Aquella ansiedad se manifestaba cada vez que él llevaba a su mente, ni siquiera podía concentrarse en esa junta tan importante que estaba teniendo en ese mismo momento. Suspira tratando de concentrarse pero todo se notaba tan difícil. James, su novio extranjero que conoció hace dos años en Inglaterra lo miraba de manera extraña, su mirada estaba tan perdida imaginando cosas tan... Levanta la mirada viendo a más ejecutivos, su pie pegaba de manera desesperada sobre el suelo y jugaba con el bolígrafo apresurado.En cuanto acabo la junta tomó sus papeles se despidió apresuradamente de los ejecutivos y salió rápido de la sala de juntas, su novio salió detrás suyo queriendo preguntar el porqué de su comportamiento pero era tan rápido caminando que tuvo que entrar corriendo a su oficina.
—Yuna, necesito que por favor me contactes con el recepcionista. Si en el lugar de siempre. Pero que sea rápido, gracias.
James lo mira extraño y se acerca al escritorio con paso lento, Hoseok está ordenando de manera apresurada todo y guardando algunas cosas en sus cajones.
—¿Está todo bien?, te note algo raro en la reunión.
—Todo bien— se le resbala una carpeta—. Mierda.
—¿Vas algún lugar?
—Sí, me quede de hacer un pequeño negocio que beneficiará muchísimo a la empresa por lo que se me está haciendo muy tarde. No te preocupes por nada solo estoy algo nervioso.
—Entiendo, ve con cuidado, ¿sí?
—Gracias, me tengo que ir.
Le dio un pequeño beso sobre la mejilla y salió de la oficina dejando a un James pensativo. Saliendo del edificio llamaba por el celular al recepcionista que Yuna contacto reservando el mejor lugar.
Y el corazón le latía hasta en la garganta, las palmas de las manos le sudaban y eso odiaba que pasará, busco entre sus contactos su nombre y dejo que atendiera, apretando el volante con ansiedad cerró sus ojos tratando de calmarse, pero fue imposible al escuchar su voz. Mierda.
—¿Realmente me haz llamado?, creí que en serio sería la última vez que vería tu nombre en la pantalla de mi celular.
Hoseok bufa.
—No hagas que me arrepienta de haberlo hecho.
—¿Tanto te costó llamarme?— escucha su risa burlona, Hoseok cierra los ojos con fuerza maldiciendo—, donde siempre, ¿cierto?
—Por favor.
—Te veo ahí.
Al colgar encendió el auto y comenzó a conducir, la excitación y los nervios corrían por todo su cuerpo sintiéndose aún más inquieto, quiso hacer tiempo y hacerlo esperar pero realmente no aguantaba sus ganas de verlo. Para calmar todas esas emociones encendió la radio y distraerse en cantar algunas canciones, sin embargo, sigue aquel "cholo" en su mente, no sabe ni cómo demonios se metió con alguien que ni siquiera es de su mismo círculo social. No sabe ni cómo logró que ese hombre de aspecto malandro; con tatuajes, vistiendo de manera nada formal, la forma tan vulgar de hablar, con aquel sabor de sus labios a marihuana. Y aún así lo volvía loco, le encantaba de todas las maneras posibles, la forma en que lo tocaba, en que lo besaba, en que le hablaba porque desde que comenzaron a hacer esto le dio el permiso de tener una forma tan peculiar de tener sexo, porque el mismo James no quería ser tan rudo y ni tampoco llamarlo de tal forma cuando tenían intimidad aunque Hoseok ya le había dado el permiso de hacerlo este se negaba, pero cuando lo conoció y Hoseok le dio el permiso de ser rudo fue la mejor experiencia del mundo.
En cuanto llegó aparcó el auto en el hotel donde siempre se encontraban, se relajó un poco y camino con seguridad o eso creía, en cuanto lo miró parado en el ascensor con ese aspecto malandro el aire se le fue. Min Yoongi lo miro de forma divertida e hizo una reverencia en forma de saludo y le indico que fuera él quien llamara el ascensor, sin decirle nada lo hizo y espero sin siquiera mirarlo como si fuese una persona equis en su vida.