Capítulo 1: El comienzo

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Me desperté por los rayos del sol que caían en mi cara, me removí en las sábanas, hasta que escuché:

-¡Hermana!-bufó Kamila, viniendo a mí- Ya levantate...

-¿Para qué, eh?-pregunté aún enredada en las cobijas.

-Por que vamos a ir a un lado, apúrate, ¿qué no sabías?-preguntó, divertida-Iremos a Hollywood.

-¿Para qué?

-Deja de repetir lo mismo, te lo advierto.-dijo molesta, yo sólo bufé- Te quiero abajo en 15 minutos, no doy más.

Y al decir eso, salió victoriosa. Me paré, caminé al baño y me despojé de la ropa, al tiempo que me despojaba de la goma para cabello.

(...)

Salí con mi cuerpo enredado en una toalla, fui al armario y saqué unos jeans negros, una blusa cuadrada roja, mis botines cafés y la ropa interior. Las dejé en la cama y comencé a secarme el cabello y al mismo tiempo el cuerpo, cuándo terminé, me puse la ropa interior. Me esparcí crema por los brazos y las piernas, luego me coloqué el jean y la blusa, por último los botines.

Cepillé mi cabello, dejándolo liso de arriba y ondas por abajo. Lo dejé suelto para que se secara más rápidamente, algo casual.

Bajé las escaleras y ahí estaba Kamila, sentada en unos taburetes de la barra mirando su teléfono, la verdad es que yo no era muy adicta a eso, simplemente cuándo estaba demasiado aburrida, qué por cierto no en muchas ocasiones. Me preparé un pan tostado con nutella y zumo.

Desayuné, para luego Kamila y yo subir a mi habitación, que por cierto, estaba hecha un desastre.

-¿Cómo piensas irte teniendo la habitación así?-preguntó, impresionada. Y esque era verdad, había ropa tirada por aquí y por allá, las ventanas estaban sucias y el piso con pelusa y más suciedad que nada.

-Pues, lo recogeré.-me encogí de hombros.

-No, sólo decía. Tenemos que llamarle a Mary, no podrás recogerlo tú, y lo peor es que nos vamos a vivir lejos de aquí, a lo mejor volveremos para ver a nuestros padres pero de vez en cuando, no siempre.-dijo acariciándome la mejilla.

-Ok.

-Arma tus maletas y las cosas más importantes también hechalas a una caja.-dijo, mordiéndose las uñas- Lo que sea MÁS importante.

-Para mí todo es importante.-dije cómo niña pequeña, ella sólo rió y salió de ahí.

Bueno, les contaré de nosotros. Somos las hermanas Miller Honson, la verdad es que yo adoro a esa chica por qué es excelente hermana, cuándo menos te lo esperas te da regalos y así, o simplemente te complace con algo, ya sea comida o diversión. Somos ricas, pero NO presumidas cómo muchos lo piensan, no tenemos novio, ella tiene 17 y yo 16 años de edad, somos muy unidas y nuestros padres viven separados, pero no se han divorciado. Algo que afortunadamente me gusta; Kamila es de tes morena clara, ojos verdes (cómo mi mamá).Yo, soy de ojos azules (cómo mi papá) y tes blanca. La verdad, ninguna de ambas tenía mucha conexión con nuestra madre, ella era muy ocupadisa con sus cosas, su empresa, su belleza étc. Mi padre rara vez se ponía con su trabajo, ósea, sí trabajaba y todo, pero no era así para decir que...nos dejara ahí tiradas, al contrario, cada vez que lo necesitábamos venía con nosotros.

Y es más infinidad de cosas.

Terminé de armar las maletas, comencé echando cosas a cajas. Es que realmente todo se me hacía importante, pero cómo dijo Kamila, "sólo las cosas MÁS importantes".

-¿Lista?-preguntó una voz femenina. Sabiéndolo, analizándolo y pensándolo, no era Kamila.

-¿Mamá?-me dí media vuelta para verla, no había cambiado ni un poco.-¿Qué haces aquí?-pregunté, ya que aquí vivía mi papá. Mi mamá vivía en otro lado, pero en el mismo país.

-Pues, mi esposo se va a quedar solo-dijo- No pienso dejarlo, la verdad es que sí me da lástima que ustedes lo dejen, y que a mí también me dejen.-dijo acercándose- Las adoro, y mucho, por favor...No se vayan.-suplicó.

Suspiré, la verdad es qué si, pobres. ¿Pero ella qué? Simplemente ella sólo se empeñaba en su trabajo, no creo que nos extrañara demasiado, más bien mi papá es a quién no deberíamos dejarlo sólo, pero según él irá a visitarnos seguido.

-Lo siento mamá, pero lo hecho hecho está.-finalicé, volviendo a echar las cosas a la caja y empaquetándolas con periódico para que algunas cosas no se rompieran.

-Hija...-me puso una mano en mi hombro, la alejé rápidamente.

-No, no me digas hija.

-No nos digas hija, "mamá"-se entrometió Kamila- tú nos abandonaste cómo menos no lo esperábamos, ¡¿Por qué?! Si te queríamos demasiado, ¿por qué lo hiciste? Y no me vengas que con lo de siempre: "Fue un impulso" por qué eso es defectuoso para mí y para mi hermana menor, no vengas a jodernos, ahora si no lo permites, deberías dejar que acabe.-terminó enfadada.

Me quedé en silencio, mientras mi mamá la miraba atónita, pronto comenzaría el drama.

1- Llora.

2- Se va.

3- Después se enoja con nosotras y con mi papá.

-Está bien- dijo con la voz quebrada- me voy ya.

>>Bingo, pensé correctamente<<.

Salió de la habitación, Kamila sólo me miró y sonrió. Le devolví el gesto y continué con el empaque.

[...]

Terminé, saque las cosas para la camioneta y Jens las subió en la cajuela. Me despedí de mi padre y sólo moví mi manos hacia mi madre, me subí a la camioneta dónde se encontraba Kamila con su cara tapada por la pequeña almohada que tenía, me acomodé la mía en la cabeza y suspiré.

-¿Por qué lloras?

Ella soltó un sollozo.

-L-lo siento-se disculpó-, debería hablar por mí, no por ti también.

-¿Sabes qué? Nosotras somos una, no deberías sentirte así.-la abracé, ella sólo sonrió mientras una que otra lágrima se le escapaba.

-Gracias hermana.-Correspondió a mi abrazo-Te adoro...

-Sabes que yo también.





Holap, bueno yo soy la que escribo ésta novela y pues, den un voto y comenten! :3

-Sameh.




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