"Celine sintió el frío de la piedra en la palma de su mano. Era esa sensación tan asquerosa en que no le hacía caso. Sintió como se elevaban sus pies y saltaba al oscuro vacío de la noche. El viento agitaba su capa, su capucha se retiraba e hinchaba dejando su pelo al viento, la caída parecía eterna, ralentizada por el grito ahogado en una garganta que tampoco le hacía ni puto caso. Cayó, rodó sobre sí misma y quedo acuclillada tras un diminuto seto dentro de lo que parecía un castillo. Mantuvo la posiciona durante unos latidos escuchando en la noche.
Agudizó sus sentidos, podía sentir una docena de respiraciones a su izquierda, escuchaba el sutil frufrú del cuero y la tela contra el cuero. El tintineo del acero contra el acero. La guardia cubría la puerta principal de la compañía. En su interior, el General dormiría plácidamente. Un trabajo fácil y sencillo, entrar y salir.
A su derecha solo escuchaba dos respiraciones. Sigilosa como una araña se acercó escondida desde las sombras. Eran dos tipos grandes, muy grandes. Desde que el norte había ganado tierras hacia el Sur, muchos bárbaros se habían unido a la Confederación como mercenarios.
Se acercó a la pared y comenzó a trepar asiéndose de pequeñas y resbaladizas grietas en la pared. Ascendió al tejado y sin levantarse del todo, comenzó a andar por las tejas mojadas por la lluvia de hacía unas horas. Paso junto a un charco y Celine se descubrió con otro rostro. Era una mujer madura, debería rondar los cuarenta y tantos. De cara dura y ojos penetrantes"
¿Entonces?, ¿Estoy soñando?, pensó Celine.
Es un recuerdo. Ella es Olga, fue una mujer increíble que hizo cosas grandiosas.
- ¿No me vas a dejar ni soñar?
Yo no puedo hacer nada, los recuerdos van apareciendo. Es más un problema de tu mente. Como si hubiese olvidado algo importante.
- Joder que puta mierda...
"La asesina se descolgó cabeza abajo hasta un pequeño balcón, Celine no percibía el mundo de la misma manera, era como si su peso rotará según el punto de apoyo que tuviese. Como si se tratase de un arácnido. Siendo el único balcón, del alargado edificio, debía ser la habitación y despacho de su contrato.
Las contraventanas estaban cerradas. Acercó su oreja a la madera y sintió una fuerte respiración, agitada. Nerviosa. Casi en frenesí. Las contraventanas estallaron cuando un enorme hacha de batalla las atravesó como si fuesen de papel.
Sin sus sentidos agudizados, su cabeza estaría abierta en dos como trofeo ante tal acto de barbarie. Tras el hacha, un bárbaro del tamaño de un oso salía mostrando una sonrisa dentada. La asesina saltó dando una voltereta hacia atrás y cayendo desde el balcón a la vez que esquivaba el afilado y brillante filo del acero. La balaustrada estalló y el gigante salto con su arma sobre la cabeza.
La asesina rodó y el hacha machaco los adoquines. El tipo rugió y lanzó otro rapidísimo ataque. Parecía imposible que alguien con esa envergadura tuviese tanta explosividad. La asesina reculaba, esquivaba con volteretas gráciles y ágiles, el hacha segaba el aire silbando sobre su cabeza. Olga dio tres rápidas volteretas laterales en sucesión y se lanzó con un sable etéreo hacia el berserker. Clavo su punta en el pecho y sin ninguna herida aparente cayó muerto mientras una imagen suya ardía entre llamas oscuras, el hacha cayó generando un tremendo estruendo"
- ¡Abre la puerta maldita zorra!, ¡Si tengo que derribarla lo vas a pagar muy caro!
Despierta Celine, despierta.
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Sombra, La hermandad de asesinas.
FantasyCeline es una joven en un mundo oscuro y tenebroso donde la vida no vale más que el lodo bajo sus botas. Un mundo lleno de mierda, sangre y oscuridad. Tras verse encerrada y bajo tortura, algo sucede en su vida que lo cambiara todo. La hermandad ser...