Lumina felixia

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Pan tuvo que llamar a Félix pues ya no quería lidiar con la joven, sabía que sería más fácil encontrar un cerdo que vuele que sacar a esa chica de la casa del árbol sin armar un gran escándalo.

— ¿Problemas en el paraíso? — preguntó Félix al llegar con Pan.

— Cállate, necesito sacarla de ahí — cruzó sus brazos mirando al interior de la casa.

— Pues... sácala — Félix aún no entendía qué propósito tenía al estar ahí.

— No, está a nada de matarme — aclaró el chico castaño.

— ¿Pan le tiene miedo a una chica? — Félix sonrió burlón ante la novedad.

— No le tengo miedo, solo que ya no la aguanto — resopló alborotando su cabello.

— Usa tu magia, genio — el rubio se cruzó de brazos.

— La voy a llevar volando para su práctica y siempre que hago eso termino peor que Chris cuando lo atacó esa ardilla — comentó Peter recordando el ataque de hace años a un niño perdido — me estoy tentando el corazón al no sacarla a rastras — bufó.

— Bien, se me olvida que eres todo un caballero y que sabes tratar con las damas — El chico con la cicatriz rodó los ojos y comenzó a entrar en la casa.

— Está en el baño de arriba y yo consigo más chicas que tú — replicó Pan.

Félix no respondió para evitar una rabieta del rey de Neverland, mientras subía las escaleras de madera pensó en lo que le diría a la chica.

Una vez entró al cuarto notando que la habitación no olía igual que el resto de la casa, este tenía un aroma más fresco, olía bien, eso le gustaba, sabía que solo una chica podría hacer que el cuarto de Pan oliera así de bien.

Se acercó al baño y tocó la puerta pero no recibió respuestas así que entró viendo a Max en la bañera aún.

— Tienes que salir de ahí algún día, lo sabes — se cruzó de brazos recargándose en el marco de la puerta.

— No pienso dejar que vayamos volando, es horrible — se quejó ella — ¿Pan no sabe caminar o qué? — miró a otro lado.

— Pan no sabe muchas cosas — dijo él y Maxxine soltó una risa — lo convenceré de que vayan a pie — la pelinegra lo miró encantada.

— ¿Tú nos acompañarás? — lo cuestionó ya que en su frase no se veía incluido el rubio.

— No... pensándolo bien, debes pasar más tiempo a solas con él, son como perros y gatos — soltó una risa — necesitan confianza.

— Tú lo dijiste, perros y gatos, lo peor que podrías hacer es dejarnos solos — Max definitivamente prefería nadar en aguas negras que pasar tiempo con el chico que esperaba por ella.

— Después iré yo, las siguientes lecciones te las daré yo pero quiero que la primera sea con él... y que no intenten matarse, claro — se acercó a ella sentándose en el borde de la bañera — ¿trato? — estiró su mano en dirección a Max y está lo dudo antes de rodar los ojos y estrechar la mano del rubio.

— Bien, bajaré cuando acceda a caminar — dijo ella y Félix asintió regresando con Pan.

Después de interminables minutos para Félix ambos jóvenes se alejaban del campamento a pie, el rubio estaba orgulloso de su nivel de diálogo con personas tercas como Pan y Maxxine.

— Entonces... Peter Pan — le dijo Max intentando romper el silencio.

— Ese soy yo — dijo él.

BASTARD - Peter PanDonde viven las historias. Descúbrelo ahora