Capítulo 5°

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Celine sintió como las manos de la mujer le retenía sus brazos con la misma fuerza que un marinero tira de las tensas sogas. Estaba harta de tanta mentira, cuando parecía que podía confiar en esa maldita voz, la realidad la golpeaba como un mazo de batalla en sus finos labios.

El pobre gañán se alejó hasta pegar su espalda contra la pared. Celine rompió a llorar desolada. Toda su fortaleza menguaba, no era más que un maldito títere en manos de un ser horrendo.

- Tranquilízate niña, ¿Qué mosca te ha picado?-gritó la mujer.

- Yo... yo no he hecho nada, se lo prometo, señora. La he respetado, se lo juro-tartamudeaba el gañán.

- ¡Me ha dicho que te llamabas Luna, otra de sus putas mentiras!-la mujer soltó sus brazos y Celine sorbió los mocos de su nariz.

- ¡¿Quién te ha dicho ese nombre, niña?! -Rugió la mujer, se enderezó y su actitud cambió no solo en el tono, sino también en su pose, cualquiera diría que había rejuvenecido diez años.

- ¡La puta voz de mi cabeza!-la mujer miró al gañán, la miró a ella y volvió al gañán que hundió su cabeza entre sus grandes hombros.

- ¿Está loca?-dijo el joven tímidamente.

- ¿Tienes una voz en tu cabeza?-pregunto Laurin mientras escrutaba las pupilas de Celine...

- ¡No me jodas!

- Sí, soy yo, Luna-la voz sonó gutural.

- Maldito hijo de perra... ¿Cómo puede ser?, ¿Qué coño has hecho?, ¿Acaso no te has dado cuenta de que está aún respira?

- ¿Está poseída?-pregunto el joven aún más tenso.

- ¡Cierra el pico!-gritaron Sombra y Luna al unísono. El gañán, asustado, se deslizó por la puerta y desapareció.

- ¿Entonces os conocéis?-dijo Celine entrecruzando sus manos sobre el regazo.

En pocas horas, Celine podía moverse con total soltura. Sombra había reducido su sanación para que sí o sí, Luna, accediera a dejarlos pasar. Esa mujer llevaba muchos años viviendo en soledad. Pero Sombra, sabía que no dejaría morir a nadie si ella podía remediarlo. La cena fue copiosa, menos para el joven que prefirió pasar la noche en las caballerizas a base de su propio pan y su propio queso.

Luna se disculpó, debía mantener el anonimato. Deseaba estar fuera de todos los ojos posibles. Había decidido abandonar la vida en la hermandad. ¿Quién sabe cuánta gente buscaría venganza tras tantos años de servicio?


Durante su extensa vida como asesina, Luna había conocido el mundo entero y en sus viajes, se había dedicado a conocer remedios y sanaciones de todo tipo, tanto mágicas, como mundanas. Las había transcrito para la biblioteca "Negra" y había ganado su jubilación anticipada.

Sombra explicó a Luna que llevaba tiempo buscando un cuerpo. Y hacía meses que vigilaba a Celine.

- ¿Qué coño quiere decir eso?-pregunto sorprendida Celine-¿Me estabas siguiendo?, ¿A mí?

Sí, ya te he dicho que eres única y esto lo demuestra. En muchas ocasiones me hubiese gustado entrar antes de que asesinaran a mi binomio. Pero siempre debíamos ver cómo moría. Y te aseguro que nunca ha sido un plato de buen gusto. Pero contigo...

- Estoy segura-dijo Luna sacándola de su conversación mental -, que en la biblioteca Negra habrá más información, algún texto debe ayudarnos con el ritual que llevará a cabo la Hermana...

- Espera, eso aún no está decidido-Ceniza la miró ceñuda, otra que también iba a decirle que tenía que hacer.

- ¿No está decidido?... Tú sabes lo que estás hablando, niña. Solo hay una opción. Y es que el vínculo se selle. ¿Cuánto tiempo crees que podrás aguantar una voz en tu cabeza?, sus pensamientos, sus recuerdos. Tienes unos poderes que ni siquiera imaginas..., tu cordura tiene un límite, y cada día que pasa, ese muro que te separa se desquebraja más. Ya has visto en qué estado estás. Ya no diferencias la verdad de la mentira. Aunque puedas sentir y escuchar aquel que te habla.

Sombra, La hermandad de asesinas.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora