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Narra Bianca*

Desperté en una habitación desconocida, las paredes eran azules acompañadas con cortinas negras y blancas, la cama era más cómoda que  la del ofarnato.

espera, no estoy en el orfanato, empecé a recordar lo sucedido con ese tipo llamado Eliot. -tengo que irme de aquí. —Afirme mientras bajaba descalza de aquella cama, mi corazón casi sale de mi pecho cuando la silueta de Eliot apareció saliendo de lo que parecía el baño, gotas de aguas caían sobre su torso desnudo, su cabello estaba más rizado que antes no se había fijado en que estaba allí parada observando lo debido a que venía distraído en su celular.

Y como si me había leído la memoria dejo el celular sobre el gabinete, siendo yo su centro de atención.

-Quiero irme a dónde me sacaste.—Afirme  mientras echaba un corto vistazo a toda la habitación terminando en aquellos ojos que me robaba el aire para poder respirar.

-Y si no quiero, ¿que harás?.-Contra dijo
Enarcando una ceja. parece que la situación le causaba gracia, idiota.

-Me iré por si sola. —Exclame comenzando a caminar con dirección hacia la puerta, pero no pude llegar a ella ya que el muy estúpido me sujeto de la cintura pengando mi cuerpo a su torso desnudo, una pequeña chispita de electricidad comenzaba a subir a mi espalda gracias al contacto de su mano en mi cintura.

-¿Que crees que haces?.— grite nerviosa mientras lo miraba a los ojos.

-Tocar lo que es mío. — afirmo con un poco de posesión, en lo que apretaba su agarre en mi cintura.

-E-e-stas enfermo, no soy tuya así que, no tienes permiso para tocarme.—chille mientras trataba de soltarme de su agarre.

-¿Estas nerviosa?. —Dijo en un pequeño susurro con su típica voz ronca.

-¡Que te importa!,Suéltame ahora. pervertido de mierda. —No estaba disfrutando para nada está situación nunca había estado  tan cerca de un chico semi  desnudo y solo me había besado con puras muñecas.

-Esa boquita necesita modales, pequeña ¿no crees?. —Dijo mientras se relamia los labios y una sonrisita pícara se le escapaba, si estuviera en otro tipo de situación aseguraría que este chico fue sacado de un cuento de hadas.

Las palabras se me hacían pesadas, estaba incómoda por esta situación y  la cercanía de este ser me ponía los pelos de punta ,el solo se limitaba a mirarme fijamente mientras sonreía.

-no me digas peque... —No pude continuar la frase por qué sus labios me estamparon de sorpresa, sus labios bailaban tranquilamente sobre los míos, no le seguí el beso por qué estaba muy ocupada cerrando los labios para impedir que dejara de besarme mientras con mis manos le daba puñetazos en los brazos.Con sus grandes manos agarro las mías haciéndome retroceder y apoyar mi espalda de la pared suavemente, dejo de besarme para colocar mis  manos sobre mi cabeza. Volvió a besarme cuidadosamente una de sus manos bajo a mi cintura elevandome para que estuviera a su alcance, gire mi rostro pero no sirvió de nada, haci que me llegó la idea de mordele el labio inferior y haci lo hice.

Dejo de besarme para llevar su mano a sus labios, el color de la sangre se hacia presente.

-Para que aprendas a no tocar lo que no  es tuyo. —Exprese insegura mientras me limpiaba los labios con Ascó.

Obsesse [Borrador]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora