capítulo 1

158 9 0
                                    

Pov Dylan.

Estaba llegando a mi puesto de trabajo con una bolsa de basura, ya que a mis compañeros les pareció divertido tirar basura en mi escritorio. Después de limpiar me fui a la cafetería a por un café, la verdad, necesito cafeína para aguantar este día.

Volví a mi puesto de trabajo pensando en mis cosas hasta que choque con alguien derramando todo mi café encima suyo.

-¡Dios, lo lamento mucho!- Estaba muerto de vergüenza y más al darme cuenta de quién se trataba.- Je-jefe!.. lo siento, lo siento, lo siento!

-No pasa na- No lo deje acabar, ya que salí corriendo mientras le gritaba 'perdón'.

Una vez llegué a mi puesto de trabajo sin mi preciado cafecito, me puse a trabajar ignorando las burlas de algunos de mis compañeros.

Al terminar el día me fui a mi casa más tarde de lo habitual ya que me estuve escondido en los baños, ya que mi jefe me estaba esperando en la puerta de salida. Pude escuchar de unos chicos que entraron al baño decir que me esperaba a mi. Eso me puso muy nervioso, no paraba de pensar de que me quería despedir y eso me ponía más nervioso. No quería que me despidiera solo llevaba 4 meses aquí trabajando.

Unos ruidos de pasos me sacaron de mis pensamientos y enseguida me puse en guardia y me di la vuelta. Me sentía observado pero cuando miré atrás no había nadie.

-¿Me lo habré imaginado?- Me di la vuelta y me fui a mi casa directo, sintiendo como me observaban.

Al día siguiente me levanté y me duche, después comí algo y me fui al trabajo. Al llegar pude ver como algunos de mis compañeros recogían sus cosas.

-Hey, ¿qué pasa?- Pregunté confundido.

-¡Oh! claro hazte el que no sabes.- Me dijo una de mis compañeras que estaba firmando unos papeles.

-¡Nos han despedido por tu culpa!- Me dijo uno de mis compañeros, bueno ex compañero.

Después de eso, ellos se marcharon y justo me llamaron para ir al despacho de mi jefe.

-De seguro lo despiden.- Oí decir a una de mis compañeras de manera burlona.

Estaba muy nervioso, no paraba de pensar en que me despediría por lo de ayer. Me subí en el ascensor y tan sumergido estaba en mis pensamientos que no me di cuenta de quién se había metido al ascensor conmigo hasta que el hombre habló.

-Te fuiste muy rápido ayer.

Me congelé en mi sitio, no sabía qué decir o hacer, no quería que me despidiera por mi torpeza de ayer.

-Y-yo... Lo lamento mucho lo de ayer señor.- Dije apenado.- No me despida por favor, fue un accidente... En verdad lo lamento, le pagaré el traje manchado.

-¿Despedirte? ¿Por un accidente?- Lo miré igual de confundido como él me miraba a mi.- No voy a despedirte.- Dijo serio.- Ven, mejor hablemos en mi despacho.

No me di cuenta de que el ascensor ya había llegado a la última planta. Caminamos por un pasillo solitario, lleno de oficinas individuales. Cuando entré en el despacho de mi jefe me sorprendí por lo grande que era y por las vistas a la ciudad por el ventanal tan grande que había.

Las paredes de la habitación eran de un color gris oscuro casi negro. Había un escritorio de color marrón oscuro como la madera de un roble, las cosas encima del escritorio estaban perfectamente ordenadas. En la parte derecha de la habitación había un pequeño sofá y dos sillones blancos y una mesita negra en medio.

Vi como mi jefe me indicaba que me sentara en uno de los sillones. Cuando me senté él hizo lo mismo.

-Te he llamado solo porque te quería ascender.- Dijo serio.- Serás mi nuevo secretario personal, qué te parece? ¿Aceptas?- ¿Como? Espera, él no me iba a despedir? Bueno, de perdidos al río.

-Claro que acepto! Muchas gracias señor.- Dije entusiasmo.

-Denada, y no hace falta que me llames así, solo dime Alex o Sr.Alex como a ti te sea más cómodo.- Dijo calmado.

Asentí y me fui a mi antiguo puesto de trabajo a recoger mis cosas y llevarlas a mi nueva oficina privada, justo al lado de la de Álex.

El día se me hizo un poco corto. El sr.Alex me invitó a comer a un restaurante y luego fuimos a una fiesta de negocios, pero nos fuimos después de media hora y menos mal que fue así, me incomodo mucho ver tanta gente de gran estatus mirarme como a una rata, aunque, tal vez eso fue culpa de mi ropa nada cara. Alex se ofreció a llevarme a mi casa y así explicarme un poco más lo que se hará en la semana. Me explicó que en todo el mes habrá reuniones como fiestas de gala para hacer tratos importantes.

-Aquí es.- Dije enfrente de mi casa.

-Vives con alguien?- Pregunto dudoso.

- No, vivo solo.- Dije mientras le daba una sonrisa a medias y un poco apenado mientras salía del coche.

-Ya veo, nos vemos mañana, adiós.

-Adiós y gracias por llevarme.- Dije antes de cerrar la puerta.

No tenía mucha hambre así que agarré una manzana y me la comí mientras veía mis mensajes. Me percaté de que me había llegado un mensaje de un número desconocido.

-*Deberías comer algo más.*

-(se habrá equivocado de número?).-pensé que podría ser eso así que le dije.- *Lo siento creo que se equivocó de número.*

-*No lo creo mi amor.*

-*No enserio, se ha equivocado de número.*

-*No lo creo Dylan.*

Vale, esto ya se volvió raro. Apague el teléfono y me fui a dormir.

A la mañana siguiente me desperté y me duche. Cuando fui a desayunar mire los mensajes que me mandaron dándome cuenta que algunos de esos mensajes son del número desconocido de ayer.

-*Eres muy adorable, no puedo dejar de desear estar a tu lado.*

-*No te asustes, solo te quiero dar mi amor, ya que tú serás mío al igual que yo seré tuyo.*

-*Ya verás, seremos tu y yo juntos, por siempre.*

Apague el teléfono no sin antes bloquear el número desconocido. Salí de mi casa rumbo a mi trabajo.

- Hoy será un largo día.- Dije cuando vi un ramo de flores en mi escritorio con una tarjeta que ponía 'Para mi futuro esposo'. Salí de mis pensamientos cuando vi a Álex poner una pila enorme de documentos en mi escritorio para después irse.

-Sip, desde luego será un día largo.

______________
CONTINUARA





Historia de una víctima (+18) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora