The Bakery | Nanami Kento (Jujutsu Kaisen)

𝙲𝚊𝚙𝚒𝚝𝚞𝚕𝚘 𝟶𝟼

Este capítulo es fan service...
El fan soy yo.

THE BAKERY
c a p í t u l o 0 6
Bizcochos de frambuesa

MIÉRCOLES POR LA TARDE

          Bajé las escaleras hasta la cocina, con mi cabello y ropa limpios.

          Satoru volvió a su departamento unas horas después de que nos caímos y, aunque me costara admitirlo, había sido una gran ayuda.

          Nanami siguió más callado que de costumbre y supuse que la visita de aquella mujer había arruinado por completo su día, así que no hice preguntas y no toqué el tema, ni planeaba hacerlo.

          Los panecillos, por otro lado, habían resultado un éxito para Satoru, quien se llevó una bandeja de espuma con unos cinco panecillos para él solo.

          —¿Terminaste, Nanami-san? —pregunté, mientras miraba como ordenaba los últimos trastes.

          —Sí -contestó—. Aquí está la cesta que querías —añadió, mostrándome el objeto perfectamente limpio.

          —Gracias —le contesté y caminé hasta la isla donde estaban los montones de bizcochos que habíamos hecho.

          —¿Qué harás con eso? —me preguntó, mientras se quitaba el delantal de cocina y lo dejaba colgado.

          —Es miércoles —respondí y Nanami me miró sin entender—. Debo ir a visitar a mi madre al hospital —le expliqué.

          —Es bastante tarde, ¿segura que irás? —preguntó, mirando su reloj.

          —Tengo que ir —le dije y me encogí de hombros—. Es mi mamá.

          —Sí, pero acabas de salir de la ducha y... Salir a esta hora es peligroso —rebatió él, intentando convencerme.

          Le di una sonrisa tranquila.

          —Ya lo he hecho antes —le insistí.

          —Eso no significa que estarás a salvo, solo significa que haz tenido suerte —debatió y le miré con el ceño fruncido.

          —No puedo no ir —le dije con firmeza—. Aprecio tu preocupación, pero no es algo que puedas discutir conmigo.

          Nanami suspiró y desvió la mirada de mí, mientras pasaba despreocupadamente una mano por su cabello rubio.

          Yo continué con lo mío y guardé unos ocho pasteles dentro de la canasta.

          —Te llevaré.

          Miré a Nanami de inmediato.

          —¿Huh?

          —Y luego te traeré a casa —continuó.

          No supe cómo reaccionar. Quise decirle algo, pero solo salieron un montón de ruidos pasmados e indecisos que me hicieron sentir una tonta.