•¿traidor?•|| [kaeluc] ||

16

La cena estaba transcurriendo en silencio, ambos comiendo, en cambio el invitado parecía algo intranquilo, la comida era como la recordaba, exquisita, pero su culpa no le permitía comer. El moreno no se sentía bien tomando tan a la ligera lo que estaba sucediendo.
Su culpabilidad agrandaba cada minuto que pasaba en ese lugar.

Estaba sentado en la mesa,con la cabeza baja frente al plano de comida que casi no había tocado, perdiéndose en sus propios pensamientos, y en su propia cabeza retorcida.

- Alberich, come.

De un momento a otro la voz del pelirrojo le hizo sobresaltarse, realmente le había tomado por sorpresa.

Elevó su rostro para cruzar miradas con el contrario, al parecer este ya había dejado su plato limpio. Tal vez estuvo demasiado tiempo en sus pensamientos que no se había dado cuenta de la fugacidad del tiempo.

- Si la comida no es de tu agrado puedes decirlo, le pedí al cocinero que hiciera ese plato, pues es el que más te gustaba de pequeño. -el mayor hablaba con su tono neutro de siempre; realmente había pensado las cosas desde que hablaron ambos en la iglesia. Quería hacer las cosas bien con Kaeya,ahora que tenía la oportunidad, no la dejaría escapar de nuevo.-

- No es eso.. La comida está exquisita, como siempre, simplemente.. ¿A tí no te molesta tenerme aquí, en este lugar?

El pelirrojo soltó un suspiro cansado, sabía que algo así podría pasar por la mente del contrario, se mostraba comprensivo por los sentimientos ajenos, era normal que no se sintiera demasiado cómodo en su viejo hogar, hogar del hombre que murió a sus manos, un hombre que era como un padre para él, al que traicionó.

- Si no te quisiera aquí no te hubiera traído, además, ya es muy tarde, está todo demasiado oscuro y hace demasiado frío. No es bueno que vayas de vuelta a la ciudad tú solo y en ese estado,además,esta también es tu casa. - mientras hablaba, el mayor recogía su plato,y todo lo usado por él, de la mesa. - Ahora, come. - esas fueron las últimas palabras del pelirrojo antes de abandonar el comedor con todo lo usado.-

Satisfecho con la respuesta obtenida, Kaeya había comenzado a comer con más energía de la que tenía antes, llegando a mostrar una leve sonrisa.
El contrario tenía razón también era su casa independientemente de lo sucedido.

Cuando el mayor regresó al lugar, el plato que antes estaba medio lleno ahora estaba medio vacío; le dio algo de alegría ver que el moreno había comido más depués de hablar, más aún cuando en realidad quien había preparado esa comida había sido él mismo. No iría a decirlo en alto,pero hacía tiempo que había despedido a su cocinero.

- Veo que sí te gustó.

- Mucho.-contestó el menor manteniendo su pequeña sonrisa.-

Se llegó a escuchar un leve "me alegro" por parte del dueño de la taberna, aún así el moreno hizo como si no hubiera escuchado.

El pelirrojo ayudó al contrario a levantarse para ir a subir las escaleras, el moreno se ayudaba aferrándose a la barandilla mientras subía lentamente.
El mayor en busca de ayudar al contrario para subir más rápido, agarró su cintura, dispuesto a cargar hasta el final de la escalera a este. En cambio, se llevó un buen rechazo del contrario ya que este se separó de una manera rápida.

- ¡No me toques! -gritó el moreno asustado, finalmente quedándose en blanco al darse cuenta que había gritado demasiado alto- Lo siento..¿Qué hacías?.. -cuestionó el menor.-

El pelirrojo había quedado sorprendido por la reacción ajena ¿realmente tan incómodo se sentía en ese lugar? ¿Se sentía incómodo con él después de haber hablado las cosas? No comprendía el por qué de esa hostil respuesta.

- Diluc, lo siento, no quería elevar así la voz. -el moreno se disculpaba evitando la vista del contrario,que parecía que lo estaba intentando traspasar.-

- No te preocupes por eso¿Te encuentras bien? - en toda su vida el contrario nunca se había atrevido a levantarle la voz entre las paredes de esa casa, cierto era que habían discutido otra veces hace años,pero nunca se habían gritado por respeto a normas de su difunto padre.-

-¿Uh?

- He dicho, ¿te encuentras bien? -repitió la pregunta el mayor con algo más de ímpetu. -

- Sí.. Es solo que no me gusta que me toquen, nada más.

La mente del pelirrojo había explotado por un momento ¿no le gusta que le toquen? ¿el hombre que se contaba como el más coqueto de todo teyvat no le agradaba el contacto? no sentía que eso fuera algo de siempre pues conocía bien al peliazul, aunque haciendo memoria pudo recordar aquellas veces en la iglesia, veces en las que había llegado a atrapar al menor y este responder con cara de terror.

- ¿Diluc?

Miró hacia arriba y el de ojos rubí ya podía ver al contrario esperándolo al final de las escaleras, llamando su nombre.

- Voy.

Respondió para de seguido terminar de subir las escaleras rápidamente y llegar al lado del contrario, antes de adelantarlo y guiarlo a su habitación, su vieja habitación.

Una vez la puerta abierta dejó pasar primero el menor.
La habitación no había cambiado en todos esos años, se había encargado él mismo de limpiarla cada cierto tiempo para que estuviera en condiciones. Puede que por fuera siempre se hubiera negado al moreno, pero por dentro siempre lo había estado esperando.

- Esto..está igual que siempre..

El de ojos azules se paseó por la habitación a su ritmo, disfrutando todos los recuerdos que se le venían a la mente cada vez que su vista se encontraba con un objeto distinto.

- Dormirás aquí, por algo es tu habitación. Yo estaré al otro lado del pasillo trabajando, si necesitas algo puedes ir allí o simplemente llamar a Adeline ¿entendido?

- Entendido, gracias Ragninvr.

- Prefiero que me sigas llamando por mi nombre, como has estado haciendo toda esta noche.

- Bien, entonces, todo está entendido, Diluc.

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