1 一

12 1 0
                                    


Las piernas le dolían, había corrido lo suficiente como para romper un récord. Cansada se tira al suelo, no estaba en condiciones para seguir adelante, pero su miedo era grande y el terror que sentía del peligro que la estaba persiguiendo.

La lluvia comenzó a caer sobre ella, la tierra se convirtió en un camino lodoso que la hacía resbalar, el frío calaba hasta en sus huesos. Hubo un momento en que su concentración la abandonó y resbaló en una zanja. Al llegar al final cayó en un río profundo.

No cayó bien, el golpe del agua la dejó inconsciente dejando que la corriente la llevara. ¿A dónde iba? Era un misterio... pero en su mente, cualquier lugar era mejor de donde había huido.





















—¡Avísenle a Lord Hokage!—gritan a lo lejos. Los ojos de la chica se estaban abriendo, lo primero que tocó su vista fue la luna llena, hermosa, pero solitaria.

Ni siquiera el jalón que le dieron para ponerla de pie la hizo reaccionar, solo se dejó llevar por los ninjas que la sostenían.

"Hokage" pensó la chica. Debía estar en la Tierra del Fuego... Era el enemigo, lo sabía... podían hacer dos cosas con ella, arrestarla e interrogarla o simplemente matarla. Cualquiera de las dos cosas eran malas noticias, no era precisamente inocente.

El camino fue largo, pero al llegar ya estaba por amanecer y la chica todavía no lograba despertarse por completo, llegó a pensar que estaba bajo una especie de genjutsu. Esa somnolencia no era normal. Tanto fue que llegaron a las grandes murallas que protegían a la aldea de Konoha que su instinto de supervivencia se activara. Plantó sus pies en el suelo llevando chakra a las plantas.
Los Anbu la tomaron bien y trataron de arrastrarla, pero la niña era fuerte.

Se empujó hacia atrás y se tiró al suelo. Los otros estaban desesperados.

La niña trató de juntar las palmas de sus manos para hacer una posición de manos, pero justo cuando sus dedos se tocaron, uno de los cazadores Anbu le clavó un kunai en la palma haciéndola gritar, pero ni siquiera eso hizo que dejara de luchar.

La niña le da una patada fuerte al hombre en la pantorrilla haciéndolo caer sobre su rodilla. La niña se hace atrás y jala al ninja que había perdido el equilibrio. Con fuerza puede soltarse de las manos de los Anbu, pero su cuerpo era pequeño y no logro dar ni dos pasos cuando uno de los Anbu la somete. La tira al suelo y sostiene su cabeza contra el suelo.

—¡Sueltenme!—grita la niña forcejeando. —Malditos...

—Hazla dormir—escucha la niña de algún lado, eso la asusta. Abre bien los ojos y ve a todas partes. Desesperada busca de algún modo como juntar sus manos para repeler el genjutsu, pero para ese momento... Ya estaba cayendo en una ensoñación terrible que ni con el más grande esfuerzo podía mantener los ojos abiertos.

—Los... odio...—fue lo último que dijo cuando quedó completamente inconsciente.

Era una buena celda, barrotes y tres paredes... Encadenada, con una venda en los ojos... sus manos estaban alejadas una de la otra para que no pudiera hacer jutsus, solo que ellos no sabían que no necesitaba hacer posiciones de manos para hacer lo que tenía que hacer.

Extendió sus manos lo más que pudo. Era buena haciéndolo... Llevó chakra a sus brazos y poco a poco sintió como su piel se desprende y se convierte en papel para liberarse de las cadenas. Con las manos libres se quita la venda de su cara viendo la celda por primera vez. Se pone de pie con la sorpresa de que no tenía nada en ellos. Fue a la cerradura de la puerta y con uno de sus papeles bomba que se sacó literalmente de la muñeca explotó la cerradura con facilidad.

Estaba por salir del lugar cuando escuchó pasos al final del oscuro pasillo. Se prepara para atacar cuando los pasos cesan. Era extraño, como si hubiese desaparecido. Estaba atenta al frente cuando sintió una brisa detrás de ella.

Con fuerza y agilidad golpea hacía atrás, sin embargo, su puño no acierta, la persona que estaba detrás de ella lo detiene con facilidad.

—Buen puño niña... Pero necesitas más...—le dice el hombre extraño, al estar a un lado de la luz no podía ver su rostro... La niña trató de huir, pero ese hombre la tenía bien agarrada.

Estaba cansada, demasiado cansada como para seguir cuidando su vida.

—¿Ya te cansaste?

—¡Estoy harta!—grita con furia.

—Esa ira te matará algún día—le dice mientras la niña se le comienzan a llenar los ojos de lágrimas. —Puedo enseñarte a sobrevivir...

—¡No te creo nada!—le dice enojada mientras vuelve a intentar huir. —¡Todos son unos mentirosos!

—Niña, no me conoces...¿Cómo sabes que miento?—el señor la jala y la toma por el mentón para dirigir su mirada a la cerradura que había explotado. —Un poder inmenso en un cuerpo tan pequeño, ¿te da miedo explotar?

Esa pregunta la hace llorar de forma vulnerable, estaba asustada, eso era verdad. De ella misma y de lo que podía hacer. La niña se rinde ante ese hombre y se relaja llorando sin poder parar.

—Te puedo ayudar, niña—el hombre se inclina para verla mejor y es cuando la niña de la lluvia puede ver su vendado rostro. —Te enseñaré todo... y prometo que tu poder será usado de buena manera.

—Está bien...

Has llegado al final de las partes publicadas.

⏰ Última actualización: Dec 19, 2023 ⏰

¡Añade esta historia a tu biblioteca para recibir notificaciones sobre nuevas partes!

傷跡 《ORIGAMI》¹Donde viven las historias. Descúbrelo ahora