Ese día cuando despertó, se obligó a sí mismo a abrigarse bien, pues había empezado diciembre y las temperaturas en Londres eran realmente bajas, de hecho siempre lo eran.
Estúpido Londres y sus bajas temperaturas, estúpido cielo nublado, él sinceramente prefería los días calurosos y el cielo despejado.
Al decirse a sí mismo que tenía que cuidarse del frío, recordó a su madre.
Recordó cuando eran pequeño y salía en las tardes a jugar con sus amigos sin un abrigo encima, siempre que esto pasaba su madre solía molestarse mucho por lo descuidado y terco que era, ella solía decirle que sino se abrigaba bien, terminaría enfermando, lo cual resultaba cierto pues al día siguiente siempre despertaba con un resfriado.
Sonrió ante el recuerdo.
Extrañaba mucho a su madre, tenía mucho tiempo sin comunicarse con ella y desde que había dejado México, nunca había ido a visitarla, lo cual lamentaba mucho pues se había enfocado tanto en formar su propia familia que había olvidado completamente a su primera familia, con los que había crecido hasta ser la persona que era ahora. Tal vez debería llamarla, para que al menos supiera que seguía vivo.
Y con ese pensamiento se apresuró a alistarse para el trabajo.
El lado derecho de su cama estaba vacío, por lo que supuso que su marido ya no estaba en casa.
Se tomó su tiempo en la ducha, intentando relajarse para el día tan agotador, tanto físico como mental, que lo esperaba en el hospital.
Una vez salió del cuarto de baño, se dispuso a vestirse con su uniforme, utilizar sus productos de aseo personal e intentar peinar su cabello fallando totalmente pues este ya era demasiado, hizo una nota mental, para recordar que tenía que tener un corte de cabello lo antes posible.
Ante su cabello rebelde, tuvo el recuerdo de unos años antes, cuando tenía alrededor de veinte años, y su cabello era prácticamente una selva, nunca encontraba la forma correcta para peinarlo o al menos acomodarlo.
Pero cuando conoció a Lewis este en varias ocasiones le recalcó lo mucho que le molestaba su cabello largo, pues según el británico, le daba un aspecto "desaliñado y desordenado".
Poco tiempo después Sergio había empezado a cortar su cabello con mucha frecuencia.
Removió su cabeza, intentando alejar esos recuerdos, ese día alparecer había despertado muy melancólico.
Terminó lo que estaba haciendo y se dirigió a la cocina para preparar su desayuno.
Cuando llegó a la planta baja se sorprendió de ver a su cónyuge en el comedor, tomando un café americano como ya era costumbre, se veía muy atento a lo que sea que estuviera haciendo en su celular.
Eran muy raras las mañanas en las que se veían, el menor realmente disfrutaba de ellas o solía hacerlo, realmente ya no lo sabe.
—Buenos días, mi amor — saludó su marido, canturreando feliz.
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Entre la espada y la pared; Chestappen
FanfictionEstoy entre la espada y la pared, él es la espada y tú eres la pared.