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El sonido frenético de la suela de tus zapatos una y otra vez contra el piso de la sala y el silencio sepulcral a tu alrededor te ponía demasiado tensa, cada segundo que pasaba en esa noche te desesperaba, aunque con mucha razón por lo sucedido ha...

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El sonido frenético de la suela de tus zapatos una y otra vez contra el piso de la sala y el silencio sepulcral a tu alrededor te ponía demasiado tensa, cada segundo que pasaba en esa noche te desesperaba, aunque con mucha razón por lo sucedido hace momentos atrás.

Quizás con la intensidad del ambiente y el placer en el que estaban sumergidos ambos no se llegaron a percatar de las consecuencias que podría haber después de sus actos impuros sin cuidado.

Cuándo Michikatsu te dijo lo que pasó no pudiste explicar el como te sentiste, y si bien todo lo que pasó solo fueron meros roces entre sus cuerpos, no se excluía la posibilidad de que algo no deseado pasara. No fue una penetración, pero el cómo ocurrieron las cosas cuando él llegó al límite de su éxtasis hacía todo más complicado.

Por eso estabas demasiado impaciente e inquieta ahora, estabas sola en el departamento porque Michikatsu había salido a comprar algo para evitar esto desde hace unos minutos. Las uñas de tus dedos fueron bajando conforme esos mismos minutos pasaban al mordértelas, te maldecías por haberte dejado llevar por el placer que él te dio y no haber pensado claramente.

Aunque luego de un rato, el sonido del cerrojo de la puerta del departamento te sacó de tus pensamientos y rápidamente mandaste tu mirada allá, viendo que era Michikatsu quien había llegado para ponerte de pie y te acercaste a él. No sabías que decir por la pena de todo lo que pasó, pero cuando su mirada opaca se centró en ti miraste que te extendió una pequeña caja envuelta en una bolsa.

—¿Eso qué es? —lo miraste confundida.

—Es la pastilla del día siguiente. —parpadeaste con leve sorpresa—. Tómatela ahora o mañana temprano, pero hazlo por lo que más quieras. —te miró con seriedad y pasaste saliva.

—Descuida... —asentiste nerviosa y tomaste la bolsa para sacar la caja. Sabías el contenido de esta, pero nunca habías comprado algo relacionado a esto y por eso era raro tenerlo en tu mano—. Lo haré ahora por si acaso... —dijiste, caminando hacia la cocina que estaba cerca.

Leíste las instrucciones, aunque no era nada del otro mundo porque era solo pasarte la pastilla con algo de agua como si fuera una normal. Al abrir el empaque viste que solo contenía una pastilla de color blanca y se te hizo un poco extraño, pero recordaste que en tus clases de sexualidad te habían dicho algo así.

Su sabor era bastante raro, amargo y feo para aclarar mejor, la pastilla se deshizo en tu boca con el agua que lo bebiste y rápidamente te la pasaste para evitar el sabor, haciendo sin querer uno que otro gesto. Al menos ya esperabas que nada no deseado pasara por el efecto del anticonceptivo.

Suspiraste con un poco menos de inquietud y el sonido de una silla moverse llamó tu atención para girarte detrás tuya, mirando a Michikatsu sentarse frente la alacena de la cocina.

—No pude contenerme, lo lamento. —te miró sereno y desviaste la mirada algo nerviosa al entender que se referiría a eso que pasó.

—Está bien... De no haber sido por ti yo tampoco me hubiera dado cuenta. —te rascaste la nuca por la pena. Imaginar las posibilidades de las consecuencias de lo que pudo haber pasado solo te ponía la piel de gallina—. Que horror... —murmuraste, negando con la cabeza y deshaciéndote de la basura de la caja.

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⏰ Última actualización: Aug 07 ⏰

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DADDY ISSUES || Michikatsu Tsugikuni Donde viven las historias. Descúbrelo ahora