El mundo había cambiado, ella percibía hasta los pequeños cambios en la dirección del viento. Sentía el suelo bajo sus pies, extenderse hasta el horizonte, y el humo y las briznas del incendio, sobrevolando la ciudad sobre su embotada cabeza. Sentía el ímpetu del fuego devorando el edificio de la Inquisición, escuchaba los llantos, los alaridos tras sus paredes de aquellos bastardos; enclaustrados en salas enmoquetadas, sintiéndose seguros, con sus grandes columnas de documentos falsamente redactados ardiendo. Pero si había algo que podía sentir con fuerza, era el cambio que acontecía en su interior.
No sentía miedo, ni frío, ni calor. No sentía remordimientos por todas las muertes que había cometido dentro de aquel edificio. Ni tan siquiera, sentía el dolor de sus heridas. Solo sentía sueño. Necesitaba descansar de toda aquella barbarie. Debía discernir que cojones le estaba sucediendo.
Será mejor que nos marchemos, aún no estamos listos para un combate contra los guardias, dijo aquella voz rasgada en su cabeza. Necesitamos dormir, dejar que nuestras esencias se diluyan, que nuestras fuerzas se sellen. Volvamos a casa.
La voz sonaba tan agotada como ella, la ostentación de poder que habían realizado era demasiado enfurecida y violenta para un primer contacto le había susurrado. "Volvamos a casa", le había pedido aquel ser que ahora cohabitaba dentro de su cabeza. Tal vez, si dormía, aquella maldita voz se olvidaría de ella, se marcharía igual que había llegado. Tal vez..., aún podía seguir con su vida en las calles de otra ciudad donde no fuese buscada por tan atroces crímenes.
Basta decir que su pequeña morada quedaba bastante lejos de aquellas calles lujosas y adoquinadas. Debía cruzar la ciudad entera, llegar extramuros y zambullirse en las viejas ruinas prohibidas. Allí, donde nadie quería pisar; ella, había creado un pequeño hogar. Tan solo, el silencio y las muertes de siglos atrás, hacían compañía a la pequeña Celine en sus horas nocturnas.
Miró su muñón, extrañamente cicatrizado, y salió a la carrera de aquel maldito lugar, dejando a las personas en cueros, que la miraban, perplejos, ocultos tras su espalda.
Celine era una joven de mente ordenada. Le gustaban los planes, tener las ideas claras, mantener un orden en sus escasos quehaceres. El primer punto ya lo estaba poniendo en práctica. Correr por todas esas calles poco transitadas que también conocía. Sería interesante resaltar que no le gustaba demasiado llamar la atención. Prefería tener un perfil bajo. Pasar desapercibida si no es que estuviese pidiendo limosna, algo que sería bastante contraproducente.
El segundo paso era lavar su cuerpo y cubrir su desnudez, eso, sería algo más complejo. Las fuentes, albercas y canales de la ciudad estaban anegadas de hombres y mujeres acarreando agua en todo tipo de utensilios para que el incendio no devorará la ciudad entera. Recordaba un barril en la zona de los artesanos, no estaba demasiado lejos y conocía los mejores atajos. Pero esas callejuelas eran traicioneras. Todas las ventajas que ella podía aprovechar, podían ser aprovechadas por todo tipo de escoria.
Celine no era una joven de curvas abultadas, era flacucha, su rostro no tenía nada que resaltará en demasía. Su pelo cortado a navaja no le daba mejor aspecto. Pero eso en parte le había evitado muchos problemas. Incluso los ricachones parecían tener más liquidez apelando a su mal aspecto. Como si por ser fea tuviese más deficiencias que el resto de mendigos.
Los pasos de una formación de guardias le obligó a apoyarse contra la pared. El sonido iba creciendo de manera agobiante. Según sus cálculos hacía ya un largo rato que deberían haber pasado. Pero el sonido de aproximación seguía creciendo, produciéndole un fuerte dolor en los oídos. Cuando por fin pasaron de largo. El dolor punzante entre sus ojos le producía un grito mudo en su garganta. Cayó de rodillas sujetándose las sienes.
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Sombra, La hermandad de asesinas.
FantasíaCeline es una joven en un mundo oscuro y tenebroso donde la vida no vale más que el lodo bajo sus botas. Un mundo lleno de mierda, sangre y oscuridad. Tras verse encerrada y bajo tortura, algo sucede en su vida que lo cambiara todo. La hermandad ser...