03. Malos Entendidos

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POV Profesor Jirafales:

Aunque las ganas de desquitarme con Don Ramón no me faltaron, me vi obligado a contener mis impulsos para poder continuar en la escuela. La paradoja de la situación residía en la necesidad de mantener una compostura, especialmente porque mi profesión requería cierto grado de respetabilidad. ¿Qué pensarían los demás?

Jirafales: Ahora que por fin somos libres, dígame ¿Qué tuvo su mano para sostenernos así?

Don Ramón: Porque me pregunta si yo no sé, hace años que no toco esa cosa

Me reprimí, siendo específico en mi mente, mientras mantenía la calma a toda costa para evitar encontrarme en la comisaría.

Jirafales: Tendré que darme una buena lavada

Don Ramón: Es mejor que no vuelva a la vecindad por un tiempo si quiere cuidar su imagen

Recordé y guardé la tristeza de saber que debía renunciar a mi reputación para estar con mi amada

Jirafales: Que vergüenza, en ese caso no me queda otra, me voy

Don Ramón: La próxima escóndase en otro lado que no sea mi casa— Señalo, regresando a la vecindad como si nada hubiera pasado

*

Para empeorar la situación, me encontraba en la desafortunada posición de tener que ir a la escuela un domingo. Lo que menos esperaba era que una colega como Miriam, siempre envuelta en un aura de misterio, me observara con atención. Con ella, cualquier escenario era posible, y la incertidumbre de sus pensamientos solo aumentaba mi intranquilidad en ese día tan inusual. ¿Qué estaría pensando al verme en esta situación poco común? 

Jirafales: Señorita Miriam ¿Qué le trae a mi salón de clase?

Miriam: Ya deberías saberlo, el Director confirmo tus rumores

Ante su voz sentí como mi vida se hizo pedazos, lo que creí que se mantendría en secreto ya estaba en la luz

Jirafales: Lo presentía de todas formas ¿Dijo algo?— Pregunte, conservando mi postura

Miriam: Para lo que llegue, estás suspendido 2 meses por incumplir las reglas de la escuela

Declaré sin darme cuenta de que mis brazos rozaron suavemente su hombro, una táctica inconsciente para disimular el temblor de la aflicción.

Jirafales: Pero

Miriam: Nada de peros, desde hoy no trabajas aquí hasta cumplir tu sanción

Me alejo, demostrando que ella ahora tomara mi puesto de profesor en mi ausencia

Jirafales: Ay, que estaré pagando ahora

Miriam: La próxima piensa mejor lo que haces, sin embargo, aún sigo buscando al traidor de los rumores, pero te apoyo al final

Me sorprendió gratamente cuando, de repente, sintió la confianza suficiente para sostenerme de la mano.

Jirafales: Bueno no te preocupes por mi, es mi culpa al final de

Miriam: Ser gay no tiene nada malo, mientras lo escondas

Me interrumpió de manera seca, no obstante no le tome importancia hasta-

—Comprendo, espera ¡¿QUE?!—

Le voy al necaxa 𝄁 Don Ramón - Profesor JirafalesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora