La vuelta al mundo con Laia y Luna 🌍✈

✧*̥˚ Capítulo 1- Twitter*̥˚✧

Era un sábado por la noche cualquiera. Laia y yo estábamos estiradas en la cama leyendo un libro, cada una en lo suyo. Habíamos pasado la tarde estudiando cada una para los exámenes y estábamos cansadas. Nos preparamos unos espaguetis a la carbonara juntas con música de fondo y nos los comimos plácidamente mientras hablábamos de cosas cuotidianas. No teníamos muchas novedades ni en el amor ni otros aspectos de nuestra vida, ya que al ser compañeras de piso nos veíamos todos los días, pero las conversaciones nocturnas no faltaban nunca. 

Siempre había un nuevo tema o repetíamos algo que ya tratamos, si Timothée Chalamet salía muy guapo en "Mujercitas" o si esa carrera de F1 había salido bien para los de Ferrari, nuestro equipo favorito (aunque si vemos un 33 por la calle o en la hora del móvil gritamos a todo pulmón ¡FERNANDO ALONSO!). A veces le daba la chapa sobre algún ciclista profesional o si se corría alguna carrera o gran vuelta importante la obligaba a verlo siempre. Se sabe la toda la vida de mi corredor favorito y no es culpa mía porque yo solo he hablado del unas veinte mil veces a la semana, creo.

Pero esa noche estábamos demasiado cansadas como para hablar y nos pusimos en elsalón a leer un rato. Ella leía un libro de amor, creo, una trilogía que se llama Bad Ash yyo me estaba leyendo La ladrona de libros, uno que habla sobre la segunda guerramundial, tema que me encanta. A veces solo necesitábamos nuestra compañía paraestar bien.

Todo estaba muy tranquilo hasta que sonó una notificación del móvil de Laia, deInstagram creo, y allí se rompió el silencio.

—¿Has visto la publicación nueva de Plex? Se va a dar la vuelta al mundo, otra vez.¡Qué morra!— Exclamó al final haciendo que se le curvaran los labios.

— Ah... Sí, mi hermano me comentó algo, pero estaba pendiente de estudiar para elexamen de historia deportiva. — Explique haciéndole saber que no era lo másimportante para mí el hecho de que cuatro tíos se fueran a dar la vuelta al mundo porsegunda vez en ese momento. Aunque me daba un poco de curiosidad, la verdad, nome parecería mal algún día hacerlo nosotras.

Justo después vi como sacaba el móvil y tecleaba muy rápido, pero volví a centrarmeen mi libro. A ambas nos encanta leer. Es una de las cosas que desde pequeñas quenos ha encantado. En el colegio, siempre nos intercambiábamos los libros, paradespués poder comentar lo que pensamos de ese.

Al cabo de un rato nos fuimos a dormir. Por la mañana, Laia me pidió que fuéramos al
centro de Madrid porque ayer se olvidó de comprar unas cosas. No nos quedaba lejosde nuestro piso, así que fuimos un rato.

Cuando llegamos, mi amiga se quedó embobada mirando al móvil. Iba a preguntar,pero se echó a correr de golpe. La intenté seguir. Y al cabo de unos minutos, vi que separaba delante de dos chicos, uno muy alto y el otro no tanto. Me pareció muy raro desu parte ya que suele ser un poco tímida y normalmente no se pone a correr por lacalle.

Cuando llegué, me di cuenta de que era Yosoyplex y su editor Adrián. Miré a mi amiga,la cual estaba embobada mirando a Adri. Como Laia no respondía a señales de ningunamanera, yo tuve que pedirles la foto de una vez por todas.

— ¿Nos podemos sacar una foto? - Les dije yo con una sonrisa neutra pero agradablea la vez. El alto asintió mientras salía un sí en su boca. Nos tomamos una foto y yo lehice una a mi amiga con Adrián. Pero una voz nos interrumpió la foto. Fueron muyamables la verdad.

— Me suenas de algo.— Dijo el editor del famoso Youtuber. Estuvo pensando duranteunos segundos, pero no tardó en reaccionar. — ¡Tú eres la del Twitter! ¡La de ayer!

Yo no entendía nada. Y Plex se veía que tampoco ¿Como que Twitter?

— ¡Sí, soy yo! - Dijo Laia escapando algún chillido por lo emocionada que estaba.

— Podéis especificar más bien, aquí hay algunos que no entendemos.— Dije mientrasde reojo vi como Dani asentía a la vez que yo lo decía.

— Ayer, cuando hablamos de lo de que se iban 80 días, me fui a Twitter y escribí que atú y a mí no nos parecería mal ir con ellos, que sí necesitaban acompañantes solotenían que pedirlo. Aunque no creí que os llegaría, es twitt la verdad, lo subí de broma-Explicó mientras se reía a carcajadas junto a Adri.

Nos quedamos en silencio. Bueno no, mentira, Dani y yo estábamos en silencioporque los otros dos se estaban riendo sin ningún sentido. No lo entendía muy bien.

— Tampoco sería mala idea— Dijo Dani entre risas también. De repente se callaron losotros dos. — Los que contestaron al twitt dijeron que nos ayudaría un poquito elgénero femenino para esta vuelta, dicen que si no, no hay mucha higiene — Y eso lehizo más gracia aún. 

De verdad que no los entiendo, ¿insinúan de llevarse a dos desconocidas con ellos 80 días?

— En serio?! - A mi amiga se le abrieron los ojos de repente. Yo me quedé callada.

— No, no tenemos suficiente dinero Laia.— Le dije a mi amiga entre susurros, perofue en vano porque nos oyeron.

— Os lo pago yo.— Dijo Dani. Está loco

Miré a mi amiga que parecía que estaba triste porque no teníamos del todo claro siirnos con ellos. Me sabía mal decir que no, por qué sabia que esa sería la oportunidadperfecta de que se olvidara por todo lo que ha pasado este año. Pero también mesabía mal por Dani, porque él tendría que pagar por dos personas más en el viaje, y esoes mucho dinero.

— Vale, pero yo quiero pagar al menos una cantidad de todo el viaje. Si no, no haytrato. — 

Dani asintió, creo que tener compañía femenina le pareció buena idea.

Una hora después, ya nos íbamos para casa con las bolsas del Sephora, las cuales,aparte de llevar lo que tenía que comprar Laia, también llevaban algunos caprichosque nos compramos cuando vimos el estante de Rare Beauty, la marca de SelenaGómez. Y también llevábamos una bolsa con cinco libros para poder leer durante lossiguientes 80 días.

Nos intercambiamos los números y Plex nos dijo lo que teníamos que llevar y que eldía antes si queríamos lo podíamos pasar en la EpicHouse. En esa cosa yo no tuveprotagonismo porque mi amiga dijo que sí, automáticamente sin pensárselo dos veces.

A partir de ese día todo se volvería una locura.