月 - | 15 |

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—¿Cuánto ha pasado desde que llegamos?

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¿Cuánto ha pasado desde que llegamos?... —pensaste con aburrimiento para ver la hora en tu teléfono y después dejarlo caer sobre el sofá.

Ya estaban en el departamento del azabache luego de que él fuera por ti al terminar tu examen de admisión a la universidad. Han pasado horas desde que llegaron y no fue como tú pensaste que sería, después de que Michikatsu te preguntara quien era ese chico llamado Sanemi todo el camino fue silencioso, y al llegar al departamento solamente se fue a su habitación sin dirigirte la palabra.

¿Estaba molesto por lo que hiciste?
Sonaba raro de tan solo pensarlo, pero te hacía sentir mal.

No lo habías seguido a su habitación por querer pensar un poco las cosas, aunque te diste cuenta que ya habían pasado varias horas desde entonces y ya era de tarde ahora, se miraba el sol en otra posición del cielo mientras lo veías desde el amplio cristal de la sala, como si fuera lo único interesante ahora.

Suspiraste sin ganas y algo decaída para tomar una de las almohadas que había en el sofá y abrazarla contra tu pecho mientras te removías un poco al encontrarte recostada en ese sillón. De toda esta situación no podías negar que te sentías algo culpable.

Saliste de tus pensamientos cuando tu estómago rugió repentinamente, el examen te había quitado todas las energías y debías recargarlas, por así decirlo. Luego de dar otro largo suspiro te pusiste de pie para dirigirte a la cocina y poder encontrar algo para hacer de comer.

El atardecer se comenzaba a mirar cada vez más cerca y todo seguía igual de silencioso, bueno, a excepción de la película de fondo que pasaban por la televisión y a la cual no le ponías mucha atención por tus mismos pensamientos.

A los pocos minutos volviste a ponerte de pie para ir por un vaso de agua, pero te detuviste a mitad de camino para observar a un lado tuyo y donde estaba el pasillo que juntaba las habitaciones del departamento.

Querías saber cómo se encontraba Michikatsu, aunque en verdad te planteabas mucho en si irrumpir en su habitación así nomás o no. Sin embargo, te armaste de valor y pronto ya te encontrabas frente a la puerta.

Tocaste antes de entrar, pero no recibiste respuesta, así que lentamente la abriste y luego de cerciorarte un poco del lugar la abriste por completo, percatándote que Michikatsu estaba recostado sobre la única y amplia cama de la habitación. Uno de sus brazos cubría sus ojos y parte de su rostro dando a entender que quizás estaba dormido mientras que su otra mano estaba apoyada sobre su abdomen.

Hiciste una mueca cuando te diste cuenta de la situación y sin esperanzas de poder hablar en ese momento volviste a cerrar lentamente la puerta para dejarlo descansar, pero te exaltó escuchar su voz tan de repente.

—¿Qué quieres?

Te detuviste abruptamente y miraste a su dirección antes de cerrar la puerta, pero él seguía en su misma posición.

DADDY ISSUES || Michikatsu Tsugikuni Donde viven las historias. Descúbrelo ahora