Capítulo 10

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Me encontraba en la cocina de mi nueva casa, haciendo café. Los días que pasé en la casa de Alex fueron excelentes, fue todo muy tranquilo y no tan incómodo como pensé que sería después de haberlo rechazado. Lo que mas me gusto fue trabajar en la casa, aunque solo fuera tres semanas trabaje mejor hay que en la empresa, más tranquilo y más cómodo, aunque Alex me sigue invitando a su casa a cenar, total, mi casa esta a cinco minutos de la suya, así que, no es molestia.

Terminé de tomarme el café y salí de la casa para ir al trabajo. Alex ya me esperaba en la entrada con su lujoso coche.

—Buenos días Álex. —Después de tanto tiempo de haberlo conocido aún me fascina su figura, cada vez más envidiable y elegante. Su camisa de botones blanca estaba tan ceñida a su figura que hasta podría jurar que se le rompería un botón por culpa de sus pectorales. Nunca me había fijado en su cuerpo.

—¿Listo para trabajar? —Dijo con una radiante sonrisa que me hipnotizó.

—Siempre. —Le devolví la sonrisa mientras me metía en el coche y él empezó a conducir hacia el trabajo.

—-Estoy pensando en contratar a un secretario de tarde para que puedas descansar en esas horas. —Abrí de más mis ojos ante lo que dijo y lo miré. —Tranquilo que a los eventos importantes tu vendrás incluso si es fin de semana, esto es más por tu salud, el médico ya te dijo que debes relajarte y no trabajar tanto, sino, enfermaras y eso no lo queremos ninguno de los dos. —Ahora lo entendía, me siento tan conmovido por su preocupación que hasta me da vergüenza el no poder devolverle el favor como se debe.

—No se como agradecer tu preocupación hacia mi, pero te lo agradezco mucho.

—No necesito que me agradezcas nada, con que tú estés bien me basta y que tal si en la tarde quedas con tus amigos.

Pensé en lo que me propuso, no me parecía tan mala idea y le mandé un mensaje a Colín para tomar un café juntos. Ya hacía tiempo que no veía a Colín, solo fueron tres semanas pero fueron muy largas para mí, otro día  saldré con sus hermanos y ya.

Desde el día en el que montamos a los caballos juntos  no dejé de pensar en él. Su personalidad tan dulce, sincera y agradable me atraía como a una abeja al polen. Sin duda me gusta mucho, y hoy podría ser el día en que pueda decírselo, agradezco a Olivia de leer el diario de Colín y avisarme de sus sentimientos por mí, está mal lo que hizo pero le agradezco y mucho. 

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La mañana se me pasó volando, solo tuve que firmar unos cuantos papeles y no dormirme en las conferencias. Más que nada con Alex hubo muchas risas en el descanso por las anécdotas del pasado que nos contábamos, aunque eso sí, estuve mirando todo el rato el reloj esperando que sean ya las tres para salir y poder ver a Colín. Pero al fin ya pude salir e ir a mi casa a comer algo y esperar para ir a la cita. 

Cuando por fin llegó la hora, me dirigí a la cafetería donde le dije y lo espere sentado en una de las mesas de dentro. Las piernas me temblaban, mis dedos jugueteaban entre sí inquietos y mi respiración era entrecortada, ya quería verlo y decirle lo que sentía al final de la cita.

—¡Hola, conejito! —Di un brinco en la silla tras el repentino y brusco tacto en mis hombros de las manos de quién me saludaba, al darme la vuelta me lleve un chasco y una sorpresa.

—¿Adrián?¿Qué haces aquí? —Se sentó frente mía con una sonrisa que me ponía nervioso, nunca lo vi sonreír así, bueno, creo que nunca lo vi sonreír.

—Colin se olvidó que tenía una reunión y para que no estuvieras solo me pidió que fuera en su lugar. A y dice que lamenta no poder estar y que otro día será. —Se rasco la cabeza nervioso y nos miramos por unos segundos. —También quería verte, me tenías muy preocupado. No quise mandarte un mensaje para no molestar, después de todo no hablamos mucho. 

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⏰ Última actualización: Dec 16, 2023 ⏰

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