Archie.
—Me has tomado por sorpresa, lo admito–, añade con las manos en alto.—¿Ah,si?–, digo—Podrías hacer mejor, y en vez de venir aquí e irrumpir en mi casa, ¡podrías ir a un maldito psicólogo a revisar tus problemas mentales!.
Estoy furioso, y este tipo me saca de quicio. Suelta una risa amarga, un hilo de sangre le resbala por la comisura derecha del labio roto.
Cuando me doy cuenta ya está amaneciendo. Me hago con una cuerda para dejarlo indefenso, a eso me refiero con amarrarlo.Y está sentando en la única silla que tengo. Me peino hacía atrás los mechones que me caen en los ojos y suspiro, cansado.
No ah dicho nada desde que lo dejé inconsciente, solo se limita a sonreír y soltar risas sarcásticas.—Perfecto, que así sea..–le espeto decidido y le encesto un golpe en la mandíbula para luego sujetarlo del cuello de su camisa.
Escupe, justo a mi lado. Tiene una mirada enfermiza, eso puedo asegurarlo.
—Eres un... maldito–, sisea—Muy bien, te diré. Solo quiero sentirme amado o incluído en una familia pero supongo que lo estoy haciendo todo mal. Debería empezar con las buenas acciones pero sin embargo perdí todo juicio propio de un ser humano, y ahora no sé el modo adecuado de acercarme a las personas. Quizás tu padre te ah mencionado algo sobre mi, y que sepas solo un porcentaje muy insignificante de mi historia.
Aunque... no importa. Solo desatame y trataré de ser una mejor persona, a partir de ahora en adelante.Escupe nuevamente y esboza una sonrisa nerviosa, que tiembla en las comisuras de su boca.
—¿Cómo sé que puedo confiar en ti?.–inquiero.
Y es cierto. Cierra los ojos con impaciencia, debería tener algo en mente o al menos un plan. Venir así de repente sin nada importante siendo un enemigo, no lo creo justamente razonable.
—Deberias de poder ejecutarla–, musita en voz baja—Es una poción de rebela miento. Si la tomo, esta me mostrará lo que en verdad quiero, y empezaré a actuar según ese objetivo. ¡Así que adelante, no perdemos nada con intentarlo!.
Abro los ojos exaltado, ¿Poción?. Sabía que traía algo entre manos.
—¿Y dónde está?.
—Tanto la receta como el frasco y los ingredientes están en mi saco, bolsillo izquierdo.
Y se pone de costado de modo que tenga accesibilidad. Doy un paso hacia él.
—Si intentas algo, juro que será devastador para ti–, siseo entre dientes.
Imposible que lo intente, está atado de pies y manos a la silla pero advertir siempre sirve. Asiente lentamente.
Rebusco en su bolsillo izquierdo y doy con algo de cristal, una rama y una bolsa de tela pequeña. Analizo los ingredientes y un respectivo papel, que digo yo sería una receta.—¿Tienes una olla?.
—¿Qué?– me encuentro confundido.
Oh, claro.
Traigo una cacerola y la coloco en el suelo, siguiendo cada paso de forma clara y concisa. Una vez terminada la "poción" se la doy de beber.
Hace arcadas, y volteo los ojos en forma de exasperación. No es tan malo, ¿O si?. El olor que despide es desagradable. Un brebaje líquido verdoso que destella reflejos indigos.
Unos instantes después de silencio sepulcral, comienza a tener convulsiones.—¿Y ahora que es lo que pasa?.
Muero del sueño y solo hago recurso de la voluntad para estar en pie, me siento en el borde del lecho de mi cama mirándolo atentamente. Se queda así largo rato. Con los ojos cerrados pareciendo dormir. Entonces no me doy cuenta cuando caigo de forma suave sobre el colchón, dormido.
•••
—¡Oye, despierta!–, grita alguien a mi lado.
Me incorporo algo aturdido.
—¿¡Dónde está mi sombrero!?–grita una figura alta y delgada.
Por inercia lo tomo del cuello. Miro la silla, la cual está puesta en su lugar, las cuerdas han desaparecido.
Lo miro confuso. Sus ojos muestran tranquilidad, pero está un poco agitado. Sus labios sonrien tímidamente.—No importa, lamento haberte despertado de tu sueño–, musita—Lo lamento de verdad.
La poción que había preparado para este loco...y que al final de todo haya caído dormido hacen clic en un rompecabezas. No sé exactamente si aquello habría hecho su efecto, de manera que sea adecuado.
El sujeto camina de forma tranquila hasta la puerta y lo que pregunta me deja desconcertado:—¿La dejo abierta?.
Me pongo de pie hasta él, y al poner un pie en el suelo, veo que desaparece en un abrir y cerrar de ojos. Atisbo el jardín, corro hasta el bosque, no está por ninguna parte. Se ah esfumado. Ni siquiera en ninguna de las cabañas cercanas. Y todos se encuentran bien en pie haciendo el desayuno.
—¿No han visto a Fenrirland?–les grito a todos allí.
Niegan con la cabeza y me siento algo estúpido. Con un suspiro me dejo caer en un asiento de la mesa.
Algunos preguntan quién es, y otros fruncen el ceño.Tengo una lista de sospechas me temo. No puedo evitar tener la guardia en alto.
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Archie
FantasíaUna aventura que llevará al protagonista al filo de una situación algo peligrosa, en dónde conocerá a un villano, estando a punto de cambiarle la vida por completo.