Archie

#9

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Si creen que van a salvar al protagonista están en lo incorrecto. Oh, no, no. Un tercer personaje no puede aparecer, no la chica de la pastelería, aquella que se compró una bolsa de donas. Aquella chica que, nunca les mencioné pero..tiene el pelo verde. Si, nadie salvará a nuestro querido Arleth, ¿Arleth?.

No, así no era. ¿Anaquin?, tampoco. Creo que no así no sé llamaba, de cualquier forma era un nombre muy raro. Tsk, lo olvidé. Tengo memoria a corto plazo, soy malísimo con eso. Recuerdo una cara bonita,pero nunca el nombre de una cara bonita.

Pongamosle Arieth. Ese chico tiene todo el potencial para ser el villano de la historia,pero para eso estoy yo. Para arruinar cada pequeña esperanza que tenga de salir del aprieto. Tengo 5 nombres, eso sí que lo recuerdo y además tengo más de 100 años. No poseo el aspecto de un viejo ni por asomo,estoy tan joven como en mis mejores tiempos,en mis tiempos de oro.

Arieth es un lindo nombre, esperemos que coma lo que le prepare con todo el encanto que soy capaz de poseer, más que un par de corazones,¡Porque si!,tengo dos corazones. Uno bombea sangre y el otro bombea veneno y odio hacía aquello que es humano.
Los odio a todos ustedes humanos mortales, de sobra que son patéticos. Yo vivo por el placer de matar, y por adiestrar a nuevas máquinas de matanza para mí placer.
Tengo 5 nombres:

Fenrirland-Sexto-Horacio-Decimo-Tercero.

Aunque así no era su nombre, extenso saludo para aquellos que leen y quieren divertirse. Consigue un trabajo, llenate de ocio con un hobbie nuevo, ten al menos un hábito saludable como ¡Correr!.

Volviendo a la historia.
Golpeo la puerta un par de veces, pero no oigo nada al otro lado. Espero unos largos minutos, y al no obtener respuesta decido accionar el pestillo. Llamo al chico y le doy un gran discurso de amabilidad, no lo encuentro en la cama ni en el piso pero sé, que está debajo. Tampoco soy idiota, así que le dejo la bandeja justo en la entrada y me dirijo resueltamente a la sala, dónde chisporrotea el fuego en la chimenea.

Le cierro la puerta antes. Tarde o temprano saldrá y se encarará conmigo, eso espero. No tiene salida.
Tomo un café y me voy a la cama, el martillo que el muchacho traía encima descansa en la mesa de luz. Claro, podría dedicarme a clavar retratos a las paredes con él. Esos retratos viejos de mi familia que descansan en el sótano. Me acuesto a dormir, no sin antes hecharle la llave a la puerta. Quien sabe que podría hacer mi huésped nuevo,no me fío de nada hoy en día. Que gracioso resulta.
Me tiendo cuan largo soy, y cierro los ojos.

Archie.
Me terminó el último bocado y suelto un sonoro eructo el cual me hace gracia, y es en ese momento cuando me doy cuenta de quién soy, y de lo que hago allí, al mismo tiempo del peligro que corro.