11. Prestigio

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En el departamento de la señorita Gloria, Inocencio la visitaba con un aire inquieto. La noticia de Damián no le había permitido descansar, y la única forma que encontró para aliviar sus preocupaciones fue acudir a su hermana, aunque solo habían pasado unos pocos días desde que se enteró, su presencia era suficiente para que él no se sintiera solo.

Por suerte el colegio va a tener unas vacaciones de dos semanas, así que no tengo problemas— suspiró, señalando el aspecto positivo de la situación.

¿Crees que yo deba ir? Nunca la he visto más que en fotos.— interpelo Gloria, con dudas sobre si su madre la recordaría.

—Haz el intento, estoy seguro que Navier te recordarale alentó

Ojalá, ahora debo pedir permiso de mi trabajorealizo una mueca, confiando que su superior no la despida.

—Ten fe, y por cierto ¿No tendrás algún conocido que sea médico o enfermero?— al escuchar la petición, con un pensamiento instantáneo, Gloria tuvo en claro a quien recurrir.

—Tú no te preocupes por eso, yo tengo a alguien de confianza— señalo, cien porciento segura

—¿Y cuanto crees que nos cobre? Recuerda que es una zona alejada y son para una buena cantidad de personas, nos saldrá un ojo de la cara.— expreso, recapitulando la dosis económica que necesitaba ejercer.

—Relaja la pelvis, yo tengo todo controlado— recalco nuevamente, bajando las tensiones de su hermano menor

—Okey, mientras tú te ocupas de eso yo estaré en busca de un chófer— fueron sus ultimas palabras, antes de retirarse del departamento.

*

En las afueras de la vecindad, los niños comenzaron su maratón de juegos y travesuras. El Chavo, encargado de encontrarlos y vencerlos en cada juego. Con astucia, dedujo el escondite de La Chilindrina, que se encontraba ingeniosamente ubicada debajo de un bloque de madera.

—Chilindrina, te encontré— la sorprendió

—Chanfle, pero ¿No estabas con Patty?— le cuestiono, desconcertada de haber perdido el juego.

—Está ocupada con su tía, y solo faltabas tú— comento, agachando su cuerpo por un momento.

—Ay chavo, me hubiera gustado que el profesor sea parte de mi familia— renegó para si misma, imaginando una vida hipotética.

—¿En verdad lo querías como un segundo padre?—

—Sería estupendo, porque pasaría de año— revelo su perspicacia, asombrando al Chavo

—Siempre tienes buenas ideas, pero después de todo, el maestro ya está con la vieja Chancluda— 

—Sino fuera por mi padre que lo abandono, talvez, hubiera estado más cerca de nosotros— se desanimo, evocando los conflictos cercanos de su padre y el profesor.

—Talvez, todo seria distinto—

*

Inocencio, en su búsqueda de un chofer que cumpliera con sus exigencias, se dirigió a una sede dedicada a los servicios de taxis. Sin embargo, al llegar, no encontró a ninguno disponible que satisficiera sus requerimientos y se retiró del lugar, frustrado por no hallar lo que buscaba.

Le voy al necaxa 𝄁 Don Ramón - Profesor JirafalesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora