The Bakery | Nanami Kento (Jujutsu Kaisen)

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THE BAKERY
c a p í t u l o  0 7
Nueva Era

JUEVES POR LA TARDE

          —Muy bien... —murmuré mientras alzaba la vista hasta la punta del edificio frente a mí—. Nueva Era... 1224... Parece que Fushiguro tenía buenas intenciones...

          Antes de ir, me di la exhaustiva tarea de investigar al psicólogo del que mi profesor me había hablado. Al parecer el tipo había abandonado toda clase de moral y se había dedicado a crear algo así como un culto con su nueva filosofía. El Sigmund Freud de nuestro tiempo.

          —Da algo de miedo... —murmuré antes de subir las escaleras para entrar. 

          El edificio era completamente de cemento, no había ni una sola pizca de color en la fachada. Sin embargo, era inmenso, con grandes vitrales y muchas columnas de decoración. 

          Por dentro, era todavía más grande. Debía caminar mucho para llegar hasta el escritorio de la secretaria, sobre una elegante alfombra roja. Sujeté mi bolso con fuerza mientras caminaba, sin quitar mi vista de la alfombra. Sin embargo, cuando yo ya estaba a la mitad de mi camino, la secretaria levantó la vista de su ordenador y me miró. Entonces la reconocí de inmediato. 

          La secretaria de Geto Suguru era la misma mujer que había ido a saludar a Nanami el día de ayer. 

          Su mirada fue demasiado filosa, me sentí intimidada apenas me miró.

          Qué tan pequeño debe ser el mundo que Fushiguro me envió hasta aquí. ¿Nanami conoce a ese tal Geto? ¿O esto es solo un divertido accidente? ¿Que tal si Fushiguro conoce a Nanami? Eso sería algo problemático...

          —Hola... —la saludé algo incomoda e indecisa. 

          —Buenos días —me dijo, con una voz casi tan elegante como el edificio y un deje de diversión—. ¿Viniste a conocerme? ¿Te pusiste celosa o... 

          Hice una mueca de fastidio y la interrumpí. 

          —Vengo a ver a Geto Suguru —le dije, de la forma más bruta que pudo salir de mí. 

          Ella se rio, como si no me creyera y la miré con seriedad. 

          —¿Estas hablando en serio? —me preguntó, sin borrar la sonrisa socarrona que tenía.

          Yo le asentí, apretando los labios, como queriendo decirle "Que incómoda te debes sentir" y ella rodó los ojos antes de empezar a buscar algo en su computadora. 

          —A esta hora solo tiene cita Jiro Abarai, lo siento mucho  —dijo y me sonrió. 

          Bajé la mirada sintiendo vergüenza por ella y dejé salir una sonrisa airada antes de volver a mirarla.

          —Sí. Soy yo —le contesté y le volví a sonreír—. ¿Me dices en qué piso es? 

          Pese a que ella siguió mirandome con una sonrisa, yo sabía leer a la gente muy bien, con solo sentir su mirada la primera vez pude verlo, yo no le agradaba en lo absoluto.

          —Me pregunto qué fue lo que Kento vió en una mocosa como tú —me habló, mientras escribía algo en una nota adhesiva.

          —Vas a estar molestándome aún cuando has sido tú la que fue a verlo a la panadería. ¿No piensas que eso es muy patético para una mujer de tu edad? —le pregunté—. Ya no tienes 15 años para estar persiguiendo al hombre que te gusta por todas partes.