Arsiane

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Me asusté mucho, pero al ver a Amara me tranquilicé, en mi oscuro y cerrado mundo, se abrió una tenue luz.

La reconocí en seguida, había sido mi amiga, mi protectora, la que me cuidaba siempre, vivía en palacio, y era tratada por mis padres como una hija más. Yo debía tener unos ocho años cuando se fue, y nunca supe el porqué. Recuerdo que me pase una semana llorando al ver que se había marchado, y a veces, cuando los criados me perdían de vista, entraba en su alcoba y me ponía a mirar sus cosas. Sobre todo, siempre que tenía miedo o estaba triste, apretaba bien fuerte el colgante que me había dado, me sentía más protegida y cercana a ella.

Mis padres nunca me contaron nada.

Mi vida, una sarta de mentiras.

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No entendía nada de lo que me dijo Amara, si, hablaba mi idioma, pero no entendí nada de nada. Siglo XXI? Que es eso? Mi ropa no está anticuada, es lo que llevamos toda la nobleza en este momento. Por qué el latín es una lengua muerta?

Me da a mí que estoy muy, pero que muy lejos de casa...

Mi mayor preocupación en ese momento era: Como podría aprender a hablar una lengua extraña en una semana?

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Amara me mostro la alcoba en la que tenía que hospedarme mientras estuviera en su casa. Era una alcoba bastante pequeña, comparada con la mía de palacio. Por lo menos era 16 veces más pequeña que la mía. Pero, era bastante acogedora. Al entrar, a la izquierda había lo que parecía un guardarropa de color blanco nácar, pero era muy raro, de madera, el de palacio es cinco veces mayor que este.

En frente del armario estaba la ¿"cama"?, estaba construida de forma muy básica, y además tenia una plataforma blanca blanda como las nubes en su base, y en lugar de un cómodo reposacabezas, hay una nubecita blanca rellena de plumas. Me siento en la "cama", es muy cómoda, hasta me sorprende. Empiezo a botar en ella, y eso me provoca que me ría a carcajadas. En ese instante entra Amara en la alcoba.

- Ocurre algo Arsiane? Al oírte levantar la voz me he preocupado en que te estuviera ocurriendo algo...

- No, tranquila Amara.- dijo aun riendo y botando. - Lo único es que no había visto nunca algo así!- proseguí riendo mientras botaba. Amara me dedicó una sonrisa de comprensión.

- Cierto, en Egipto las camas no son así.

- Como debo dormir en ella.- pregunté.

- Verás...- se acercó a mí.- Debes tumbarte así, y reposar la cabeza en esta nube mullidita, se llama al- mo- ha-da.- lo dijo así para que la repitiese.

- Al- mo- ha- da. - dije, y las dos reímos.

En frente de mi cama, tenía una mesa con una extraña silla y un extraño aparato:

- Qué es eso?- dije acercándome.

- Eso se llama lámpara, si le das a este pulsador...- pulsó y se encendió una luz por arte de magia.

- Oh!- empecé a pulsar y despulsar, reí.

Tenía una estantería también al lado de esa mesa. En la pared entre la cama y el armario había una mesita y seguido un tocador blanco nácar con un enorme espejo.

- Tenemos que ir de compras.- dijo Amara.

- Compras? Que es eso? - dije intrigada.

- Es ir a lugares donde venden cosas que necesitas. Tú necesitas ropa y muchas cosas más.

- De acuerdo. - dije conforme, necesitaba ropa y maquillaje, una princesa no podía salir a la calle poco presentable.

- De momento te dejaré algo de mi ropa, mañana iremos de compras.

- Sí. Cuando es la cena?

- Pronto, ya está anocheciendo. Si quieres darte un baño y cambiarte de ropa para estar más cómoda...

- Si por favor. Si no es mucha molestia. Me puedes indicar dónde está la bañera?

- Sígueme. Para otra vez está en el fondo del pasillo, en la primera planta al lado de la cocina, hay otro baño.

Amara me enseñó todo lo que se tenía que saber sobre higiene del "siglo XXI", me di un baño y me puse una "camiseta" de Amara. Las camisetas son muy cómodas.

Cenamos muy tranquilas, sentadas en un lugar muy mullido con una mesita delante. Amara, cogió una especie de barita mágica y hizo iluminar un espejo enorme que teníamos delante, en él salían personas que eran devoradas por un ser muy raro. Yo di un grito. Amara cambió rápidamente la escena y se vio una muchacha llorando junto a un hombre que estaba encamado y parecía muy enfermo. Yo le dije:

- Amara, esto está ocurriendo? Tenemos que ayudarles!

- No, Arsiane, tranquila, no es real. Este artilugio se llama televisor. Fue inventado muchos milenios después de que tu nacieras. En él, podemos ver historias ficticias que nos muestran cosas que les pasan a unos personajes. Con este aparato, que se llama mando a distancia, puedes cambiar de historia, o ver a dos personas informarte de cosas reales que están pasando o han pasado en el mundo...

- Guau!- cogí asombrada el mando y pulsé un botón. Rápidamente se cambió la imagen, aluciné.

- Jajajaja Ya te acostumbrarás a todo esto, si yo he podido tu también.

Sacó una pequeña "cajita del bolsillo", la miré extrañada.

- Esto es un móvil.- Apretó a un pulsador lateral que este tenía y se iluminó como la televisión.- Se usa para hablar con personas que están lejos de ti...

- Podré hablar con mis padres?- dije esperanzada.

- No cariño, con tus padres creo yo que no... Solo se puede hablar con gente que esta en el mundo de los vivos...- me eché a llorar. Estaba desesperada, no sabía que había ocurrido exactamente. Cuando descubrí que podía hacer lo que podía hacer... No supe como reaccionar, ni que pensar, sentí rabia, impotencia y decepción, me habían estado ocultando quien era durante toda mi vida. Y ahora tenía que afrontar-lo sola junto con Amara, sin saber por donde empezar.

- Que crees que ocurrió Amara? No entiendo nada de nada...

- Tranquila. Ahora no tienes muchas fuerzas para hablar de ello, tienes que dormir, y tienes que aprender muchas cosas para pasar desapercibida aquí, mañana empezaremos con los idiomas. Créeme será más fácil de lo que crees...

Continuará...

Las sombras del pasadoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora