostro, lo que revelaba pómulos altos y una mandíbula afilada.

A Lia le gustaba decir que era brujería, que había cambiado tanto durante el verano, pero en realidad era por trabajar con su padre en su negocio de construcción y todo era culpa de Archie. Él la arrastraba al sitio de construcción todos los días, asegurándose de que hiciera mucho trabajo para torturarla, pero bromeaba con él. Simplemente la puso caliente.

Una vez que Lia terminó de calmar su cabello y peinarlo con un peinado mitad arriba y mitad abajo, se levantó de su escritorio y comenzó a buscar en su armario, buscando un conjunto para su primer día de clases. Se decidió por una camiseta sin mangas granate, unos vaqueros negros rotos, un par de botas con cuña de color marrón claro y un cárdigan de punto a juego.

Se miró en el espejo de nuevo, sonriéndose ahora que no parecía un desastre total antes de tomar su mochila y abrir la puerta de su habitación solo para ser recibida por Archie abriendo la suya.

–Ah, y pensaste que nos haría llegar tarde–. Lia bromeó mientras los dos bajaban las escaleras.

–Callate–. Archie replicó, haciendo que Lia pusiera los ojos en blanco.

–¡Oye, papá! Primer día de clases y ya llegamos tarde–. Archie saludó mientras le quitaba una tostada a Fred. Lia se inclinó y frotó las orejas del perro de su familia, sonriendo mientras movía la cola felizmente.

–¿Pasarás por el sitio más tarde?– preguntó Fred.

–Papá, es mi primer día–. Archie respondió mientras Lia rápidamente decidía prepararse un poco de café.

–Tenemos que ponerte en marcha en la oficina para que el próximo verano no estés en el equipo–. Fred le dijo a Archie. Lia lo miró, sabiendo que este año él quería centrarse más en la música y el fútbol mientras ella servía su café.

–Bueno, no puedo. Tengo pruebas de fútbol americano. ¿O no está bien?– preguntó Archie.

–No, no, está bien. Buena suerte–. Fred tartamudeó justo cuando Lia terminaba de mezclar la crema con su café y tapaba su taza. Archie pasó corriendo junto a su padre primero, pero Lia se aseguró de detenerse y darle un beso en la mejilla.

–Hasta luego, papá–. Ella sonrió.

–Adiós, Ophie–. Fred le devolvió la sonrisa antes de que Lia saliera por la puerta, siguiendo a Archie mientras caminaban hacia la escuela.

Another Love - Jughead.J - TRADUCCIÓN Donde viven las historias. Descúbrelo ahora