Deseo de cumpleaños

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— ¡Maxxine! — Gritaba Emma a todo pulmón mientras la buscaba seguida de Killian.

Los habitantes de Storybrooke llevaban horas buscando a la chica por todos lados y aún no lograban encontrarla, preocupados continuaron su búsqueda.

— Max, de verdad, ya no es gracioso — dijo el hombre de ojos azules y su padre, Killian.

Maxxine suspiró con pesadez y rodó los ojos antes de colgarse de cabeza con ayuda de sus piernas sobre la rama del viejo roble.

— Aquí... — dijo con seriedad antes de ver a su padre mirarla una mezcla de alivio, sorpresa y molestia.

— ¡Aquí está, la encontré! — gritó el hombre haciendo que el grupo comenzara a acercarse — Maxxine, baja ahora — habló con rudeza.

La chica de cabellos negros como la noche soltó su agarré y antes de si quiera acercarse al suelo, un hombre la había atrapado y puesto sobre su hombro como si de un saco de papas se tratase, David fue aquel hombre. Levantó la mirada para ver a Mary Margaret darle una sonrisa divertida acompañada de un movimiento de cabeza dejando ver su desacuerdo.

— Muchas gracias por ayudarnos, lamentamos las molestias — dijo Emma a quienes se encontraban presentes.

— Deberías ponerle un cascabel o algo — dijo Regina, exhausta.

— Sí... estoy considerándolo seriamente — dijo Emma mirando a su hija aún en el hombro de su abuelo.

Minutos después se encontraban de nuevo en el hogar de la familia Swan.

— ¿Tenías que hacerlo el día de tu cumpleaños, de verdad? — reclamó Emma.

Maxxine mantuvo su mirada sobre la mesa frente a ella sin decir una palabra.

— No piensas disculparte — Afirmó su madre — No, claro que no piensas hacerlo — sentenció con una sonrisa sin diversión y que soltaba una cantidad enorme de molestia.

— Emma... no digas eso — intervino Killian.

— No, debo hacerlo porque tú no lo harás, sabe que estuvo mal, no debió hacerlo, pero no pienso arruinar mi día, no así — dicho eso, la mujer salió de la habitación y segundos después la puerta principal se abrió para cerrarse de un portazo.

Maxxine se levantó y avanzó rápidamente a su habitación con Killian detrás de ella.

— Max, espera — insistió mientras subían las escaleras.

— No, ella ya lo dijo todo — habló la chica caminando a la puerta de su habitación para entrar.

Killian abrió la puerta después de tocarla tres veces.

— Sabes que no habla enserio, solo está molesta — dijo el hombre acercándose a dónde su hija estaba.

— ¿Por qué? — lo miró — solo necesitaba paz, no una fiesta absurda de cumpleaños, iba a regresar después de un rato de todas maneras, sabes que no era necesario que me buscaran — una mueca de molestia adornaba su rostro.

— Tu madre te ama, a veces es muy dura y terca pero ella te ama, solo estaba preocupada, sabes que siempre pasa algo nuevo aquí y no podíamos correr el riesgo de perderte — dijo él con consternación.

— Solo... quiero vivir mi vida, yo no quiero vivir como ella, quiero algo mío, quiero mi propia historia, algo que haya construido yo — dijo y se movió por la habitación hasta sentarse en su cama — ella tiene otros planes y no quiero ser parte de ellos... ni siquiera quiero estar aquí — habló susurrando la última oración.

BASTARD - Peter PanDonde viven las historias. Descúbrelo ahora