Lunes. Día de clase. El temeroso día ya ha llegado al fin. Taehyung y Yoongi tenían que verle la cara al chico que casi les asesina en el parque en aquel fatídico día de la pelea.
Los dos se encontraban en la entrada del instituto, pensando en si entrar o no. No podían acumular más faltas, Yoongi muchas veces no iba para poder dormir en casa porque el trabajo le dejaba mentalmente agotado, mientras que Taehyung siempre llegaba tarde por posponer la alarma constantemente.
—¿Qué hacemos? —dijo Taehyung. Todavía le dolía el rostro de la paliza que le dio. Se sentía orgulloso de haberse defendido, sin embargo su propio dolor seguía ahí.
—Intentemos pasar desapercibido por toda la muchedumbre.
Mientras el resto de alumnos entraban a la vez, ellos dos se aseguraron de esconderse bien entre todo ese gentío. Por suerte, no estaba ese matón a la vista. ¿Será que está en un reformatorio al fin? ¿En la casa descansando? Nadie lo sabía, sin embargo iban a tener los ojos bien abiertos, más que cualquier asiático promedio. Lo bueno es que dentro de clase iban a estar seguros, así que cuanto antes lleguen a cualquier aula, mejor.
Ni siquiera sabían el nombre de ese abusón, solo sabían que, lamentablemente, compartían instituto, pero ni siquiera parecía ser de la ciudad, o al menos de la zona.
[...]
Las tres primeras horas de clase por fin habían finalizado. Afortunadamente ya solo les quedaba ese último año en ese centro de mala muerte. Por fin podrían olvidar la cara de sus profesores amargados, de todas las cosas innecesarias que habían estudiado, de sus compañeros que parecían ser la mayor panda de retrasados que hay en la ciudad... Y, sobre todo, de aquel abusón.
—Parece que nos hemos librado por ahora ¿eh?— dijo el peli castaño con una sonrisa mientras almorzaba.
—Todavía no cantes victoria, y aunque hoy logremos zafarnos de él, aún tenemos medio año por delante para intentar esquivarle si es que no nos asesina antes.
La idea de ser acorralados por un tío como él, la verdad es que les aterraba hasta lo más hondo de sus huesos. Aunque fuese más pequeño que Taehyung, tenía una fuerza que no era para nada que subestimar. Y sumando la mala fama que ya llevaba arrastrando de antes de cualquier confrontamiento con ellos, pues lo hacía ser alguien temible.
Ambos, por suerte, pudieron almorzar con total tranquilidad en la azotea del instituto. Pero siempre dirigiendo la mirada hacia la puerta de vez en cuando por si entraba cualquier indeseable.
[...]
—¡Por fin se ha terminado este día! —Taehyung se levantó de su silla de golpe al escuchar la sirena que indicaba que las clases habían terminado por hoy, estirándose como si recién se hubiese despertado de una buena siesta.
Yoongi también se estiró un poco antes de levantarse de su asiento. Ambos se dirigieron hacia la salida juntos, camuflándose entre todos los alumnos que también regresaban a sus casas. Pero había una pequeña sorpresa justo en la puerta del instituto, y una no muy grata.
Era aquel chico, cuyo nombre no sabían, pero que tenían el presentimiento de que se lo aprenderían por las malas, no estaba solo, habían dos tipos con la misma o incluso con peor pinta que el primero. Todos los alumnos les evitaba como si de la peste se tratase, nadie era capaz de aproximarse ni a cinco metros cerca de ellos. Taehyung y Yoongi no iban a ser menos, deseaban que su triste camuflaje les hiciera pasar completamente desapercibidos, sin embargo, por desgracia, no fue así. Fueron interceptados a gran velocidad, como si ya les hubiera visualizado desde la entrada. El abusón les agarró a ambos con fuerza del brazo y les tiró de bruces contra el suelo, ante la mirada de muchísima gente.
—¿Creíais que podríais escapar de mí tras lo que pasó en el parque? Ahora vais a ver lo que es pasar un mal rato. —sonrió con sorna antes de propinarle una patada en el estómago a Yoongi que le dejó sin aliento. —Nadie va a venir a socorreros, ¡¿a que no?!— exclamó dirigiendo la mirada a todos los presentes, que estaban anonadados con la escena, pero enseguida voltearon la cabeza para evitar ser visto por ese matón. —¡Ni siquiera los profesores tienen ningún tipo de jurisdicción aquí, estamos fuera del instituto, nadie puede ayudaros ya!
Y tras aquel monólogo, entre los tres empezaron a golpear sin piedad y sin pausa a Taehyung y Yoongi, que lo mejor que podían hacer era protegerse de la mejor forma de todos esos golpes, pero era inevitable que sufrieran heridas de gravedad. Pero no sabían qué les dolía más, si el propio dolor que les estaban causando aquella gente, o si la falta de empatía de sus propios compañeros de clase, que solo seguían su marcha y algunos solo miraban como si fuese una escena digna de admiración. Vieron profesores a lo lejos, pero ninguno se acercaba tampoco.
Puede que pasasen tan solo diez minutos, quince como mucho, pero era más que suficiente para dejar a ambos semi inconscientes en el suelo. Yoongi vio a su mejor amigo escupir un poco de sangre. Quería ayudarle, pero apenas estaba en condiciones de moverse. Le golpearon tanto la cabeza que ni siquiera discernía bien su propio entorno.
—Chicos, creo que ya estamos en paz. —el abusón le cogió de los pelos a Yoongi, levantándole la cabeza con mucho dolor.— Espero que hayáis aprendido la lección de no meteros en el camino de los que son más fuertes que tú. Aquel niñato tuvo que aprenderlo de la misma forma.
Yoongi apenas era capaz de escuchar lo que decía, le dolía demasiado la cabeza, pero no tardó en entender el significado de aquellas palabras. Fue él. Fue por su culpa que Hoseok estaba hospitalizado. Por su culpa aquel inocente niño tenía que ir por todas partes casi a la pata coja. Por su culpa se aburría en la tienda. Por su culpa... un ser querido estaba malherido.
Con la poca fuerza que le quedaba y la poca consciencia que apenas le podía permitir mirarle fijamente a los ojos, le agarró de la mano que le seguía sujetando de los pelos y apretó con furia.
—Esto... no quedará... así... —Yoongi le miró con el ceño fruncido desde abajo, intimidando más de lo que se podía imaginar.
Ese chico solo soltó una sonora carcajada, como si lo que dijo el de cabellos azabaches fuese solo un chiste muy bueno. No dijo ni una palabra más, sino que le pegó un puñetazo en la cara que ya era el fin de la consciencia de Yoongi. Taehyung, habiendo visto cómo su amigo se había armado de valor para seguir plantándole la cara, se acercó como pudo a su inconsciente cuerpo y lo protegió con el suyo, con miedo de seguir siendo golpeado, pero no iba a dejar que Yoongi siguiera recibiendo más palizas.
Por suerte, no iba a continuar la pelea. Alguien había llamado a la policía. Estaban salvados, a duras penas. Los matones se fueron a toda prisa cuando escucharon las sirenas.
—Estamos salvados, amigo... —dijo Taehyung antes de quedarse inconsciente también, aún protegiendo a su amigo.
"Ojalá nos despertemos de una sola pieza..."
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Niño odioso. |Yoonseok|
Fiksi Penggemar¿Alguna vez habéis tenido un grano en el culo? Sí, de esos que son realmente molestos y que te gustaría que desapareciese cuanto antes mejor. Yoongi tenía uno de esos; pero el suyo hablaba, se movía, reía y tenía un nombre: Jung Hoseok. (☞ ͡° ͜ʖ ͡°)...