"Ahora seguramente tendré un resfriado también" -Harry.El mensaje en la pantalla me hizo sonreír. Tomé un trago de jugo fresco de mi mesita de noche y suspiré. Encendí mi laptop, abriendo un blog de notas para comenzar a escribir la sinopsis de mi nuevo libro. Tenía la mente en blanco, qué lindo. Cerré mis ojos, recordando el beso de la noche pasada. Sus suaves labios y la invasión de su cálida lengua. Dios.
Las ideas de mi libreta no eran nada buenas comparadas con las historias de Nicolas Sparks o E.L James.
Decidí darme por vencida, por lo menos ese momento, y casi estrello el aparato cotra la pared.
El timbre de mi apartamento sonó con un increíble y molesto volumen excesivamente ruidoso. Levanté mi cuerpo con pereza y me arrastré en mis pantuflas de conejitos blancos. Mi aspecto esa noche daba mucho de que hablar, ya que no era nada de una dama. Traté de jalar mi camisón hacia abajo, cubriendo mi prenda interior. Debería ser mi padre, quién venía a visitarme, o tal vez mamá.
Rasqué un poco mi cabellera y abrí.
-Buenas noches -sonrió con su increíblemente blanca dentadura.
-¡Harry! -grité espantada, cerrando de nuevo la puerta de un tirón.
-¿Llegué en mal momento? -preguntó del otro lado. Me recargué en la puerta, buscando con la mirada unos pantalones. Corrí al sillón, donde los dejé tirados y me los coloqué. Me miré en el espejo del pasillo, arreglando lo más posible mi cabello y quitando todo rastro de de pelusa por la almohada.
-Lo siento, pasa -dije al encontrármelo de nuevo en mi puerta. Sacó de su espalda un ramo de flores rojas y me las entregó.
-Espero te sientas mejor -me sonrió besando mi cabeza.
-Es un lindo detalle de tu parte, Harry, gracias -reí- siéntate, iré a dejarlas en agua -caminé a la cocina, llenando un jarrón con agua para meter allí las flores. Tenían un olor hermoso, tal como me gustaban. Cuando regresé a la sala, Harry se encontraba observando las fotografía que colgué en la pared con una sonrisa en sus labios.
-Estas fotos son muy lindas -sonrió. Me acerqué a él y sonreí.
-Las tomamos mis primas y yo cuando fuimos al lago de nuestra familia -recordé perfectamente- ¿lo ves? -le dije apuntando hacia una de las fotografías- estas son mis primas, y yo estoy por acá.
-Uh, Rain con traje de baño -rió y golpié su hombro ligeramente.
-Eres un fijón, Harry -me tomó de mi cintura y me giró a su cuerpo, quedando a ligeros suspiros de mí- ¿Cuál es tu apellido? -de pronto recordé que no sabía nada de él. Había besado a alguien que ni siquiera sé cuál es su edad.
-Styles -susurró en la esquina de mis labios.
-Así como estilo -reí.
-Exacto -me besó en esa zona y suspiré.
-¿Tu edad?
-23 -rozó su nariz en mi mejilla.
-Davis, mi apellido es Davis -sentí su aliento caliente por mi mandíbula.
-¿Tu edad? -me preguntó.
-22 -besé sus labios, sin poder tomar aire antes.
-Encantado de conocerte, ahora sí -regresó a mis labios, tomándolos con ternura y suavidad.
Cerré mis ojos y acaricié su cabello. Sus manos acariciando mi espalda, y...
-Rain -me hizo separarme de su cuerpo. En la puerta estaba mi mamá, con su bolso en el suelo y una risa reprimida en sus labios.
-M-mamá -susurré.
-Lo lamento, cariño, la puerta estaba abierta -se disculpó y mi padre entró. Miré a Harry y reí.
-No importa, pasen -fuí a mi habitación con Harry detrás de mí- algo apresurado para conocer a mis padres, ¿no? -bromié y reimos.
-Si, eso creo -se sentó en mi cama.
-No te preocupes, solo se quedarán a cenar, y nada más. -caminé a mi armario, buscando un vestido de noche. Me decidí por uno color azul claro que llegaba hasta las rodillas y me metí a la ducha, tratando de tardarme lo menos posible.
Me cambié, peiné, maquillé, calzé y salí. Harry ya no estaba allí. Cuando salí, él estaba sentado en la mesa charlando con mis padres. Tenía una sonrisa, mientras mi mamá reía.
-¿Así que eres de Cheshire? -preguntó mi papá.
-Así es, señor -asintió sonriendo.
-Estoy lista -anuncié sonriendo y todos me miraron-, ¿les gustaría que les cocine algo de pasta?.
-Cariño, por supuesto que no -se levantó mi mamá apresurada-, estas demasiado linda como para cocinar -reí-, iremos a cenar a Times Square, tu padre invita..
-¿Discul...?
-Ya está dicho, vamos -interrumpió a mi papá, quien la miraba confuso y sin entender nada. Harry y yo reimos por su respuesta.
-¿Qué hay de ti, Harry? ¿Te gustaría acompañarnos? -le invitó mi padre.
-No lo sé, es una cena familiar, yo no...
-Vamos, Harry, no hay descuido -lo alenté sonriendo.***
-Éste es, probablemente, el helado más delicioso que alguna vez he probado -sonreí cuando la cucharada de nieve de menta se derritió sobre mis papilas gustativas.
-Te entiendo -rió mi madre.
-Y aún no haz probado el helado Irlandes -dijo mi padre.
-¿Desean algo más? -la voz del mesero nos hizo voltear.
-Estamos bien, gracias -dije con una sonrisa. Él se fué y nos dejó de nuevo solos. Al paso de unos minutos, mi padre se levantó de su asiento.
-Bueno, hija, ya es demasiado tarde, esta anciana quiere descansar -bromeó refiriéndose a mi madre, que lo miraba con recelo. Harry y yo reimos y mi padre solo sonrió, abrazando a mi mamá-, lo siento -besó la mejilla de ella.
-Que tengan buen regreso a casa -me levanté despidiéndome de ellos.
-Un gusto conocerlo, señor Davis -sonrió el chico de ojos verdes estrechando su mano con la de mi padre.
-El gusto fué para mí, Harry -sonrió.
-Adiós, cariño -me abrazó mi mamá con fuerza y reí.
-Adiós, y para la próxima vez, me avisas cuando vayan a visitarme -reí.
-Trataré -me sonrió-, hasta luego Harry -se despidieron una vez más.
-No se preocupen por la cuenta, la dejaré pagada -recordó mi padre mientras se iban.
-De nuevo, lo siento, no sabía que ellos iban a visitarme -reí.
-No hay problema, fué una agradable sorpresa -sonrió abrazandome por la cintura.
-¿Qué dices si nos vamos al departamento? -sonreí a la par de él.***
Mis pies descalzos corriendo por los charcos del suelo. Harry tomándome de la mano mientras la lluvia se hacía mas abundante. Reíamos con las respiraciones agitadas y unas cuantas maldiciones de la boca de Harry.
De pronto se detuvo, en medio de un parque que apenas se veía por el exceso de neblina.
Me acercó a él, besando mis labios mientras las gotas heladas caían por sobre nosotros. Sonreí en medio de la unión de nuestros labios y mi mente se aclaró.
Tenía la idea perfecta para comenzar a escribir la sinopsis, y probablemente cinco libros completos.
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Starbucks {h.s}
FanfictionElla era aficionada al café y a escribir en su pequeño diario. Frente aquella ventana, que daba una gran vista hacia las calles transitadas de Nueva York. Él iba cada mañana, con la ilusión de poder conversar con aquella dama. Ambos sentados en esqu...