2. Grandiosa Bienvenida

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laberinto. 1. m. Lugar formado artifiosamente por calles y encrucijadas, para confundir a quien se adentre en él, de modo que no pueda acertar con la salida.


SU PEQUEÑO RECORRIDO HABÍA EMPEZADO HACE ALGUNOS MINUTOS, lo que sea que el "lider Alby" haya dicho, entro por el oido izquierdo y salio por el oido derecho de Cassandra, su atención se la llevo por completo el agujero gigante que estaba en el medio de dos grandes muros.

—¿Acaso alguno de los dos oyó una sola palabra de lo que dije?

Cassandra y el chico quien aun no recordaba su nombre negaron con la cabeza, tímidamente. Cuando Alby iba a hablar, el chico rubio que la recibió anteriormente apareció, interrumpiendo su conversación.

—¿Qué tal, Alby?

—¿Todo bien, Newt? Novatos, este es Newt, en mi ausencia él toma el cargo.

—Lo bueno es que nunca estás ausente—dirigió su mirada a los recien llegados—. Vaya manera de correr de ustedes dos, por un segundo creí que tenían madera de corredores...—se tomó una pausa—hasta que la cara de ambos fue directo al suelo.

Cassandra solo le regalo una sonrisa forzada, en cambio el lider, se rió como si hubiera dicho lo más gracioso del mundo.

—Estuvo genial.

—Si llamas genial a caerse de cara...—susurró ella mirándo a quien provoco la caida.

—Esperen... ¿Corredores?—preguntó él chico quien había hablado por primera vez en minutos, cambiando completamente de tema.

La expresion de Alby cambió a una más seria.

—Newt, hazme un favor, busca a Chuck—pidio palmeando el hombro derecho del rubio.

El chico se alejo, dejandolos solos.

—Disculpen por apresurar esto. Eres la primera chica en llegar, como te habrás dado cuenta y muchos habitantes estan... felices con tu llegada.

No supo si ponerse feliz o asustada ante aquellas noticias.

—Planeamos algo especial para la noche.. Sí, les encantará—los empujó para que continúen con su caminata.

—¿Especial? ¿A qué te refieres con...?

Sus palabras quedaron suspendidas en el aire cuando un muchacho perverso que salió de por allí, la tomo de la cintura, tomándola desprevenida.

—Hola, hermosa—habló como si fuera el rey del lugar, creyendose superior.

¿Qué podía esperar de adolescentes con hormonas alborotadas que, al parecer, nunca habían visto a alguien del sexo opuesto? Exacto, idioteces e inmadurez.

Los musculosos de su mandíbula se tensaron y reaccionó. Se giró rápidamente y estrujo con fuerza el brazo del chico.

—¡No me toques nunca más!—exclamó utilizando más fuerza por cada segundo que pasaba

—Hey, hey, hey, tranquila, sueltalo—pidió Alby, con un tonto y escazo intento de crear paz.

No se detuvo. Utilizo más fuerza y lo miro con rabia en sus ojos. Alby, cuyo deber es establecer el orden, la tomo el brazo, detuviendola.

—¿Qué crees que haces, larcho? Ni se te ocurra volver a hacerlo. ¡Fuera de mi vista o pasaras una semana en el pozo!

El chico salió corriendo, sin ni siquiera excusarse.

—Okey, tranquila... escuchen, siganme—cambió de tema rápidamente, intentando dejar atrás lo sucedido, mantuvo su semblante serio.

En su pequeña caminata, el aire se volvio tenso, cada tanto intercambiaba miradas con el castaño a su lado. Llegaron a una pequeña construcción la cual estaba en lo alto.

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