XXII

1.6K 284 45
                                    



Solo había el fantasma de sus besos y sus caricias, de su risa y de sus groserías; pero no era suficiente. Aunque había pasado apenas un día desde su despedida, sentía el corazón apesadumbrado por la ausencia de su omega. La habitación frente al bosque conservaba todas las prendas del muchacho, pero no sería por largo tiempo. Baekhyun se marcharía pronto de ese lugar para regresar a casa de sus padres.

No podían hacerlo tan abrupto o alguien sospecharía. Pero al terminar esa semana cerca Noviembre, ya no volvería a verlo.

En su despacho, dando vueltas en su silla con el segundo cigarro de la mañana, no dejaba de pensar en lo mucho que odiaba a su padre por empujarlo a una vida que no quería. Quizás, sin embargo, se odiaba más a si mismo por ser incapaz de encontrar una solución. Era débil por Baekhyun y no concebía la idea de que fuera dañado de algún modo.

Tomó su teléfono y abrió el chat con el omega, aunque no tenían muchos mensajes. Deseó tanto enviarle un mensaje, preguntarle cómo estaba. Se contuvo. No iba a dar un paso atrás sobre su decisión porque eso sería irresponsable. Le haría más daño a Baekhyun de esa forma.

—En otra vida.

Entró en su despacho su hermano Yifan, tenía la mirada preocupada y un nerviosismo que podía con sus manías.

—¿Qué te ocurre?

—Sé que no te agrada Baekhyun —comenzó diciendo—, pero él necesita ayuda.

Se irguió en la silla y prestó toda su atención.

—¿Qué le ocurrió?

—Está preso. Aparentemente por el robo de un reloj muy caro.

Chanyeol apretó la mandíbula con fuerza, hasta que sus dientes dolieron.

—¿Podrías ayudarlo? Él no merece-

—¿En qué comisaría está?

—Nam Don Gu.

Claro que sí. Chanyeol casi dio un golpe a la mesa y salió rápidamente de su despacho mientras marcaba el número de su padre. Le tomó tiempo antes de escuchar esa ronca y arrogante voz.

—¿Cómo te atreviste? ¡Por qué!

—Cuida tu tono conmigo, Chanyeol.

—¡Respóndeme! —demandó—. Hice lo que me pediste. Me alejé de él para que no lo lastimaras.

—No lo hiciste —gruñó de regreso—. Mentiste. Y no creas que vas a poder engañarme.

—¿De qué hablas? Yo no-

—¿Crees que soy tan idiota como para no darme cuenta de que desapareciste de tu fiesta de compromiso? ¿O que te fuiste a joder a ese omega en tu casa?

Chanyeol enmudeció.

—¡Te advertí que no jugaras con mi paciencia! Y esto es solo una muestra de lo que a esa familia le puedo hacer si me desobedeces.

—... Libéralo. Ahora.

—Lo haré en el mismo momento en el que recobres la cordura. Solo yo puedo dar la orden para liberarlo.

—No me voy a acercar a Baekhyun, tienes mi palabra —escupió.

—Lo creeré cuando lo saques de tu casa. Hoy mismo. Lo soltaré solo para que pueda apartarlo de tu vida para siempre. Pero —y fue un gran pero— si intentas engañarme, te juro que no volverás a ver a ese omega en toda tu vida.

Colgó dejando a Chanyeol con un cúmulo de rabia atascado en su garganta. Aventó el celular contra la pared del estacionamiento, viéndolo convertirse en pedazos inútiles.

A Bed of Thorn and Roses (Chanbaek)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora